Capítulo 4

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~ Shelter Of God ~

Al día siguiente inesperadamente llegó Nagini al Orfanato y se infiltró en la habitación de Harry mientras esté estaba acostado pensando sobre algunas cosas que hará.  Harry siente que algo se sube a la cama,  fija su mirada en la de Nagini... Verde contra amarillo se veían fijamente.

Nagini,  ¿ Que haces aquí ? Creí que no volverías — dijo Harry mirando a la serpiente.

Te dije que te iba a guiar al mundo mágico... sígueme... inventa alguna excusa para irte de este lugar — respondió impaciente.

Qué carácter — susurro.  Nagini siseo enojada. —. Esta bien,  esta bien.

Nagini permaneció en la habitación mientras Harry había ido con la directora del Orfanato,  le había dicho que se quedaría en la biblioteca,  la directora acepto y Harry volvió a su habitación.  Le hizo un gesto a Nagini para que lo siga.  Nagini se empezó a enrollar por todo el cuerpo de Harry,  Harry pensó que seria incómodo... Pero era una sensación cálida.  Harry se puso un gran saco y partió junto a Nagini... caminar junto a una serpiente sin duda llamaría la atención.

♢♢♢

Nagini y Harry viajaron hasta el centro de Londres,  y Nagini lo guió hasta el Caldero Chorreante.

Era un bar diminuto y de aspecto mugriento.  La gente parecía no notar el bar,  《  Al parecer sólo los magos pueden notarlo 》 pensaba Harry mientras tenía a Nagini enrollada por todo su cuerpo.  Entraron al pequeño bar.

Estaba muy oscuro y destartalado.  Unas ancianas estaban sentadas en un rincón,  tomando copitas de jerez.  Una de ellas fumaba una larga pipa.  Un hombre pequeño que llevaba un sombrero de copa hablaba con el viejo cantinero,  que era completamente calvo y parecía una nuez blanda.  El suave murmullo de las charlas se detuvo cuando Harry entró.  Harry se acercó al cantinero ante la mirada de los presentes.

— ¿ Que paso muchacho ? — pregunto amablemente el cantinero al pequeño Harry.  Harry subió su mirada,  optó por su mejor máscara... La de un niño inocente.

— Disculpe señor... — dijo Harry.  El cantinero sonrió y dijo.

— Tom — dijo simplemente.

— Señor Tom,  hace poco me entere que era un mago... Y me preguntaba si... — dijo Harry,  el cantinero supo enseguida que era lo que buscaba.  Tom salió del mostrador y se acercó a Harry.

— Claro pequeño,  ven sígueme — dijo guiando al pequeño Harry Potter.

Tom llevo a Harry hasta un pequeño patio cerrado,  donde no había más que un cubo de basura y hierbajos.  Tom saco su varita y dio 5 golpes a lugares específicos... Tres arriba y dos horizontales... Al golpear el ultimo ladrillo,  este se estremeció,  se retorció y en el medio apareció un agujero,  que se hizo cada vez más ancho.  Un segundo más tarde estaba contemplando un paisaje abovedado lo bastante grande.  Un paso que llevaba a una calle con adoquines,  que serpenteaba hasta quedar fuera de la vista.

— Bienvenido — dijo Tom — A Diagon  Alley.

Harry trato de disimular su asombro,  pero era imposible,  inconscientemente estaba con una gran sonrisa.  Tom sonrió ante la reacción del niño.  Harry avanzó y vio que la pared adelante de Tom se volvía a cerrar,  Harry llevo su vista al frente.

La Serpiente Entre LeonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora