[6 - Sí pasó]

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Tocan la puerta y como la pinche casa está sola debo de abrir. Me acercó y ahí está el. Cuando me ve frunce el ceño. Y me ve a los ojos. No me veas a los ojos. Se me viene un perro flashback de el siendo empapado por mi semen. Lo retiro. Porque nunca pasó. No está pasando que se me dio un cosquilleo al recordarlo.

—Dale a Sam este libro que me prestó

—Yo le digo

—Perdón

Castiel debía la mirada hacia su zapato

—¿Por qué?

—Por esas veces que hice algo mal y te marchaste. No se que haya hecho mal esta vez pero... lo siento.

Se dio la vuelta y camino en sentido contrario al mío. NO LE MIRES EL TRASERO CHINGADA MADRE.

—Cas

Castiel voltea y lo invito a pasar con un gesto. Su expresión cambió y entró a mi casa. Me senté el en sillón y el a un lado rozando mi hombro.

Estuvimos varias horas hablando. Y se me ocurrió poner música. Tengo un playlist en honor a el. Ya que cuando vamos en el auto o cualquier cosa le comparto un audífono y escuchamos la música que a él le gusta. Es chido verlo tararear. Todo tierno. No tierno no, rudo y fornido. Como hombre.

Lo pongo y el sonríe al reconocer el playlist suena la canción de Querido Tommy de Tommy. Comienza a tararear y ahora canta. Es la primera vez que lo escuchó cantar. Tiene esa voz grabe que canta frente a mi. Ama las canciones de amor.

—Eres un cursi con tu canciones

Ayúdeme a encontrar la forma de decirle que yo muero aquí por el

De una forma un poco más poética que eso del romanticismo amo no se me da.

El sigue sonriendo y me ve y se pone rojo.

—Soy un cursi con todo. Me gusta el amor, me gustan las cosas simples que se dan. Me gustaría lo que a todo el mundo le gustaría pero no dice.

Se quedo callado un tiempo y volvió a hablar

—Me gustaría ir a acampar, me gustaría un día en la playa, me gustaría envejece junto a alguien. Me gustaría casarme. Me gustaría ser feliz sabiendo que alguien es feliz conmigo. Cantar una historia de amor una y otra vez a personas que no le interesa pero a mi me encantaría contarla. Presumirle al mundo lo feliz que soy.

No está ebrio. Esta vez no lo embriague.

Ve está viendo. Está esperando una respuesta.

—Quiero vivir. No me importa mucho el futuro.

—Es fácil soñar

—Más contigo.

Castiel frunce el ceño

—Es fácil soñar cuando estoy contigo. Nunca había pensado que quería.

—¿Y que quieres?

—Ahora

Ahora. Ahora. Ahora. Me acerqué. Preparándome. ¿Y si el ya no quería? Ahora. Ahora. Pongo una mano en su pecho y tomo el cuello de la camisa, viendo el proceso de mi mano. Hasta el cuello. Espero que no note que me sudan las manos. Subo mis ojos a los suyos. Me lamo los labios y siento como mis ojos se dilatan. Ahora. Me acercó y siento sus labios rozar los míos. Un cosquilleo. Las alas de una mariposa que despiertan un huracán dentro de mi. Me acercó más y nuestros labios juntos embonando. Los muevo y es como bailar. El abre su boca soltando un gruñido y da entrada a mi lengua. Exploró su boca y nuestros dientes chocan. Mi mano que está en su cuello se mete bajo su camisa por detrás de su cuello. El toma mi camisa tímidamente por mi torso. Ese simple toque me despierta. Recargo mi cuerpo sobre el de Cas y con una mano me apoyó en el sillón para no aplastarlo. El voltea la parte de abajo de su cuerpo para quedar acostado y yo sobre el en el sillón con una pierna entre las suyas. Nos separamos para tomar aire.

—Dean

Su voz ronca. Lo calló con mi lengua sobre la suya con una de sus manos toma mi cinturón y me acerca más a él.

Suena un coche llegar. No cualquier coche. Mi padre. Me levantó rápido y levantó a Cas. Me arreglo el cabello y nos separamos. Si pasó.

—Hola chicos

Me niego. [Destiel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora