Cinco

2.6K 253 170
                                    

Habían pasado dos meses desde esa tarde.

Dos meses bastante ajetreados para BTS. Habían vuelto a Corea, y las filmaciones no se hicieron esperar. También tenían un par de conciertos agendados para el fin de semana, sin mensionar que la rap line corría de aquí para allá, preparando lo que parecía una canción en conjunto, no habían pedido a ningún vocal.

Dos meses en donde JungKook se volvió el amigo y confidente más cercano de SeokJin.

Dos meses en donde el mayor del grupo pudo descargar sus pesares y compartirlos con otra espalda. Ya no pesaban tanto...

Dos meses en los que pudo reír de las bromas que el maknae hacía, salir con su grupo de amistades idols (que admitía le daban un poco de celos, pero eran buenas personas) y no pensar en nada más. Nada más.

Nada más...

Dos meses sin estar a solas con Kim Nam Joon.

En parte, se debía a que el rapero estaba demasiado atareado, siempre en la agencia, con el mánager o encerrado en su estudio, por otro lado... JungKook no se separaba de él a menos que fuese para ir al baño. Y lo agradecía.

El mayor no se veía capaz de confrontar ese par de ojos oscuros que lo seguían cada vez que ensayaban, que lo observan. Y él se ponía demasiado nervioso, sus chistes se volvían peores-si es que eso era posible- sus manos sudaban y eran torpes, se negaba a grabar a solas con él por miedo a que se le fuese la voz.

Porque dos meses habían sido suficientes.

Suficientes para extrañar al menor como a sólo se extraña a un amado.

Lo anhelaba, lo anhelaba tanto que él mismo temía a sus sentimientos. Porque él no esperaba manos sobre su cuerpo y palabras lascivas. Kim Seok Jin esperaba besos lentos y susurros al oído. Y quiso golpearse por eso.

Porque no estaba funcionando, como JungKook había sugerido. Se suponía que alejándose del pelirosa podría matar esa sensación que tanto le hacía daño cada vez que se acostaban, pero Jin resultó demasiado complejo...

Demasiado egoísta.

Porque, en vez de alejarse, de olvidarlo, de recuperarse... con cada día que pasaba se sentía más y más miserable. Más y más vacío.

Ya no tenía nada.

Jamás tendría el amor del líder.

Eso ya se lo había planteado las veces necesarias como para no poder contarlas.

Y ahora tampoco podía tener su cuerpo.

Eso comenzaba a matarlo. El reemplazo a la felicidad de ser correspondido era el sexo. Porque Jin quería al menos tener un pedasito de él, dejar marca en su piel. Sentirlo cerca, estar entre sus brazos... Besarlo.

¿Había algo más cercano a ser amado?

Pero ahora no tenía nada.

Y sabía que no tardaría en ceder.

Si no lo había hecho aún, era por obra divina de Jeon Jung Kook.

.

.

.

.

-Bien chicos, ha sido suficiente por hoy.

El maestro de coreografía les aplaudió a los cadáveres cayentes sobre el piso. Bueno, bueno, aún no estaban del todo muertos, respiraban.

-Nos vemos mañana.-se despidió el hombre, saliendo del lugar con una sonrisa en la boca.

Jimin suspiró con fuerza, quitando el cabello que caía sobre su rostro húmedo. Levantándose antes que todos y estirando su maltrecho cuerpecito.

ERROR [Namjin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora