Capítulo 6

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Julio 23 de 1989

~ Diagon Alley ~

Harry caminaba con su gran baúl por las calles del Callejón luego de salir de Flourish and Blotts. Comprando los libros que necesitaba o le interesaban.

Pociones intermedias y avanzadas.

Encantamientos intermedios y avanzados.

Transformaciones avanzadas.

• Herbologia avanzada.

Entre otros tantos libros que colocó en su biblioteca.

Luego de salir de Flourish and Blotts. Harry se dirigió a comprar los materiales para cada materia que tenia que practicar. Como también ingredientes de Pociones y plantas exóticas y caras de Herbologia.

♢♢♢

Harry caminaba hasta llegar a la tienda donde pretendía ir. Harry se encontraba frente a una tienda estrecha y de mal aspecto. Sobre la puerta, en letras doradas. Se leía: « Ollivander. Fabricantes de excelentes varitas desde el 382 a.C. ». En el polvoriento escaparate, sobre un cojín de desteñido color púrpura, se veía una única varita.

Cuando entro, una campanilla resonó en el fondo de la tienda. Era un lugar pequeño y vacío, salvo por una silla larguirucha. Harry se sentía algo extraño, como si hubiera entrado a una biblioteca muy estricta. Se trago una cantidad de preguntas que se le acaban de ocurrir, y el lugar de eso, miro las miles de estrechas cajas, amontonadas cuidadosamente hasta el techo. Por alguna razón, sintió una comezón en la nuca. El polvo y el silencio parecían hacer que le pícara por alguna magia secreta.

- Buenas tardes - dijo una voz amable.
Harry dio un salto.

Un anciano estaba ante el; sus ojos, grandes y pálidos, brillaban como lunas en la penumbra del local.

- Hola - dijo Harry con un poco de torpeza.

- Ah, si - dijo el hombre - Si, si, pensaba que iba verte pronto. Harry Potter... Aunque no pensé que tan pronto - no era una pregunta - Tienes los ojos de tu madre. Parece que fue ayer el día que ella vino aquí, a comprar su primera varita. Veintiséis centímetros de largo, elástica, de sauce. Una preciosa varita para encantamientos.

El señor Ollivander se acercó a Harry. El muchacho deseo que parpadeara. Aquellos ojos plateados eran un poco lúgubres.

- Tu padre, por otra parte, prefirió una varita de caoba. Veintiocho centímetros y medio. Flexible. Un poquito mas poderosa y excelente para Transformaciones. Bueno, he dicho que tu padre la prefirió, pero en realidad es la varita la que elige al mago.

- Bueno, ahora, Harry... Déjame ver. - saco de su bolsillo una cinta métrica con, marcas plateadas -. ¿Con que brazo agarras la varita?

- Soy diestro - respondió Harry.

- Entiende tu brazo. Eso es. -midió a Harry del hombro al dedo, luego de la muñeca al codo, del hombro al suelo, de la rodilla a la axila y alrededor de la cabeza. Mientras media dijo-: Cada varita Ollivander tiene un núcleo central de un poderosa sustancia mágica, Harry. Utilizamos pelo de Unicornio, plumas de cola de Fenix y nervios de corazón de dragón. No hay dos varitas Ollivander iguales, como no hay dos unicornios, dragones o aves fenix iguales. Y, por supuesto, nunca obtendrás tan buenos resultados con la varita de otro mago.

La Serpiente Entre LeonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora