Kagome no salió de su habitación en todo el día, no tenía ánimos de nada, además, estar frente a Sesshomaru sería vergonzoso, desnudar tu alma frente a alguien no es sencillo. Mucho menos verle a la cara luego de un rechazo.
Suspira por tercera vez viendo el techo, la rosa azul está abriendo más sus pétalos, el olor que despide es cada vez más fuerte y ella siente que sus sentimientos por ése perro idiota son más grandes, estar alejada de él es un suplicio estremecedor. ¡Qué locura el amor!
Es todo un lío, un completo embrollo, una calamidad total, algo que te hace tan... feliz o infeliz... ¿Cómo es posible amar así? ¿Por qué él no la amaba? ¿Por qué ella se enamoró de ése ser? ¿Por qué?
Suelta otro suspiro. No encontraría las respuestas en el techo y ya debía ir a comer.
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.-Miroku...- dijo Sesshomaru conteniendo su emoción -¿Sabes lo que esto significa, lo que hemos encontrado?- pregunta refiriendose a los papeles traducidos sobre el escritorio.
-Ammmm- niega con la cabeza. De verdad no entendía nada.
-¡Hemos encontrado la cura!- exclama molesto, su asistente no comprendía de verdad un cacahuete.
-Ohhhhh- pensó por unos segundos -¡Ohhhh!- se emociona -¡OHHHHH!- grita ya comprendiendo todo.
-Si mezclo los ingredientes correctos podré hacer un antídoto para nuestra grotesca forma...- camina de un lado a otro.
-¿Perdón?- reclama el joven -Mi mamá siempre dijo que yo era bonito y Sanguito...
-¡Tú no!- de verdad Miroku lo hacía perder la paciencia -Los demás y yo- aclara.
-Entonces... ¿Qué espera?- indaga -Haga su poción mágica
-No tengo manos humanas, no puedo usar los frascos, tendrás que ayudarme con eso- camina fuera del estudio -Sígueme, los frascos e ingredientes están en la bodega...
-A la orden...- le sigue muy alegre porque podrá ayudar.
Bajan hasta la bodega, en el fondo encuentran varios implementos para experimentos alquímicos, Taisho pide al asistente ir por algunos y dirigirse al estudio. Despejan una mesa grande. Miroku salía y entraba del lugar buscando ingredientes, líquidos de extraños frascos, varias cosas que ni él sabía lo que eran.
Los empleados del castillos observaron aquel comportamiento por casi dos días. Kagome hubiera querido averiguar lo que sucedía pero temía entrometerse, hasta Tenseiga estaba reacio a indagar en la razón de tanto correteo. El estudio despedía un olor rarisimo y se escuchaba uno que otro estallido pequeño, entonces, el amo resongaba con improperios, el mayordomo tapaba los oídos del pequeño Shippo, Totosai se carcajeaba, Jaken tapaba su boca y Higurashi trataba de no reír.
Entrada la noche el dueño del castillo salió algo sucio seguido de su asistente. Ambos parecían animados.
-¡Eureca!- exclama Miroku fuera de si por la alegría para los presentes reunidos fuera del estudio.
Todos se quedan confundidos, ladean la cabeza esperando una explicación.
-Encontramos la cura, volveremos a ser humanos- anuncia Taisho.
Todos victorearon, hasta el refinado Tenseiga saltó como un niño pequeño, estaban tan alegres. Higurashi llevó una mano hasta su pecho, eso... ¿Eso significaba que Sesshomaru podría aceptar su amor siendo humano?, ¿Significaba a caso que él ya no pondría peros?
Su corazón latio con fuerza, buscó aquellos ojos que le encantaban, la veían, sonrió feliz, sin pensarlo mordió su labio y Taisho sentía que moriría al verla. Ésa mujer era hermosa, le gustaba tanto, tanto. Si volvía a ser humano entonces podría tocarla, abrazarla... besarla. Besar esos labios, ése que ella mordía, tal vez él podría morderlo.
Le pidió a sus empleados entraran al estudio. Miroku les pasó los frascos con el eliccir apestoso.
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.El alcalde yace amarrado en el suelo de su hogar. Los aldeanos envenenados de maldad por Magatsuhi decidieron tomar una decisión aberrante, marchar hasta el castillo, ésta vez, mejor armados para poder al fin deshacerse de la peste. No querían el viejo los interrumpiera y decidieron amarrarlo. Con antorchas y armas en mano se dirigieron al lugar.
Magatsuhi tenía una sola idea en mente, matar o ser muerto, pero ya no había espacio para esas criaturas en éste mundo bueno, las cosas grotescas debía ser erradicadas y así lo haría él, no quedaría uno en pie y después... después se encargaría de la huérfana Kagome, ya no era una niña, era una mujer, una mujer que podría ser suya. La perfecta esposa sumisa que buscaba.
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.Los empleados olieron el contenido, realmente apestaba, Shippo casi vomita, el amo ordenó tomarlo. Sin más opción tomaron el contenido del frasco, esperaron unos segundos, nada pasó. Taisho se sentía frustrado, ¡Tanto trabajo para nada!, tanto esfuerzo, le había dado esperanzas a sus empleados... ¿Qué pensarán ellos ahora? No existe nada peor que perder la esperanza. De un zarpazo tiró todos los frascos de vidrio y demás objetos sobre la mesa al suelo, Kagome se sobresaltó, el demonio salió de la habitación más que molesto, estaba atrapado, ya no le quedaban más ideas y... no sabía cómo decírselo a sus empleados. Fue hasta su alcoba, comenzó a destrozar todo a su paso.
Higurashi le siguió, tocó la puerta.
-¡Largo!- rugió el monstruo de cabellos blancos.
Ella exhala cansada, no se rendiria. No con él.
Abrió la puerta muy despacio, vio un bulto en una esquina, fue hasta él, tomó asiento en silencio.
-Aveces haces tan difícil el amarte Sesshomaru...- dice tomando su pata para abrazarla -Pero es que no lo puedo evitar... te amo...- sintió el suave pelo rozar su rostro, lo abrazó con más fuerza.
-¿De qué sirve?- contesta él impotente, como deseaba poder corresponder su abrazo, corresponder su amor de la forma correcta pero era imposible, él era un ser inhumano ahora.
-Me sirve para querer vivir en éste mundo donde no tenía nada- contesta ella, alza la vista sin dejar de estrujar la pata -Me lo has dado todo, ¿No te has dado cuenta?, amarte me hace tan feliz...
-¿Anque jamás sabrás como soy en realidad?
-No hace falta, no te conocí siendo humano, así que no hace falta...
-Jamás podré acariciarte
-Yo lo haré por ambos- desliza su delicada mano por la pata, el contacto con aquel pelo tan suave le agradaba.
-Jamás podré besarte- baja la mirada para verla. Tan bonita, tan buena, tan testaruda.
-Yo te besaré- se puso de pie, tomó el rostro canino. Besó la nariz del monstruo.
-Kagome... ésto es extraño, es una locura...
-Entonces déjate llevar y enloquece Sesshomaru, déjame estar a tu lado, aunque sea así...- se aferra al hocico.
-Kagome... te amo...- cierra los ojos rindiéndose al fin.
Ella sonríe.
Fuera del castillo, las antorchas de la orda resplandecen en la negra noche, están dispuestos a todo, esas bestias no vivirían ni un día más.
Continuará...
Aquí el capítulo recién salidito del horno, espero lo hayan disfrutado ^-^
Perdonen la tardanza y lo corto.
El próximo será el último.
Hasta el siguiente episodio, bye, que hayan pasado un bello día ;)
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Rosas azules
FanfictionMi versión de la bella y la bestia ^-^ Un mundo alterno, muy parecido a la Europa medieval, los pobladores de un pequeño pueblo están aterrados ante la petición de la terrible bestia que vive en el castillo, saben que si no cumplen el feroz monstruo...