ERROR [Namjin]

Dos

Eran las diez de la mañana y todos los chicos estaban desayunando en un restaurante del hotel. Bueno, en realidad faltaban un par.

—¿Y JiMin-sshi?—preguntó Tae, mirando alrededor, sin hayar rastro de su amigo.

—¿Se quedó dormido?— supuso JungKook.

—Se siente mal...—explicó YoonGi.

Jin observó extrañado a Suga. ¿Cómo es que el de cabello menta sabía si JiMin se sentía mal o no? Ah, cierto. Debía creer que nada había pasado.

Ignoró la pequeña sospecha que brincaba en su pecho, que ya era más que pequeña, y siguió intentando disfrutar de la deliciosa comida, pero ésto se quedó en sólo eso; un intento. No podía concentrarse en masticar y beber como alguien decente si la indescifrable mirada de JungKook se clavaba sobre él todo el tiempo. ¿Tenía algo en la cara?

¿Estaría el maknae en medio de uno de sus famosos "Jungshooks"?

Cuando lo vio parpadear supo que no.

—¿Y NamJoon hyung?— el pelinegro se lo preguntaba a él, a nadie más. Claro, sólo ellos dos sabían del incidente y de cómo habían arrastrado al líder por el elevador hasta su habitación.

—Él está bien...

—Bien crudo— concluyó Suga, ganándose una mirada de reproche por parte del mayor mientras que el resto reía.

Aunque era verdad, RM seguía roncando y quejándose de dolor entre sueños cuando Jin se levantó. La habitación olía a perfume y alcohol, una mezcla curiosamente apetecible. Las sábanas habían terminado sucias. Él sólo se cambió de ropa y caminó hasta la puerta, sin embargo, antes de irse, no pudo evitar llevar su mano hasta la mejilla del rapero para darle una caricia triste, plantando un delicado beso sobre su frente.

Patético, sí. Pero nadie podía verlo siéndolo.

¿Desde cuando había empezado a sentir ésto por el pelirosa?

No lograba recordarlo siquiera. Quizá fue la primera vez que se lo presentaron, el miembro más antiguo de BTS, el líder. No sólo era un gran rapero, sino que resultó ser una persona cálida, humilde. No le llevó demasiado tiempo descubrir lo inteligente que era, mucho menos aquel sorprendente manejo del inglés y habilidad para componer letras de canciones que pronto se volvieron éxitos. Entonces pensó que se trataba de alguien perfecto, serio, maduro y centrado... Y se equivocó.

Erró, porque NamJoon no era perfecto. Y estaba lejos de serlo. Verlo comer era como ver a una paloma engullir un gusano, además, era mañoso, si algo no le gustaba iba al puesto de comida rápida más cercano y terminaba comiendo una desabrida hamburguesa. Roncaba tan fuerte que hacía temblar tu corazón, y dormía siempre con la boca abierta. Era torpe. Aún siendo un genio, NamJoon era un bruto cuando se trataba de coordinar el cuerpo, rompía todo lo que tocaba, bailaba mal (okay, él también) e incluso terminaba lastimándose a sí mismo por accidente.

Se había enamorado de un desastre andante. De un compañero de trabajo, de un amigo... Del amante con el cual complacía sus deseos carnales.

¿Cómo del amor pasas al sexo sin compromisos?

¿Quién permite algo como eso?

¿Quién es tan idiota como para dejarlo pasar todo de esa forma?

Kim Seok Jin, presente.

Aún recordaba la primera noche, cuando el líder entró ebrio a su cuarto y terminó expuesto. Y entonces preguntó:

"¿Quieres intentarlo?"

Con una sonrisa en los labios.

Sí. Seok no era una moneda de oro. Se atrevía a decir que toda la culpa era suya. Por creer que eso era lo único que necesitaba, que después de ello se habría complacido a él y sus sentimientos egoístas.