Bajo la mirada y veo mis cicatrices, recuerdo cómo me hice todas y cada una de ellas.
Las del brazo son verticales y algunas en forma de cruz, las de la tripa son medio onduladas, como un laberinto, las de las piernas son horizontales...
Son las que más me duelen, la gente me golpea de broma y no me quejo, pues no quiero que lo sepan.
Recuerdo el motivo por el que me hice cada una de ellas... La mayoría son cortes profundos, y algunos recientes, no soporto la realidad, ni el mundo en el que vivo.
A veces me da por reabrirlas, pero yo no veo salir sangre de mi herida, veo pequeñas flores de todos los colores y me gusta observarlas.
