● Epílogo ●

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—Vas a estar bien, papá —me repite una vez más Lola, estoy convencido que más por creérselo ella misma que porque yo lo dude

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—Vas a estar bien, papá —me repite una vez más Lola, estoy convencido que más por creérselo ella misma que porque yo lo dude.

Sé que estaré bien, y además dejaré de ser una molestia para ellos. Aunque me lo nieguen una y mil veces, sé que es así, y ellos tienen derecho a hacer su vida a su antojo.

—Te quiero, abuelo —me dice Lucas, acercando su rostro al mío y dándome un pequeño beso en la mejilla. Adoro a este niño—. Prométeme que no te olvidarás de mí.

Me parte el corazón escuchar esas palabras. Ojalá pudiera asegurarle que no lo haré, nada me gustaría más que recordarlo para siempre, pero mis recuerdos son cada vez más escasos, y por mucho que me obligue a hacerlo sé que algún día terminaré olvidando quienes son ellos.

Aun así sonrío, dejándole claro que, por muy lejos que esté de él, jamás lo olvidaré.

Les hago un gesto para que se vayan. Lo último que necesito es ponerme sentimental. Sé que me quedo en buenas manos, y también estoy más que seguro de que vendrán a verme a diario. No necesito nada más.

—Venga, Alfonso, vamos a sentarnos un rato a ver la tele —me dice una de las enfermeras, obligándome a seguirle los pasos.

Lo cierto es que no estoy impedido, por lo que me incomoda un poco que me obliguen a hacer o deshacer de tal o cual manera, pero asiento. Tampoco quiero parece un viejo insoportable el primer día.

Me siento delante de la caja tonta, cosa que detesto, pero no me fijo en nada. No me gusta ver la televisión, y muchísimo menos los programas de cotilleo.

Al momento siento un pequeño golpe en mi brazo derecho, lo cual me obliga a fijar la vista sobre una mujer. No consigo reconocer su rostro, pero su aroma provoca que algo dentro de mí se revuelva. No entiendo por qué, ya que prácticamente todos mis viejos recuerdos están en algún baúl muy lejos de la tierra.

—Hola, soy Luz María, ¿y vos? ¿Sos nuevo?

Asiento con la cabeza antes de decirle mi nombre, desconociendo si mañana recordaré este encuentro.

Asiento con la cabeza antes de decirle mi nombre, desconociendo si mañana recordaré este encuentro

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Recuerdos de un amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora