¿Por qué No Me Odias? [VMin]

Capítulo O1

Yo, Park Jimin, el respetado profesor y prodigio del baile, se ocultaba debajo de una mesa. Y no era la primera vez que lo hacía, no, porque no podía hacer el ridículo solo una vez. Hubo una oportunidad en la que me quedé dentro de un armario durante media hora, y  ni hablemos de las muchas otras veces en las que corría para esconderme detrás de las columnas de la academia. Todo para evitar a un solo hombre: Kim Seokjin.

Él era profesor de guitarra en la Académica de Artes de Seúl en la que yo también enseñaba. Seokjin era un hombre con un atractivo irreal. Siempre encantador y elegante, casi etéreo. Su sonrisa era suave, medida, perfecta. Tenía una voz tan amable que calmaba a quien oyese. O eso era hasta que conoció al antiguo profesor de piano. Un hombre intimidante para su corta estatura y a la vez algo torpe socialmente. Después de que Min Yoongi entró en su vida, Seokjin se fue soltando, y mostró poco a poco su verdadero “yo”. Fue increíble lo rápido que esos dos se volvieron amigos, y tan inesperado que en un inicio me dio un poco de celos, celos que oculte bien de ese par. Para que fuese amigo de Seokjin tuvo que pasar meses. Mientras él y Min Yoongi fueron inseparables prácticamente al segundo día. Pero claro, al final Seokjin y Yoongi terminaron siendo una fuerte, estable y adorable pareja, y yo le terminé hice mucho daño a Seokjin.

La ultima vez que había hablado con ese hombre le había dicho cosas crueles que no eran mi intención pero acababa de...

Espante el recuerdo y abracé mis piernas, pegándolas a mi pecho, haciéndome lo más pequeño e invisible que podía. Estaba debajo del escritorio de la sala de profesores y Seokjin estaba caminando de un lado a otro mientras hablaba por teléfono.

Un agudo pinchazo de envidia golpeó mi pecho al oír la alegría y amor en su voz. Estaba hablando con Min Yoongi.

—Te juro que ese gato me odia. —dijo Seokjin en su teléfono. El escritorio sobre mí crujió cuando se apoyó en él. Genial, lo que faltaba en esta humillante situación—. ¡No tiene sentido! Lady Min me ama. Mister Kim no tiene gusto en lo absoluto. —él resopló, balanceando sus pies.

Empecé a sudar. No se iba. Me van a atrapar. Me iba humillar de nuevo. Él me vería debajo del escritorio y pondría esa expresión de pena que tanto conocía. Tal vez hasta él trate de disculparse en nombre de su hermano por lo de hace tanto. Oh dios, oh dios, oh dios.

—Eres ridículo, Min Yoongi. —dijo con una risa antes de levantarse y marcharse sin, una vez más, notar mi patética presencia.

Rodé por la alfombra saliendo de debajo del escritorio y gemí por lo cobarde que eran mis acciones. Seokjin fue un gran amigo pero después de lo ocurrido hace un año no podía verlo al rostro. Dolía, pero a veces era más fácil huir que enfrentar tus errores o el daño que has hecho. Y también estaba el asunto de que quién era el hermano de Seokjin. Si me hubiese acercado y pedido perdón, y si Seokjin me hubiese disculpado, era un hecho de que volvería ver a esa persona que tanto daño me había hecho a mí. El causante del yo de ahora.

Solía ser tan alegre e ingenuo que casi merezco lo que me pasó. Nadie debería ser tan alegre y confiado. Nadie debería haber querido tanto a alguien tan apresuradamente y fuerte como lo hice yo, menos en una no-relación igual a la que tenía en ese momento. Nunca salimos a una tonta cita o dijo que sintiera algo por mí más que lujuria. Fue mi culpa haber terminado herido cuando era obvio que nada de eso tenía futuro.

Me levanté, sacudí mis pantalones y caminé fuera de ahí, como si nunca hubiese estado oculto debajo de un escritorio. Antes era muy fácil saber si ocultaba algo, gracias a mis sonrojos, pero ahora no. Ya me encargué de eso.

—Profesor Park. —caminé más rápido y fingí no oír nada pero el tipo era insistente—. Profesor, un momento. —puso su mano en mi hombro, deteniendo mi nueva huida.