[4] Virgo

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"Principios"

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El gorgoteo que se oía a lo lejos emanó un problema para su concentración. El zumbido del insecto que alcanzó a presenciar fue un punto casual que interrumpía el silencio prolongado que siempre acumuló durante toda su vida según lo que recordaba.

Suspiró.

Por esa noche le estaba costando terriblemente prestar atención todo a su alrededor, hasta el más insignificante sonido era un problema mayúsculo, exasperante e inquietante. Porque él sabía que no era su culpa, en toda su totalidad, no debía de albergar esa emoción injustificable; su único error fue acercarse a su Santidad después de la asamblea con todos los santos de las otras casas del Zodiaco y, bajo un peculiar aparato tecnológico, la propia Saori Kido estuvo consciente del tema.

—No cambiaré de parecer—aún recordó la firmeza en que Shion le habló cuando le pidió una audiencia personal, una vez que todos se marcharon a sus templos—; la ley es la ley, es dura, pero es una ley.

—Su Santidad, como caballero de Virgo...

—Eso no es excusa—acotó tajantemente el lemuriano, había oído anteriormente esa frase y no iba a caer con esas palabras—. Virgo no te condena a permanecer inmaculado a todo contacto con una mujer, mientras la ames y seas fiel a tus deberes no hay pecado en ello.

—No he pasado mi vida entera para caer a esta deshonra.

—Aún te falta mucho por comprender el significado de la vida, mi joven caballero—Shion sonrió, fijó los ojos sobre el rubio que aún se expresaba con cierta molestia. Era insólito la orden que le estaban imponiendo—. El tipo de deshonra de la que hablas va en contra del pensamiento de Athena.

—Pero ella es una diosa virgen.

— ¿Y crees que esa es tu justificación o razón para negarte?

Shaka de Virgo guardó silencio, no expresó ningún mal gesto por convicción y tranquilidad en ello. Su confusión y tertulia se explayó únicamente por su mente, debido a que se le hacia lo bastante difícil en asimilar algo tan trivial e ilógico. ¿Desde cuándo Athena deseaba con fervor tener niños por el Santuario?, pero no era cualquier infante lo que ella quería, sino aquellos que compartían directamente sangre y cosmos con la élite.

—Piensa bien lo que decidirás, pero no podré relevarte de ese mandato—prosiguió el Patriarca—; nuestra diosa no lo hace por un placer para destruirles su modo de vida, todo lo contrario, les está dando una razón para seguir viviendo ya que últimamente no parecen interesados en valorar esta nueva vida que nos ofreció.

—¿Dónde cree que pueda conseguir una mujer?

—¿Acaso crees que poseer a una dama sea tu excusa para procrear? —inquirió con un tono lo bastante molesto—. Shaka, el fin de esta orden concierne muchas decisiones sabias y, si vas por el camino fácil, Athena se ofenderá—el rubio frunció el ceño, su plan se fue al tacho—; tal vez cometas las mismas acciones de un caballero que concoí hace muchos años. Vaya coincidencia, también fue un Virgo.

— ¿Y tomó a una sirvienta?

—Fue uno de los caballeros que más empeño y cuidado le dio a su familia. Le dio a su esposa los derechos que, en ese tiempo, una mujer no gozaba en libre albedrio.

—Eso es inaudito. Un caballero de Athena debe olvidarse de esos términos y someter a la mujer a su voluntad y que sepa cuál es su lugar.

Shion enarcó una ceja casi impresionado por el pensamiento inaudito que Shaka tenía respecto a una mujer, tal vez ese defecto similar al de Asmita aunque éste tuvo que aprender a la fuerza el significado de amar.

Abrió los ojos. Evaporó el recuerdo de su mente. Soltó un profundo suspiro y volvió a sentarse en posición de loto. Debía de expulsar todos esos impuros y malos pensamientos, porque, a ciencia cierta, su pensar sobre la diosa estaba provocándole dudar los verdaderos motivos que ella poseía sobre las leyes que se mantuvo solemnemente en tradición aunque ya una vez ocurrió ese caso hace muchos años atrás.

Una encrucijada que igual manera atormento a uno de sus antecesores. No obstante, jamás se preocupó en averiguar cómo es que ese caballero resolvió el dilema sin exigir ni someter a nadie; realmente aquello le era causa de incertidumbre.

—Deberé viajar a la India—musitó tras permanecer en suma meditación para rogar a Buda alguna índole de ayuda—, las leyes son distintas que este lugar. Una mujer. No será nada difícil de conseguir.

Sonrió por su propia idea. Si bien en la época donde vivían aceleró los cambios par aun buen futuro, en el país de origen de Shaka aún permanecía resguardando las viejas costumbres. Aquellas en que un hombre poseía todo el derecho y gusto de buscar una mujer como si se tratara de una mercancía, y desde luego, ellas jamás se oponían a los mandatos, tal vez porque desde muy pequeñas se les inculcó la obediencia extrema hacia el varón como una señal del machismo exagerado en ese país.

—Si no quiere aceptar mi razón de la deshonra y pecado a mis principios entonces cumpliré su mandato—miró cuidadosamente su armadura, había sentido cierta inquietud por el estado en que se hallaba—; por suerte, su Santidad no mencionó la nacionalidad que debe de ser la mujer para este encargo.

Estiró los brazos, no iba a presentar su disconformidad por escrito sino tomaría la rienda de acatar la orden; tener una disponibilidad de mujeres en la India le resultó bastante favorable.

Shaka se puso de pie, debía de alistar sus pertenencias para marchar a su país debido a que no tenía pensado ni el agrado de extender una relación con una fémina, no, definitivamente el papel de padre estaba en contra de todas sus costumbres y deseos. Si su razón no era aceptada, entonces tomaría un as bajo la manga.



Estos Oneshots son parte de un proyecto de una historia larga donde pueda pedir de su ayuda para que me aborden fichas de chicas.

Para más información, lo dictaré en el ultimo capitulo.

[Finalizado] Razones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora