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Decir que las primeras semanas fueron difíciles, eso seria una enorme y estúpida mentira ya que fue más que eso, el dolor era intenso sintiéndose cada vez mas fuerte mientras las horas iban pasando, no podía creer que yo, una persona que había jurado odiar a aquel hombre en el amplio sentido de la palabra ahora me desmoronaba a cada segundo que pasaba lejos de él, sentía como todo el mundo comenzaba a colapsar a mi alrededor mientras que lo único que podía hacer era arrodillarme y seguir llorando. La perdía se sentía más real ahora que no pisábamos el mismo suelo ahora que ya no existía la estúpida excusa de arreglar algo para poder verlo, y vaya que lo había hecho más de una vez incluso antes de decir que saldría de Seúl, pero a pesar de que mi cabeza me gritaba que debía reponerme y olvidarlo para seguir adelante mi corazón se negaba a enterrar en lo más profundo su recuerdo, incluso podría decir que a medida que pasaban los días no podía evitar recordar aquellos momentos en los que habíamos vivido juntos.

Londres me agradaba desde el mismo momento en el que el avión aterrizo, pero creo que lo amaba más por razones bastantes distintas a lo que lo hacían las personas que venían de turistas. El vuelo no fue fácil, bueno eso es una mentira piadosa porque en verdad fue una mierda de vuelo de horas interminables de viaje que me hacían sentir aún más desdichado, claro que también hay que agregarle varias dudas, cuestionamientos y miles de otras cosas que en ese momento me invadieron en cuanto el avión despego, varias lagrimas le siguieron a eso y varias maldiciones más a Kyuhyun surgieron de mi boca, en ese entonces sentía que me caía a pedazos aunque eso también es algo alejado de la realidad porque en verdad me sentía más muerto que vivo y eso amigos míos es mucho decir, esta demás decir que lloraba sin parar bajo la atenta mirada de la azafata que ya no sabía de qué sabor traer el helado porque yo seguía llorando como si mis lagrimas no tuvieran un fin mientras llenaba mi boca con bolas de helados mezcladas entre los seis potes que tenía en mi mesita, si patético, aunque eso era maquillar el asunto porque yo mismo encontraba toda la escena una estupidez descomunal mientras mis propias lagrimas caían por mis mejillas, pero al parecer a una familia que estaba en los asientos de atrás del mío no pensaban lo mismo, con decir que ellos dejaron que su pequeña hija se me acercara y me entregara la pequeña jirafa celeste que llevaba en sus manos para que me consolara porque según la pequeña me había hecho una pupa, eso hizo que me sintiera aún más patético, si eso fuera posible, un adulto consolado por una niña que no superaba los cinco años, mis antepasados debían estar revolcándose en su tumba por lo bajo que había caído un Kim, pero dejando todo eso de la lado incluso lo idiota que podía ser, la niña era un amor y la ame en seguida lo que me llevo a pedirles permiso a sus padres para abrazarla fuerte, y Dios eso fue con un verdadero bálsamo para calmar el maldito dolor que en cada momento se hacía más intenso. Luego de eso todo fue una historia algo rara, los padres de la pequeña llamada Alexandra se autoproclamaron amigos y padres míos, como si ya no tuviera suficiente con Donghae, Leetuek y Kangin, lo que llevo a que su hija me llamara hermano mayor, no me molesto, pero la situación no dejaba de ser un tanto extraña, en algún momento de todo ese desconcierto que me hacía sentir el padre de Alexandra, que al decir verdad me recordaba en todo el amplio sentido de la palabra a Kangin, termine con una jirafa igual que de la pequeña pero de color verde sentados mirando en la pantalla "la cenicienta" con una caja de jugo de manzana en la mano y con una manta de estampados de unicornios sonrientes sobre las piernas que me hizo pensar por un solo minuto que todo sería diferente a pesar de lo rara de la situación en la que me encontraba con personas totalmente desconocidas pero que sentía que ya eran importantes, tanto como para no querer despegarme de ellas.

En cuanto vi mi nuevo hogar, solo con saber que solo era mío me hizo feliz, quede completamente encantado con el barrio en especial cuando la fachada de mi casa estuvo frente a mí, de un color blanco marfil con unas escaleras que me llevaban hasta la entrada que tenía una puerta de color caoba que contrastaba de manera hermosa con la fachada de mi nuevo hogar, las ventanas eran grandes en los tres piso, pero lo que más me gusto fue la ventana del primer piso que era de esas que están proyectadas hacia el exterior y que en el interior tenía un cómodo lugar acolchado para poder leer en los días de lluvia o simplemente mirar la paz que exteriorizaba este lugar. Noting Hill era el lugar perfecto para vivir, lo que me llevo a darme cuenta después de ver la hermosa casa que Eunhyuk había conseguido al igual que el lugar en donde viviría es que él se había esforzado suficiente para enviarme a un lugar cálido donde quizás podría olvidar todo lo que había dejado atrás, quise llamarlo enseguida pero después de comprobar la hora en mi móvil me di cuenta que sería una estupidez después de todo estaría durmiendo muy acurrucado en los brazos de Hae. Decir que me gustaba este lugar era poco porque aunque las primeras semanas que pase en Londres no fueron las mejores de mi vida no podía evitar dar gracias de estar aquí mientras que admiraba todas esas casas con colores vivos rodeándome, niños corriendo por todas partes, frondosos árboles le daban color al igual que los maceteros llenos de flores de distintos colores le daba ese toque de calidez a un lugar que de por sí ya era hermoso, había tanta vida por todos lados que yo no podía creer que me encerrara en mi casa compadeciéndome de culpas que eran solo mías, así que después de esas semanas de auto compadecerme y estar metido bajo las cobijas me levante con la firme convicción de que si deseaba comenzar una vida lejos de todo tendría que aprender a hacerme cargo de mis propios errores, erradicar a mis demonios y comenzar de nuevo comenzando con tomar control de la empresa que estaba dando más gastos que ganancias, que esa era una de las razones por las que había venido aquí y por sobre todo asumir que en la historia con Kyuhyun fui tanto la víctima como el maldito, por lo que aquel día de primavera me levante con la firme convicción que debía tomar mis propias culpas y crecer después de todo no podía comportarme como el pobre niño utilizado para siempre.

Amandonos... (Kyuwook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora