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– ¿realmente quieres irte?
– no me agrada mucho la idea de ver como te drogas –me encogí de hombros.
– yo... lo siento, es sólo que estoy acostumbrada.
– tranquila –dios, estaba tan drogada–. deberías ir a dormir, no te ves bien.
– la verdad es que no me siento bien.
se veía increíblemente pálida, parecía un fantasma. de repente su nariz comenzó a sangrar, haciendo que me preocupara y me acercara rápidamente a ella.
– vamos al baño, edén.
– mierda, esto no me pasaba hace meses –se quejó tocándose la nariz.
– joder, no sé nada sobre drogas o sus efectos –dije mientras caminaba a su lado afirmándola levemente por su espalda–. ¿esto es grave? ¿es una sobredosis?
– no, tranquilo –tocó mi brazo tratando de calmarme un poco–, sólo fui demasiado rápido.
ya en el baño se afirmó en el lavamanos y comenzó a limpiar su nariz con el agua. se veía más pálida que hace algunos minutos y también se podían ver pequeñas gotas de sudor en su frente.
– edén...
– lo sé, me veo de la mierda –respondió mientras se miraba atentamente al espejo–. debería dejar la cocaína.
– deberías dejar todas las drogas.
edén sonrió e intentó dar un paso hacia mí, pero mis brazos tuvieron que sostenerla, por poco y se desvanecía.
– ¿dónde está tu habitación?
– segundo piso, tercera puerta a la derecha –sonaba agotada, su voz era poco más que un susurro.
yo era demasiado alto para pasar su brazo por mis hombros, así que pasé uno de mis brazos por detrás de sus rodilla y el otro por su espalda, y la levanté.
– esto no es necesario –sus mejillas estaban de un color carmesí muy tenue, se veía linda sonrojada.
– no estás bien y me da miedo que te ocurra algo, es más, debería llevarte al hospital.
– ¡no! –soltó rápidamente– me ha pasado antes, no es nada grave.
gracias a dios la puerta de su habitación estaba abierta, entré y la dejé suavemente sobre el colchón. me di la libertad de mirar a mi alrededor; su cama estaba en el extremo sur del lugar, frente a ésta habían dos sofás pequeños y un gran closet, a la derecha había una ventana grande, bajo la cual había un escritorio con una Mac y una lámpara, junto a éste había una guitarra preciosa.
– era de mi padre –habló al notar que miraba la guitarra–. jamás la he tocado.
– es preciosa.
– lo sé –suspiró.
miré el reloj en mi muñeca, marcaba las dos de la madrugada, Andrew me iba a asesinar; aunque ni siquiera me había llamado.
– tienes que irte, ¿verdad?
– uh, si –hice una mueca–, pero ¿me darías tu número?
– ¿mi número? ¿en serio?
– si no quieres...
– no, no, no es eso –sonrió avergonzada–. dame tu celular.
hice lo que me pidió, ella anotó su número rápidamente y luego se tomó una foto haciendo una cara rara para dejarla como foto de contacto.
– gracias por el número –sonreí.
– y yo lo siento por el mal rato, a veces se me va de las manos.
– tranquila, edén –me acerqué a ella y besé suavemente su frente.
algo en edén había llamado mi atención, quería seguir en contacto con ella y quizás podría ayudarla a alejarse de toda esta mierda.
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comenten algo por fis 😢
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cheap cigarettes ✵ s.mendes
Aléatoirecuando te dicen que no eliges de quien te enamoras, es totalmente cierto. existen veces en las que esa persona tiene todas las cosas que te disgustan, pero en ella no parecen ser tan importantes. ✵ en donde shawn mendes conoce a una chica que fuma...