cuando te dicen que no eliges de quien te enamoras, es totalmente cierto.
existen veces en las que esa persona tiene todas las cosas que te disgustan, pero en ella no parecen ser tan importantes.
✵
en donde shawn mendes conoce a una chica que fuma...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
🍂
nos subimos a su auto, encendió el motor e inmediatamente misery business de paramore comenzó a sonar por los parlantes. anduvimos un par de cuadras en silencio, hasta que edén se estacionó fuera de una casa bastante lujosa.
– ¿vives aquí? –pregunté algo sorprendido.
– sip –me respondió mientras abría la reja–. la heredé luego de la muerte de mis padres, hace un poco más de dos años.
mierda, no sabía que responder a eso, lo había comentado de una manera tan fría, como si no le doliera en absoluto.
– no creas que no me dolió –al parecer descifró mi mirada–, porque aún lo hace, pero no puedo permitir que mi vida se detenga.
– tienes razón.
finalmente entramos a su casa, por dentro era igual o más lujosa que por fuera. edén tomó mi mano y comenzó a guiarme por el lugar sin decir palabra alguna, hasta que llegamos a una sala en la que habían numerosos instrumentos musicales.
vaya, si que le gustaba la música.
– ¿los sabes tocar todos?
– la gran mayoría –dijo mientras sacaba una pequeña bolsita de su bolsillo trasero–, me complican los de viento.
se sentó en el suelo, frente a una mesa de centro que estaba en la sala; sobre ésta habían papelillos, una pequeña bolsita con un contenido blanco, la bolsita que había sacado anteriormente de su bolsillo y otras cuantas bolsas más con pastillas.
un momento.
¿esas eran drogas?
– edén...
– ¿qué? –preguntó mientras armaba un cigarrillo de marihuana.
– ¿te drogas?
– un poco –sonrió, encendiendo el joint y aspirando, para luego de unos segundos comenzar a toser.
¿por qué se drogaba? era tan hermosa y estaba arruinando su vida así, no lo podía aceptar. y no lo decía por la hierba, vamos hasta yo fumaba, pero la cocaína y las pastillas eran otra mierda.
– edén.
– ¿qué? –sus ojos estaban más pequeños y muy rojos.
– ¿por qué te drogas?
– me gusta la sensación, es bastante placentera.
– pero te hace daño.
por alguna razón la chica me preocupaba bastante, no quería que estuviera mal o que le sucediera algo, como una sobredosis o algo parecido.
pero ni siquiera la conocía.
– no te preocupes, no me voy a morir –rió de una manera algo floja por lo drogada que estaba–. ahora si, ¿cantarías conmigo?
– está bien.
tomé mi guitarra pensando que ella tomaría la suya, pero sus pasos se dirigieron al piano de cola que estaba al fondo de la habitación.
– es gracioso, no sé si podré tocar, estoy demasiado drogada –carcajeó suavemente.
– mierda, edén...
iba a decirle que quizás debería dormir y que yo tomaría un taxi hasta el hotel, pero el sonido del piano me interrumpió. don't be a fool sonaba mucho mejor tocada por ella, o quizás sólo era mi imaginación.
– ¿cantarás?
– oh, claro –respondí algo embobado.
comencé la canción mientras acompañaba al piano con la guitarra, edén se me unió en el coro dejándome bastante impresionado; tenía una voz grave, realmente preciosa. fue un placer escuchar don't be a fool salir por sus labios.
– edén, cantas increíble.
– gracias –sonrió.
volvió al lugar en que estaba anteriormente, frente a la mesa y abrió la bolsita que contenía el polvo blanco. puso una pequeña cantidad del contenido, de tal manera que fuera una delgada línea.
– ¿tienes un billete que me prestes?
– claro, ¿para qué? –pregunté sacando el billete de mi bolsillo y tendiéndoselo.
edén sólo tomó el billete y me dedicó una sonrisa traviesa. enrolló el billete, a continuación lo acercó al polvo e inhaló.
– creo que me voy –dije al ver como sus pupilas se expandían.