Hoy había una nueva celebración en el salón de profesores. Era el cumpleaños de un profesor, o eso creo. La verdad es que ni siquiera me había molestado en preguntar, solo tomé una tajada del pastel y me oculte en la esquina más oscura de la habitación, haciendo todo lo posible por pasar desapercibido. Mientras comía el dulce pastel por mi mente corrían los pensamientos más positivos y alegres del mundo como irme de aquí para no tener que ver a nadie más, y, no sé, mirar mi techo por el resto de la tarde. Eran el tipo de cosas que recientemente prefería hacer que interactuar con... cualquier persona. Era el alma de la fiesta.
—Profesor Park. —se acercó a mí una de las profesoras de baile—. No lo vi ahí. —soltó una risita. Bueno, esa era la idea—. ¿Se enteró? —no dije nada, logrando apagar un poco su entusiasmo pero lo recuperó al instante—. ¡Seokjin se nos casa! ¿Puede creerlo? Y nada menos que con el antiguo profesor de piano. ¿Se acuerda de él? Era adorable pero un poco serio, ¿no cree?
Llevé otro trozo del pastel a mi boca, y masticando lentamente la miré. No podía negar que estaba sorprendido. Jamás imaginé que esa relación llegara a tanto.
No es como si yo supiera algo sobre relaciones exitosas.
Mi humor se puso más alegre y festivo.
—Es increíble que un hombre así se ate. —volvió a hablar la profesora. Tanto la manera en la que dijo eso como la mirada que le dedicaba a Seokjin, tenía un toque de celos y amargura—. Quiero decir, solo hay que mirarlo. El profesor Kim es magnífico, ¿verdad? —jugó con su collar y le dirigió, ahora, miradas coquetas a Seokjin, quien no la miraba en lo absoluto—. Debería estar con una persona igual a él. Usted me entiende.
—Para ser honesto, profesora. Me está aburriendo tanto que podría caer dormido. Por qué no mejor busca a alguien que quiera oír sus estupideces. —lamí la cuchara en frente de su rostro rojo por la vergüenza antes de irme a otro rincón oscuro.
Desde mi nueva posición pude observar a Seokjin. No llevaba ningún anillo ni se veía particularmente feliz. Se veía igual que ayer. No se le notaba “comprometido”. Me encogí de hombros, descartando ya el tema y seguí comiendo el pastel. Estaba bueno.
En toda la reunión Seokjin no me notó y yo no noté al profesor Hwang. Supongo que me está evitando después del desastroso momento en el baño de la semana pasada. Si es que lo recordaba. El tipo había estado tan malditamente ebrio que no me extrañaría.
Observé mi plato vacío con pesar. Quería otro pedazo. Pero no quería interactuar. No hoy. Estaba teniendo un día malo y era mejor no entablar una conversación. Sin embargo, ese pastel era muy bueno.
—Profesor Jimin, ¿cómo le va? —el director me sonrió cuando me acerqué a la mesa. Ya me estaba arrepintiendo de salir de mi rincón oscuro.
Sonreí y en serio, en serio intenté de que se viese verdadero. —Muy bien. ¿Y usted? Espero que muy bien.
Cogí con éxito otro pedazo del pastel. Oh. Es del profesor Hwang. Bueno, ahora esto era incómodo. Llevé un cucharada a mi boca. En la tercera cucharada noté que el director aún estaba hablando conmigo.
—Hm, qué bueno. —respondí cuando se quedó en silencio. Ahora esperaba que no me estuviese contando sobre el fallecimiento de un familiar.
Cuando sus cejas se juntaron me encogí, pero al momento sonrió y me dio una palmada en el hombro. —Tienes razón. Vaya, Park Jimin, no sabía que estabas lleno de tal vibra positiva. —sonrió y yo me atraganté con el pastel. Cubrí mi boca con una servilleta para que no pudiese ver que me quería reír a carcajadas—. Me tengo que ir antes. El deber me llama. Sigue disfrutando del pastel, pero mastica con cuidado, muchacho. —colocó sus manos en mi hombro y me miró intensamente—. Y gracias por el consejo, de verdad. —con eso último se marchó.
ESTÁS LEYENDO
¿Por qué No Me Odias? [VMin]
Fiksi PenggemarKim Taehyung no solo ha perdido a su hermano, al que tanto admiraba y respetaba en secreto, también perdió al hombre que alguna vez podría haber amado. Park Jimin se enamoró ciegamente de un hombre que nunca terminó de conocer. Taehyung le hizo much...