Capítulo 17: Consejo número 8

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Mark se tiró sobre el sofá y comenzó a comer papas fritas, observó cómo se abría la puerta de entrada y con una sonrisa recibió a Youngjae.

- ¡Me asustaste! Hyung, ¿Qué haces acá? ¡¿Cómo entraste?!

- Te estaba esperando, qué más, tu mamá me dio el código de ingreso, ¿A dónde fuiste?

- A comprar ramen, estos días los he necesitado mucho.

- Yo los cocino – sonrió

El chico rubio le quitó la bolsa llena de paquetes y se dirigió a la cocina para preparar de inmediato lo prometido, Youngjae observaba cómo su amigo lo intentaba animar después de que lo habían suspendido en la escuela.

- Huele bien – sonrió el menor.

- Tú mamá no ha estado estos días ¿Verdad?

- Sí, ha tenido mucho trabajo y debe viajar constantemente.

- ¿Qué dijo?

- Nada... ella me entiende, sabe que no soy de los chicos conflictivos, confía en mí.

- Eso es bueno, mis padres me habrían masacrado.

- Es que tú eres lo contrario a mí Mark a ti te expulsarían. –rió.

- Lo admito –sonrió molesto.

El mayor apagó la llama y sirvió de inmediato, mientras devoraban la comida, ambos estaban en silencio pero ninguno se incomodaba, el ambiente era natural y significaba mucha confianza, les gustaba estar así por varios momentos durante el día, y con la bulliciosa pero entusiasta sonrisota del menor era suficiente para divertir sus rutinas amistosas. Colocaron video juegos y comieron chucherías, Mark observaba en diferentes momentos a Youngjae, lo admiraba por ser perseverante, pero por sobre todo mantener sus buenos deseos hacia los demás pese al sufrimiento y amenazas que recibía cada día en la escuela - pues no había conocido una persona más pura e ingenua cómo él - deseaba que no se contaminara con las porquerías del verdadero mundo, inevitablemente sí sucedería, pero no fallaría en estar a su lado para apoyarlo...

- Youngjae.

- ¿Hum?

- Quiero que siempre estés a mi lado, ¿Me escuchaste?

- ¿De qué hablas hyung? -Sonrió dulce

- ¡No les haré la tarea fácil, no lo permitiré nunca!

- ¡Hyung! suenas como los chicos de los mangas –rió a carcajadas.

- ¿No me crees? Hablaré con él, esto no puede seguir así.

El menor de inmediato comenzó a calmar su risa y su semblante se apagó, un poco más atacado suspiró y habló en voz baja, mientras enmarañaba sus dedos.

- Por favor, no lo hagas.

- ¡¿Y cuándo se detendrá esto?!

- Yo hablaré con él...

- ¡ESO DIJISTE HACE UN AÑO YOUNGJAE!

El chico dulce se tensó y sus ojos se llenaron de lágrimas, apretando sus labios tragó fuerte para evitar el sollozo, sin observarlo se quedó en silencio y el mayor conteniendo su molestia se sintió afligido por haberle gritado, se acercó a su amigo y le tocó el hombro.

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