Cuando conocí por primera vez a Jimin fue como si alguien me hubiera dando un golpe pero no, no fue amor a primera vista o algo igualmente ridículo. Fue una fuerte atracción física. Él vestía de manera muy aburrida, con tonos grises y marrones, pero a pesar de ello, Jimin brillaba. Su cabello rubio despeinado por el viento y sus mejillas aún sonrojadas por el frío fue lo primero que observé con fascinación, sin embargo fue su sonrisa la que me golpeó con más fuerza. Era una sonrisa tan dulce e inocente que casi me enojé con Seokjin por haberlo dejado estar tan cerca de mí. Por un momento realmente creí que Seokjin estaba haciendo de nuevo lo que hacía de niño; mostrarme el más dulce de los postres para luego decirme que no podía probarlo porque era suyo e irse riendo. Pero Seokjin nunca se rió, nunca lo alejó de mí. Podía, podía conservarlo.
Jimin no tardó en tenerme comiendo de su mano al mes. Yo no lo lamentaba ni un poco porque él no se daba cuenta del poder que tenía, lo ignoraba por completo o simplemente no le importaba.
Suspire con pesar dándole una última mirada a Jimin durmiendo plácidamente en su cama. Quería quedarme más tiempo con él pero ya iba siendo hora de que hiciera mi acto de hijo y prometido de personas que detestaba. Padre me había dejado un mensaje diciendo que debía ir al restaurante ubicado en uno de sus edificios en dos horas. Después de haberlo ignorado por varios días no podía negarme por más tiempo, menos cuando era una orden tan directa.
Intenté preparar algo para que podamos desayunar tanto Jimin como yo pero creé algo vivo que parecía gemir por clemencia y para que acabara con su abominable existencia.
—Deja eso, eres un desastre. —los brazos de Jimin se envolvieron en mi cintura y dejó caer un suave beso en mi cuello—. Yo me encargo, Taetae.
Podía sentir un cosquilleo en donde sus labios besaron mi cuello cuando me aparté de su camino. Este tipo de momentos me hacían sentir tan ligero y feliz, por eso me era tan difícil dejarlo para ir con mi horrible familia.
—No puedo creer su aún no puedas hacer unos sencillo huevos revueltos. —negó con su cabeza con pesar, pero una sonrisa se le escapó.
—Siempre tuve a nana. Ella me mima, me mimaba mucho.
Levantó sus ojos y alcanzó mi mejilla con su mano libre. Sus ojos se suavizaron robando mi aliento. —Me di cuenta, niño mimando. —soltó una risita y volvió a cocinar.
Un dolor, no uno malo, trepó por mi pecho. Era muy fuerte, tanto como las emociones que estaba sintiendo en este momento. Mordí mis labios para retenerlo pero fue más fuerte. —Te quiero. —dije de manera atropellada. Jimin se congeló por unos segundos pero se recuperó y siguió con lo que hacía sin comentar nada por lo que acababa de decir. Él me había dejado estar a su lado una vez más pero aún le era difícil en especial con nuestro inexistente futuro como pareja. Así que intenté no sentirme herido porque prácticamente haya ignorado mis palabras. Fue más fácil cuando noté su mejillas sonrojadas y la pequeña sonrisa que dejó ver pensando que no lo veía.
Maldita sea, lo quiero mucho.
—Me tengo que ir. —miré la hora. Me quedaba poco más de treinta minutos para reunirme con mi padre.
Jimin levantó los platos vacíos y los colocó en el fregadero. —Bien.
—Nos vemos en la noche. —me acerqué a él y lo miré hasta que me devolviera la mirada. No me gustaba verlo triste pero no podía evitar irme y Jimin no iba a impedirlo, no estaba en él—. Te quiero. —besé suave y lentamente sus labios, disfrutando de su sabor. Jimin soltó un suspiro una vez me aparté y después se sonrojó por ello. Así lo dejé antes de irme; con una sonrisa avergonzada pero feliz lo que también me traía felicidad.
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¿Por qué No Me Odias? [VMin]
FanficKim Taehyung no solo ha perdido a su hermano, al que tanto admiraba y respetaba en secreto, también perdió al hombre que alguna vez podría haber amado. Park Jimin se enamoró ciegamente de un hombre que nunca terminó de conocer. Taehyung le hizo much...