Escapando del abismo - Rubius [EDITANDO]

3.

Al despertar sentí un fuerte dolor proveniente de mi muñeca, aunque no era nada del otro mundo. Estaba acostumbrada a ese dolor.

Me saque mi pijama y me cambie. No pretendía salir a ningún lado, solo para estar cómoda.

Quería buscar algo para estudiar o trabajar. Si, sonare muy emocionada para la mayoría. Es decir, recién ayer termino y ¿ya quiero buscar un trabajo? Pero si, quería hacer algo con mi maldita vida.

Desde que tengo 14 años quiero ir a una universidad, pero no a las de mi país, quería ir a una universidad de España. ¿La razón? No, no por los youtubers, quiero ir a allá porque me gusta el lugar y su cultura.

Otro día investigare sobre el tema, mas tranquila.

Salí de mi habitación, necesitaba hacer otra cosa. Había terminado la escuela. Era libre. Pero, tenia miedo de salir a la calle... no me quería volver a encontrar con esos hijos de pura. ¿Que pasaría si me volvieran a hacer algo? ¿Si abusan de mi otra vez?

No, no podría soportarlo. Prefiero vivir con miedo a enfrentarme esa situación otra vez, encerrada, pero a salvo.

Aunque tampoco debía quedarme encerrada en mi casa el resto de mi vida. Debería salir. Debería... ¿Arriesgarme?

Tome mi mochila, adentro puse un cuaderno con una lapicera, solo por si las dudas, a veces me gustaba escribir o dibujar, y salí de mi casa.

Fui al parque de cerca, el día estaba soleado y brillante, bastante hermoso la verdad. Mi barrio no era el más conocido del lugar y el parque de ahí menos, así que me sentía "segura", por así decirlo.

Me senté en la raíz de un árbol y me puse a escuchar musica, rap para ser exacta, y empecé a menear mi cabeza y golpear el suelo con el piel al ritmo de la canción.

Al ponerme los auriculares, estaba en mi mundo, alejada de todo y todos lo que me hacían mal. Sumergida en mi mar de pensamientos.
Estaba completamente relajada, cuando noto unos pies enfrente mio. Lo observe con asustada por el quien podrían llegar a pertenecer. Levante la vista y abrí los ojos sorprendida. Era Hernan.

—Hola Car— No lo deje seguir hablando.

—¿Que haces acá?—

—No sos la única que vive en este barrio, ¿sabias?— dijo eso al ver mi cara de enojo, seguramente pensó que insinuaba que me perseguía. No lo insinúe, pero lo pensé.

—Bueno. ¿Queres algo más? Me estaba por ir, igualmente— me levante, lo mire y me di la vuelta para irme cuando me agarro del brazo

—¿Cuanto más seguiremos así? Ya no tenemos 14 años, Carolina, hemos crecido. Deberíamos hablarlo, yo te extraño y muchísimos— me miraba fijo, sentía su mirada en mi, pero yo me limite a mirar el suelo.

—Vos y yo no tenemos nada que hablar. Habremos crecido, si, ya no somos adolescentes que solo quieren... eso, pero he aprendido a tenerte odio, lo tuyo es imperdonable, ¿sabes? Y creo que ya es demasiado que tenga que verte por el barrio cuando no debería verte más, tanto por mi bien como por el tuyo—

—¿Por qué tratas de ignorarme?— dice, casi en un susurro.

—Te ignoro porque doles. Me haces daño— dije fría y con un nudo en la garganta