-Por favor, pasa, me gustaría saber quien eres tú, tu rostro me parece familiar - acarició su rostro un par de veces repasando con fuerza sus ojos y al final me mostró una cálida sonrisa.-Gracias señora Park - hice una reverencia y entré a la casa, dejé mis zapatillas deportivas junto al tapete de entrada y la seguí a la sala.
-Siéntete como en tu casa, te prepararé un café - asentí con una sonrisa y miré como desaparecía.
Por unos minutos examiné las fotografías que adornaban la mesa de centro, de entre todas ellas había una que sobresalía, era Jimin hacia unos años atrás, abrazaba con fuerza un oso de peluche, sus mofletes teñidos de un color rosa pálido achinaban sus ojos formando como siempre, dos hermosas medias lunas. Era una foto hermosa.
Pasaron los minutos y la señora Park regresó con dos tazas de café en sus manos, me tendió una taza y terminó por sentarse en el sofá frente a mí.
-¿Podrías decirme tu nombre?
-Min Yoongi, mi rostro le parece familiar porque nos habíamos visto un par de veces cuando yo venia a traer a Jimin después del colegio.
-¡Te recuerdo! - una leve expresión de emoción se reflejó en su rostro -, Jimin estaba muy enamorado de ti en aquel entonces, no dejaba de hablar de lo grandioso que eras ante sus ojos, sin embargo, cuando le dejaste, él se encerró en su propio mundo.
-Lo sé y me lamento por ello, eran tiempos difíciles, mis padres no aceptaban mis gustos como usted lo hace con Jimin, me enviaron por una larga temporada a Japón, la única opción viable que encontré fue irme sin mencionarle nada a Jimin...
-Lo entiendo Yoongi.
-Ayer regresé a Corea, recordé todos aquellos lugares que formaron parte de mi adolescencia, los lugares por los que paseé con Jimin tomado de su mano, terminé aquel recorrido con mis recuerdos en aquel parque, Jimin siempre me había mencionado que en su infancia usted y su fallecido padre, el señor Park le llevaban cada fin de semana - ella bebió de su taza y asintió al escuchar mis palabras.
-Lo recuerdo, es grato pasar tiempo en un lugar tranquilo.
-Supongo que esos eran los pensamientos de Jimin, pues ayer en la tarde, él lo visitó, terminó por encontrarme, verle otra vez removió algo dentro de mi pecho - la señora Park permanecía atenta a mis palabras -, recordé nuestro pasado, él me confesó que aún permanecían esos sentimientos hacia mí y yo no pude evitar ocultarlo más, así que le invité a tomar un café, al hablar con él, me di cuenta que es momento de dejar que mis sentimientos hablen por mí, es por eso que vine aquí, quiero tener una vida junto a Jimin.
Ella permaneció en silencio y miró hacia la nada, un brillo singular apareció en sus ojos y sus labios se deformaron en una sonrisa.
-Él me habloóde usted, dice que se siente culpable por el hecho de que la cafetería ya no esté en servicio - sus ojos se nublaron - creo que el la ama a usted con todo su ser, es por ello que se lamenta que usted no siga haciendo lo que le gusta...
La taza que sujetaban sus manos se resbaló cayendo al suelo tan pesadamente que en un segundo un estruendoso sonido me avisó que esta se había roto en cientos de pedazos, mis ojos se concentraron en aquel liquido oscuro esparciéndose, colándose entre los pies descalzos y temblorosos de la mujer frente mío, sus piernas temblaban y el sonido tembloroso de su llanto me confundió de sobremanera, no sabía que estaba sucediendo realmente, no entendía de la pronta reacción de aquella mujer desmejorada.
ESTÁS LEYENDO
Epitafio
FanfictionCuando se es adolecente se enfrentan diversos obstáculos en torno a la esencia del ser mismo, inseguridades por la orientación sexual surge a flote, sin embargo, ¿qué se hace dentro de una sociedad homofóbica que solo reprime los verdaderos deseos...