Capítulo VII

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-Estos dos son unos atolondrados, espero que al final se den cuenta lo que sienten el uno por el otro, así como yo me he dado cuenta que estoy enamorado de esta pierna de pavo- dice Miroku devorando la pierna.

Totosai se sonríe.

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En el pueblo el odio crece más y más en las personas.

Magatsuhi no ha olvidado sus deseos de matar a los seres del castillo, día tras día habla con los habitantes del pueblo tratando de convencerlos de volver al lugar para atacarlos, al principio sin buenos resultados pero poco a poco fue convenciendolos.
Algo planeaban, algo estaba a punto de pasar...

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Dos días después

Kagome está en su habitación caminando de un lado a otro, no puede evitar estar nerviosa e inquieta. Tiene rosa azul entre sus manos, siente su dulce olor... el olor que despedía se volvía más atrayente y delicioso con los días, la hacia pensar en Sesshomaru. Sigue caminando y balbuceando cosas hasta que al fin se detuvo, suspiró  llevó la rosa hasta su corazón y luego la colocó en el jarrón  donde siempre la guarda, salió del cuarto.

Taisho está en su despacho junto al forastero, busca unos documentos, lo último que quiere que Miroku traduzca. Tocan la puerta y se escucha la voz de Kagone al otro lado, su corazón se aceleró, malditos sean esos sentimientos impropios y fuera de lugar.

-Amo Sesshomaru, quisiera hablar con usted...- abre la puerta algo insegura de su proceder.

-Pasa entonces- observa al tercero -Regresa después para terminar con lo último

-Sí.- Miroku camina hacia la puerta, queda frente a la muchacha, nota algo en su mirada, sonríe 《Suerte en lo que sea que vaya a hacer señorita》

Miroku sale de la habitación,  cierra la puerta tras él.

La oji azul permanece callada viendo fijamente al amo, siente que su corazón se acelera, podría salirse de su interior en cualquier momento.

-¿Quieres sentarte?- pregunta él tratando de cortar el silencio.

-No, estoy bien así- muerde su labio inferior. Realmente estaba loca por lo que estaba a punto de hacer -Hay algo... que necesito que me aclare...- dice algo tímida.

-¿Qué?- le intriga su postura.

-¿Lo he ofendido o he hecho algo malo en estos días?- lanza.

-No ¿Por qué lo preguntas?- se impresiona, ya lo había notado.

-Entonces...- aprieta los labios -Quisiera que me explicara ¿Por qué me trata tan fríamente?- traga saliva  -Desde que regresé del viaje me ha tratado diferente- su voz era suave, no apartaba la mirada del amo.

Taisho se impresiona más y más por las palabras de la chica, se da la vuelta dándole la espalda, no soportaba verla, esos ojos azules le estaban perforando el alma.

-No, no has hecho nada malo- contesta al fin.

-¡Entonces expliqueme! ¿Por qué es tan frío conmigo?- exige.

-No es por nada, ya deja el tema- contesta sin dejar de darle la espalda a la joven.

-¡No es cierto!, antes solíamos ver las estrellas juntos o me enseñaba sus experimentos pero... - el semblante de ella cambia ahora se ve triste - Ahora ni siquiera habla conmigo...

-Ya te lo dije, no es nada- alza un poco la voz.

-¡Mentira!- suelta una bocanada de aire -Por favor quiero que todo sea como antes quiero tenerle cerca de nuevo...

Rosas azules Donde viven las historias. Descúbrelo ahora