Texto 33

184 5 0
                                    

Vivimos días buenos, días malos, tenemos años buenos y malos, es todo una colección de días buenos y malos dentro de una época de buenos y malos años, posiblemente estemos viviendo un siglo medio bueno y malo.
Desperdiciamos cada día como si fueran cosas que vuelven a pasar infinitamente, olvidamos que tenemos un tiempo, que no sabemos cuanto vamos a estar acá y malgastamos cada segundo tratando de ser felices, de ganar más plata, de tener lo mejor de lo mejor, de ser mejor qué tal o cual persona, olvidamos que todo eso no es necesario para vivir.
La felicidad vive en nosotros desde que nacemos, solo debemos saber escucharla porque siempre está ahí hablando, más bien gritando, haciéndose notar, la plata, va y viene, no necesitamos tanta para ser más felices, es necesaria si pero dar y recibir de más aunque bueno no siempre es lo mejor, ser mejor qué tal o cual persona es algo que deberíamos dejar de hacer, es algo que no es necesario, porque solo debemos ser mejor que nosotros mismos, día tras dia, año tras año, tratar de superarnos a nosotros mismos no a los demás, nosotros somos los únicos que podemos juzgarnos, somos los únicos que podemos saber hasta donde podemos llegar con tal de ser mejores, pero no mejor que alguien más, sino mejor que nosotros mismos.
Si hay algo que debemos entender es que vinimos a este mundo a vivir, vivir cada día como si fuera el último, vivir los días malos, pero también vivir los días buenos, decir en cada uno de esos días que nosotros siempre podemos ser mejores, que cada día que nos despertamos es una nueva oportunidad de ser mejor que el día anterior, en los días buenos tenemos que aprovechar para decir cuanto amamos, para dar un abrazo, un consejo, para escuchar, para sentir todo eso y más, pero no solo sentirlo así nomas, sentirlo con locura, dejar que cada fibra de nuestro cuerpo, cada célula nos diga que es lo correcto, que estamos haciendo algo bien no solo por alguien más, sino que por nosotros mismos, pero también están los días malos, esos días en los que no queremos salir de nuestras casas, esos días en los que queremos llorar de impotencia y mandar todo al carajo, a esos días tambien hay que vivirlos intensamente, tal vez más que a los días felices, por que de estos días aprendemos importantes lecciones y descubrimos que la felicidad y la magia de un buen día pueden estar en cualquier rincón, esperando para salir, solo hay que saber seguir las señales.
Somos esa enorme colección de días buenos y malos, de años buenos y malos, pero más importante es lo que podemos ser, podemos ser otra gran colección de largos abrazos, decir "te amo", sacarle una sonrisa a alguien e inclusive robarle un beso, también somos la enorme colección de lagrimas, de caras tristes y de días de depresión, somos todo esto y podemos ser más, solo hay que saber escuchar, no con el oído, sino con lo que de verdad importa, el corazón.
      "Escuchar con el corazón"
        Alejandro Díaz 3/02/18

Ser Donde viven las historias. Descúbrelo ahora