Capítulo O9

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No dejaba de mirarme. Su mirada quemaba pero aún así fingí no notarla. Asentía a lo que decía la profesora de ballet y evitaba ver a Seokjin, revolviendo su taza de café con una mirada aterradora fija en mí.

—¿Le has hecho algo al profesor Kim? —salté pero rápidamente negué la observación de la profesora—. ¿Seguro? No ha dejado de mirarte y se ve muy enojado. Es raro que el encantador profesor Kim ponga esa expresión.

Hice un sonido vago en respuesta antes de marcharme. Por supuesto que Seokjin caminó detrás de mí, y me alcanzó aunque apreté el paso.

—Ven aquí, pequeño cobarde.

Solté bruscamente mi brazo de su agarre y lo fulmine con la mirada. —¿A quién llamas cobarde? —mi voz se desvaneció cuando lo vi sonreír de manera escalofriante. Con esa sonrisa resaltaba el parecido entre él y Taehyung.

—Lo bueno es que ahora no corriges lo de “pequeño”, pero te falta admitir tu cobardía, Park Jimin.

Esta vez no respondí nada porque él tenía razón. Era un cobarde. Por eso lo evité desde el día en que le dije cosas horribles y nunca me disculpé con él. Por eso le dije todas esas mentiras a Taehyung antes de que se fuera de mi casa, solo porque me hizo sentir demasiado. Era un gran cobarde y un idiota porque lo que realmente quería decirle a Taehyung esa mañana era que se quedara conmigo y que nunca se fuera, pero porque no podía admitir a mí mismo que aún tenía sentimientos por él, no dije nada de eso. Tuve miedo.

—¿Qué quieres? —dije sin fuerzas. Ya no quería actuar como un completo imbécil.

—Sabes, después de que terminaste con mi hermano, pensé que habías dejado tu trabajo aquí. Lo creí porque cuatro meses, pero un día te vi desde lejos hablando con uno de las profesores. Fue ahí que caí en cuenta que nunca te habías ido, sino que me evitabas muy bien. Ah, pero gracias a eso fui más consciente de ti y pude ver como literalmente salias corriendo al verme, como te ocultabas detrás o hasta debajo de muebles cuando no había oportunidad de llegar a una salida. —mi rostro que quemaba. Todo este tiempo pensé que lo había hecho discretamente pero Seokjin había estado enterado de todo, era vergonzoso—. Al ver tu cara de espanto cuando me veías venir me hizo no acercarme a ti y mejor darte tu espacio, esperar a que tú fueras el que se acercase primero, pero ¿adivina qué? Tú. Nunca. Lo. Hiciste.

Retorcí mis dedos. —Lo siento. —espeté sin mirarlo—. Lo siento por todo. Por la tontería que dije esa vez, por haberte herido, por haberte evitado, por hacerlo por un año, por-por-por-

—Está bien.

Levanté los ojos. Pude ver que su aspecto escalofriante se había esfumado y ahora mostraba una media sonrisa. La tensión dejó mi cuerpo.

—No dolió, ¿verdad? —Seokjin acarició mi cabello y se marchó sin más.

Gemí golpeado mi cabeza contra la pared. Ahora me sentía más idiota.

Terminó el horario de trabajo y me fui a casa. No volví a ver a Seokjin después de que me humillara una vez más enfrente suyo. No sé porqué pensé que él me iba a obligar a ver a su hermano o tal vez intentar convencerme de que le hablara pero no hizo ninguna de esas dos cosas. Por su expresión tranquila podía decir que todo había ido bien con ellos después de que Taehyung se fue de mi casa.

Limpie con furia cada rincón de mi pequeña habitación. Ojalá Seokjin me hubiese obligado a llamar a Taehyung.

Solté un chillido cuando alguien golpeó mi puerta. Era muy tarde y pocas personas sabían mi nueva dirección, eso reducía las lista de posibilidades a solo dos personas.

Realmente solo a una.

Aunque lo negara todo lo que podía sabía quien era el que estaba del otro lado de la puerta, también sabía lo que iba a ocurrir si abría. Con mi mano en la perilla, dudé. Dudé porque él estaba en una situación jodida y nada bueno saldría de esto.

¿Por qué No Me Odias?  [VMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora