Capítulo 10

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Ketha

Me maldigo a mi misma en cada idioma que conozco por haber aceptado.

El día siguiente me lo paso en las nubes pensando en la noche y armando una estrategia para no caer en sus encantos. Me tengo que mantener al margen, y no dejarme seducir por esos ojos color azul profundo, esa sonrisa con ese hoyuelo que me hace...BASTA me digo a mi misma. Qué mierda me está pasando?

A las seis empiezo a arreglarme y me doy cuenta que no tengo nada que ponerme, no dejándome mas opción que llamar a mi amiga Julia.

-Qué pasa nena?- me responde al primer tono- Estás bien?- me pregunta al ver que no respondo.

-Si, solo quería saber si me podrías ayudar a elegir que ponerme para hoy a la noche. Es que salgo con un... eh no importa. Puedo pasar por allí?

-Awww- ya se a lo que viene esto -mi niña va a tener una cita- Lo sabía.

-No es una cita, solo vamos a... eh bueno, podes ayudarme entonces?- me maldigo por eso.

-Claro nena, sabes que puedes contar conmigo siempre. Estoy ahí en una hora, que ya voy a estar desocupada.- En cuando dice eso, me doy cuenta que no está sola, y por la risa de fondo, supongo que es Chris, y no me quiero ni imaginar lo que estaban haciendo.

Julia toca la puerta le abro y me da un abrazo. Pasamos la siguiente media hora probándome ropa y accesorios, hasta que finalmente me decidí. No quería parecer ni muy elegante, ni muy desarreglada, así que opte por una remera rosa escote en V, una pollera negra de jean y unas botas negras a a rodilla, una chaqueta de cuero negra, una gargantilla y una cartera haciendo juego, y decido maquillarme un poco; nada muy exagerado ya que no sabia done íbamos a ir.

Cuando terminamos, eran casi las ocho. Me pase una pasada de plancha en el pelo, me hice dos trenzas en los costados, y las até formando una sola. Me miro en el espejo y me siento cómoda con lo que llevo puesto.

Jayden

7:15 p.m y todavía no me he arreglado. Me doy una ducha y me seco el pelo lo más rápido que puedo con la toalla, rogando para no llegar tarde. Me pongo una camisa apretada al cuerpo blanca lisa, unos jeans negros tipo chupín, y mis botas negras. Me pongo el perfume que acostumbro a usar, y salgo a buscarla. En el camino me fumo un cigarillo, y pongo Pink Floyd en la radio. No la quiero cagar esta noche. No la puedo cagar esta noche.

Ketha

A las ocho, siento la bocina. Salgo, y ahí estaba él, apoyado en el capo de su Camaro descapotable. Se baja y me saluda con un beso en la mejilla, mientras me abre la puerta del acompañante. Amo su colonia, podría estar horas oliéndola. Esta divino. Quisiera ver si sigue usando el mismo estilo de bóxer al igual que la primera vez que lo conocí. Me maldigo por pensar en eso. Debo mantenerme al margen. Inhalo y exhalo y luego me siento con él en su lujoso auto.

El aire primaveral me corre en la cara y la música no está nada mal. Me gusta mucho la canción The wall, aunque la haya escuchado muy pocas veces. Cuando paramos en un semáforo, me animo a preguntarle:

- A dónde vamos a ir a cenar? Podríamos ir a Dean and Denny's o a un restaurante de por aquí.

-Déjame sorprenderte, preciosa- Responde, haciendo que por instinto ponga mis ojos en blanco.

Seguimos conduciendo una media hora, hasta que llegamos a la playa. Veo que aparca en el garaje de una casa enorme. Baja del auto, y me abre y ayuda a salir para ponerme de pie. Con una sonrisa me extiende la mano para que la tome y con un poco de desconfianza de mi parte ingresamos a la casa.

Es hermosa. No me alcanzan los ojos para ver todos los pequeños detalles, que la hacen única. En el living hay una mesa preparada, con velas y pétalos de rosa, mientras que de fondo suena la melodía de un piano que reconozco como las cuatro estaciones, los platos son de porcelana y los cubiertos de un metal perfectamente tallado. Es todo tan perfecto.

Debí haber elegido el otro atuendo para la noche. Mierda.

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Ropa de Ketha en galería.

Amores de los que duelenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora