Capítulo 9: Confesiones

103 8 14
                                    

Free! ni sus personajes me pertenece, son una obra de Hiroko Utsumi (anime) y de Kōji Ōji (autor de la novela ligera)  

Capítulo 9: Confesiones

—¿Qué ocurre? ¿Por qué lloras? —Preguntó el más alto cuando todos los deseos de matar a alguien pudieron ser reprimidos hasta escuchar una explicación.

—Y-yo... Yo... —No pudo ni terminar la frase a causa del llanto que todavía no controlaba, por lo que sólo se aferró más a las ropas de su hermano.

—Ven, vamos adentro. —Sugirió a la vez que le acariciaba la cabeza suavemente.

Ambos ingresaron a la residencia en la que estaban solos, puesto que sus padres se fueron en viajes de sus respectivos trabajos, y se sentaron en la mesa del salón.

Después de un rato para que el más bajo se calmara y se limpiase el rostro, pudo contarle todo lo que había pasado al mayor, sobre su relación con su superior, el plan de su compañero de habitación para terminar el noviazgo del capitán y de la conversación que había escuchado hace un rato.

—Así que por eso llegaste así. —Fue lo primero que dijo tras procesar lo que le acababa de contar.

—Si... Debes pensar que soy raro o algo, pero...

—Claro que no, el amor es algo complicado y doloroso en algunos casos, no te juzgo por nada de lo que me dijiste. —Lo consoló mientras otra vez se acercaba a abrazarlo y acariciaba su cabeza suavemente, lo que ayudaba mucho al menor para calmar el dolor en su pecho.

Desde que tenía uso de razón su hermano había sido una de las personas que más apreciaba y el que más lo entendía. No es como si no apreciara también a sus padres, por el contrario, los quería mucho, pero no es la misma confianza y cosas las que se le pueden contar a un hermano que a tus padres.

Por eso, siempre que tenía un problema o se sentía triste a la primera persona a la que recurría era Seijūrō, y esta no sería la excepción.

Las caricias sobre su cabeza cesaron y las manos sobre sus hombros le dieron la señal para alejarse.

—¿No intentaste hablar con Yamazaki después de lo que escuchaste? ¿O viniste directamente hasta aquí? —Consultó con algo que parecía un tono de reproche, pero a la vez no. Al ver como el menor apartaba la vista, suspiró. —Tienes que hablar con él, quizás estás viendo fantasmas donde no los hay.

—No puedo hablarlo, no ahora por lo menos, pero... —Bajó la mirada con la tristeza aún presente en sus ojos y siguió hablando. —Esos "fantasmas" si están ahí, eso es seguro.

—¡Vamos, no te deprimas otra vez! Te prepararé un gran plato de spaghetti para esas penas, así que de momento no pienses en esas cosas y ayuda a tu querido hermano a cocinar. —Sugirió mientras le daba unas fuertes palmadas en la espalda, por lo que el menor no tuvo más opción que levantarse de su asiento e ir con el mayor a la cocina.

Cuando terminaron de cenar, ambos se fueron a sus habitaciones a dormir, lo que al más bajo no le costó mucho, puesto que con el cansancio del torneo sumado al dolor de sus ojos y cabeza por el llanto lo dejó totalmente exhausto.

La mañana había llegado y era hora de volver al instituto. Daba gracias que la competencia había sido un viernes, así no debía preocuparse por ir a clases y pudo despertar un poco más tarde. El problema ahora era que estaba dudando de si ir o no a las prácticas del club de la tarde, siendo que ya había faltado en la mañana.

Su hermano le había dicho que tenía que hablar con su... ¿ex pareja? O lo que sea, y lo sabía perfectamente, pero de solo pensarlo sentía su estómago revolverse de nervios.

El Amor del Verano (Free!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora