cuando te dicen que no eliges de quien te enamoras, es totalmente cierto.
existen veces en las que esa persona tiene todas las cosas que te disgustan, pero en ella no parecen ser tan importantes.
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en donde shawn mendes conoce a una chica que fuma...
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desperté al escuchar algunos ruidos de cosas rompiéndose en la habitación de edén. me levanté lo más rápido que pude y corrí a la habitación de la chica, al abrir la puerta ella estaba lanzando cosas lejos, con lágrimas salpicando sus mejillas.
– edén, ¡¿qué mierda haces?!
– ¡fuera de aquí, shawn!
– no saldré de tu habitación hasta que te calmes y me digas que está ocurriendo–dije acercándome lentamente hacia ella y abrazándola–. ¿qué sucede?
comenzó a sollozar y me envolvió fuertemente con sus delicados brazos, caminé lentamente con ella entre mis brazos hasta la cama y la senté sobre mi regazo.
mierda, edén era arte del más puro que había visto, incluso siendo un jodido desastre, como ahora, era lo más bello que había visto en toda mi vida.
– edén, por favor.
– soy una drogadicta de mierda–susurró entre sollozos.
– joder, no. sé que tienes cierto agrado hacia las drogas, pero no eres una drogadicta de mierda.
– estoy jodidamente rota y no sé como volver a unir mis piezas.
quería ser quien volviera a unir cada una de sus partes, quería ser quien le robara sonrisas siempre. esta obra de arte me tenía loco y no podía dejar de apreciarla ni por un maldito segundo.
– edén...
– no, shawn–me abrazó aún más fuerte–. necesito alejarme de toda esta mierda y no tengo ni la más mínima idea de cómo hacerlo.
– déjame ayudarte.
me alejé un poco de ella para mirar esos preciosos ojos de color tan negro como las profundidades del mar y secar sus lágrimas. sus ojos brillaban y su labio inferior temblaba, me dolía como la mierda verla así de desconforme consigo misma, me molestaba que se viera de esa manera, porque ella era perfecta, de cada manera posible.
– ¿por qué me miras así?–preguntó en un susurro casi inaudible.
– edén, eres arte.
sus mejillas se tornaron levemente rosadas y yo mandé todo a la mierda, sus labios me llamaban y yo respondí a su llamado; no me resistí, sus labios color carmesí me llamaban desde esa noche en el parque cuando la conocí, y mierda, eran jodidamente perfectos, como todo su ser, como toda su anatomía.
sus labios eran tan suaves y sus manos en mi nuca, jugando de manera suave con mi cabello, ya largo, se sentían tan bien; mis manos aferradas en su cintura, ella sobre mi regazo, pero sin ser de una manera pervertida o sexual, eran unas de las mejores sensaciones de mi vida, y este el mejor momento.
edén se separó un par de centímetros, permitiéndome sentir la pequeña sonrisa que se había formado en sus labios.
– gracias–volvió a besar cortamente mis labios– y lo siento.
– ¿por qué lo sientes?
– por los problemas, por todo.
– edén –se sentía maravilloso pronunciar su nombre–, me gustas completa, con todo tu arte, con toda tu mierda; porque así es, me gustas y mucho.
volví a besarla.
acababa de comprender, mientras la besaba, lo difícil que es dejar un droga, porque quizás edén se estaba convirtiendo en la mía y ahora ambos éramos adictos.
💋 QUE CUTEEEE muy tierno todo jiji voten y comenten besossssss
