2.

1.3K 57 2
                                    

"Te dije que este seria un día que no olvidarías", esas palabras rebotaron en mi cabeza, una y otra vez. Dejándome totalmentr petrificada.

Los mire desde abajo. No sabia que pensar, que hacer. Estaba totalmente asustada.

-Q-Que me harán?- tartamudeo. Creo que fueron las únicas palabras que se me ocurrieron en el momento.

-Es una sorpresa, amor- Dijo Hernan. Levante una ceja por la expresión y por la sonrisa picara que hizo.

No había nadie por la calle, parecía un pueblo fantasma, cuando generalmente es muy transitada esta zona.

-Hacenos el favor y acompañanos- Dijo Tomás, extendiendome la mano. Yo no respondí hacia ese gesto, lo cual provocó la colera de este -Yo fui amable pero, al parecer, no quieres que esto sea por las buenas- me agarraron entre cuatro, dos de los pies y dos de los brazos, y me llevaron a un callejón que había por allí cerca.

Me movía, como un pez recién salido del agua, pero no servía de nada. Eran demasiados fuertes. Al fin y al cabo cuatro contra uno es, además de injusto, algo con lo que no se puede luchar.

Caí en el suelo, bruscamente, porque me habían soltado a la vez. Los mire y me arrastre hacia atrás, hasta chocar contra una pared. Estaba indefensa, sola.

-Mira guapa,- dice Tomas -no te negaremos que aquí, a los cinco nos pareces más que buena, ¿sabes? Pero, solo dos queremos algo contigo. Aunque, solo uno tiene el valor de hacerlo.-

Una lágrima recorrió mi mejilla.

Hernan se acerca hacia mi, me limpia la lágrima y me dice -Lamento todo esto, pero no puedo hacer nada al respecto- Abrí los ojos, sorprendida. En eso, me levanta de un tirón sujetándome de la camisa. Esteban y Pedro me sujetaron de los pies, Hernan y Camilo de las manos. No tenia fuerza para safarme, tampoco lo intente, no valía la pena.

Tomás se acerca a mi y me empieza a desabrochar la camisa. Comencé a llorar. Cerré los ojos con fuerza, tratando de pensar que esto solo era una pesadilla y que acabaría pronto.

Siento que me empiezan a besar el cuello y, que de a poco, iba bajando hasta mis pechos. Era sumamente repugnante. Siento una mano entrando por mis calsas, tocando mis muslos y acariciándolos.
De repente, siento otra mano en mi espalda y, como si nada, mi sostén se safo, haciendo que quede al "desnudo". Abrí los ojos asustada, pegue un grito desaforado. No me gustaba esto. Hernan me cubrió la boca. Lo mire, mientras lágrimas bajaban por mis mejillas. Se acerco a mi odio y me susurro -Yo que vos, me callo- retiro su mano y yo le hice caso.

-Ahora, todos, miren con mucha atención esto- dijo Tomás, y todos le hicieron caso. Me observi con una cara que no sabría describir, tampoco quiero recordarla. -No niegues que esto te gusta, bombom- dijo, pasando su lengua por mis labios. Yo, como un auto reflejo, le escupí la cara.

-Oh, con que así lo quieres?- dijo mientras se limpiaba el rostro -Esta bien, chicos, ponganla en el suelo-


Me tiraron al suelo, me seguían agarrando de manos y pies. Tomás se sentó encima mio, mientas me miraba de arriba a abajo -Que lastima que seas un fenómeno, linda-

Escapando del abismo - Rubius [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora