8.

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Narra Caro:

Ha pasado casi una semana. ¿Tanto me quede internada? Si. 

¿Por mis cortes? No, bueno, al principio era por eso, pero luego me detectaron anorexia.

¿Anorexia? Que, los medicos estan ciegos o algo por el estilo, porque estoy gordicima. Lo peor es que me obligaban a comer. Eran peor que tu mamá tratando de hacerte comer tus verduras, cuando eras pequeño.

Recién, cuando subí unos... cinco kilogramos, creo, los médicos me dijeron que podría irme y ser libre cual pájaro en primavera. Al fin.

Encima de que estoy gorda, estos malditos me hace engordar mas. Los odio.

Estas semanas pedi especificamente que no dejaran entrar a nadie a mi habitación. A ninguna vivirá. Sé que Ruben o Hernan querrían venir, ya que mi familia no esta aquí y amigos no tengo, pero si venia alguno de los dos, eran para interrogarme sobre lo sucedido, y yo no estaba lista para hablar de eso. Tal vez con Hernan si, él es el único que sabe sobre este tema, pero ¿Ruben? ¿Qué pensaría de mi en este momento? Seguro se dio cuenta que me corto. ¿Si nunca más me vuelve a hablar? ¿Si me ve con asco, de ahora en más? ¿Si dice que lo hago para dar lastima, o llamar la atención?

No, no lo soportaria.

Quiero esperar a salir de aqui y luego, tal vez, hablarlo. Preferiría hablarlo con Ruben y no con Hernan. Aunque Hernan sepa sobre mi pasado, en estas estancias, le tengo más confianza a Rubén, que a él. ¿Raro, no?

Al día numero nueve, sin contar mis días en coma, me dieron el alta. Habían lavado mi ropa, ya que estaba empapada por el liquido rojo salido de mi muñeca aquel día, me la dieron limpia y perfumada para poder irme con esa misma ropa, porque pues bueno no tenían quien valla a mi casa y me lleve otra ropa al hospital. Tampoco quería buscar alguien que lo hiciera.

Sali del hospital. El viento impacto en mi rostro suavemente, dejándome disfrutar el sentimiento de estar al aire libre y tener la sensación de un pricionero que es sacado de la cárcel. Creanme, no es lindo estar nueve días encerrada en una habitación, donde solo te obligaban a comer y a comer, sin mencionar que la comida de allí era asquerosa. En realidad, creo que a eso no se le podía considerar comida. 

Tome una bocada grande de aire, mientras mantenía los ojos cerrados. Exhale. Abrí los ojos y sonreí. La sonrisa más falsa que he hecho hasta ahora, y emprendí camino hacia mi hogar. La gente pasaba por al lado mio y me miraba. ¿Sera por mi sonrisa o mis vendajes? Claro, era eso, mis vendajes. Me estarán mirando como una loca más. No les di importancia, ya estaba acostumbrada.

Llegue a la puerta del edificio. Me lo quede mirando, rezando por no encontrarme a Ruben. Él seguro querra explicaciones cuando yo solo quiero silencio y soledad. Me puse mi capucha, metí mis manos en los bolsillos de mi campera y entre, con la cabeza agachada, solo por si me encontraba a alguien del edificio. Fui directo al ascensor, esquivando una que otra persona, yo siempre caminando y mirando el suelo. No hagas contacto visual me repetia a mi misma en mi cabeza. Entre al ascensor y subí hacia el piso 10. El ascensor era grande y estaba yo sola allí. Este subía lento, muy lento para mi gusto, pero no tardaría tanto en llegar.

Piso 6. Me saque la capucha y me mire al espejo. Estaba arruinada. Mi piel estaba muy palida, sin mensionar mis grandes bolsas abajo de los ojos y mi pelo negro todo despeinado.

Piso 9. Me volvi a poner la capucha rapidamente y meti mis manos en los bolsillos mientras me paraba enfrente de la compuerta, así saldría rápido.

Piso 10. Apenas se abrio la compuerta, alguien me empujo, estaba muy apurado al parecer. Tanto fue el impacto que termine en el suelo.

—¡Joder! Lo siento, iba muy deprisa esa voz... Es que tengo que llegar rapido al hospital ...era él hoy le dan de alta a una amiga. En serio, perdona extendio la mano, para poder levantarme. Le corri la mano, movi la cabeza en signo de desacuerdo y me levante sola. Le di una palmada en el hombro y segui caminando. Él entro al ascensor.

Esta bien, adiós, ¡Y lo siento de nuevo! se cerro la compuerta. Me quede mirando esta, embobada. ¿Él iba a buscarme? ¿Por qué?

Entre a mi apartamento y cerre la puerta con llave. Fui corriendo al baño y prendi la ducha. Necesitaba bañarme. Queria bañarme.

Me desvesti y me saque el vendaje. Lo siguiente me sorprendió bastante. Mis heridas, las de las muñecas, estaban rojisimas. Tenían pinta de haber sido muy profundas. Me daban miedo hasta a mi. Deje de pensar en aquello y entre a la ducha que, para ser exacta, era como una tina, entonces me acoste en el agua caliente y me relaje un poco. Sin darme cuenta, me dormí.


Narra Ruben:

¡Hoy! Hoy era el día, joder. Hoy darían de alta a Caro.

He querido visitarla desde que despertó pero, por alguna razón, no me dejaban pasar, y no he podido verla desde hace una semana.

Iba tarde hacia el hospital, así que salí corriendo de mi apartamento y cogí el ascensor. Joder que tardaba en subir.

Se abrieron la compuerta y trate de entrar a toda prisa. Digo "trate" porque me he topado con una tía encapuchada, la cual no pude reconocer, si es que la conocia, que por mi desesperacion he provocado que se cayera.

—¡Joder! Hostia, ¿acaso nunca dejare de chocar personas? Lo siento, iba muy deprisa. Es que tengo que llegar rapido al hospital hoy le dan de alta a una amiga. En serio, perdona  le dije, así no parecía ningún loco psicópata al cual se le escapo la prostituta a la noche. Le extendi la mano, para ayudarla a levantarse. Ella la corrió y movió la cabeza, como diciendo "no", y se levanto sola. Me dio una palmada en el hombro y siguio caminando. ¿La habre cagado?

Esta bien,estaba confundido adios, ¡Y lo siento de nuevo! trate de parecer lo más sutil posible y decir lo siento antes de que se cierra la compuerta.

Este ascensor baja mas rápido de lo que sube, al parecer. Apenas baje los 10 pisos espere a que se abra la compuerta, así no me choco a nadie y salí disparado.

Corrí, con una sonrisa en mi rostro, corrí esas eternas 5 manzanas hasta llegar al hospital.
Mire el gran edificio mientras jadeaba por el cansancio. Recupere el aliento, me puse derecho y entere. Me dirigí hasta la... ¿secretaria? ¿o se dice resepcionista? Que va, me dirigi a la tía que le preguntas de un paciente y ella teclea algo en su computadora.

Hola señorita— tendrá mas de 40, pero quería parecer formal Busco a Carolina Hernandez

Buenas tardes muchacho— sonrió algo alagada por mi comentario  —Así que Carolina Hernandez...— me hablaba mientras escribia en la computadora Oh, si, hoy fue dada de alta

Si, lo sé, la he venido a buscar— sonreí sin saber porque, estaba emocionado.

Aunque, lo que me dijo la señora luego me cambio la cara...

Señor, ella ya se ha ido del hospital, sola—


Escapando del abismo - Rubius [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora