6: La Travesía

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Ya era de noche cuando Sam y Namolas habían encontrado al moribundo Sazzop que aún tenía signos de vida, además de Dryfo que se encontraba en su jaula tirada. Sam se dispuso a rehogar la jaula mientras que Namolas acudía a donde estaba Sazzop, esperando que respondiera, lo quitó poco a poco de la pared, ya que aquellos clavos lo sostenían, había perdido sangre por aquello, pero aun así respiraba poco, pues la herida de su costado atravesó su pulmón, aun así pudo mantener unas palabras con Namolas.

—... Él ya está en camino — dijo Sazzop con dificultad — él irá a conseguir los otros Pergaminos.

— ¿Los Pergaminos? — preguntó Namolas.

— Los Pergaminos Legendarios, son importantes, contienen información, el cómo usar las piedras... Debes detenerlo...

— Hey, no te esfuerces, te lastimas — dijo Namolas que estaba de rodilla y sosteniendo la cabeza de Sazzop.

— ¡Solo, ve y detenlo, antes de que sea tarde!

— Sazzop...

— Nos volveremos a ver, algún día, en el otro mundo.

— Señor Sazzop, haré lo que me pida...

— Cumple tu destino, yo me iré a dormir.

— Señor Sazzop, se lo prometo.

— Gracias...

Esas fueron las últimas palabras de Sazzop, ya había dejado de moverse y con los ojos cerrados se había marchado, parecía que Namolas estaba desconcertado y triste, esa era la segunda muerte que presenciaba en sus brazos, y de una forma extraña, soltó lágrimas al pensar que de una manera muy parecida había muerto su padre días atrás.
Mientras tanto, Sam al recoger la jaula, empezó a interrogar al hada Dryfo, en búsqueda de información por si sabía algo sospechoso sobre aquel percance que había sucedido.

— Muy bien, dime que viste —dijo Sam.

— Una capucha, y ojos rojos, entró a la fuerza y empezó a gritar.

— ¿Gritar?

— Si, buscaba al señor Sazzop, decía que lo iba a matar.

— Maldito... Cuéntame todo.

— Él encapuchado de tono morado oscuro iba con alguien más, una persona de capucha negra, éste se quedó en la puerta, mientras que el señor encapuchado morado hizo el desorden.

— Me confundes, es mejor que dividas a ambos... El morado y el negro, si puedes simplificarlo.

— Sí, el señor morado golpeó a Sazzop, le preguntó sobre algo, el "Lugar", era un especie de rollo, papel, pergamino, que se yo...

— ¿Pergamino eh? — interrumpió Sam.

— Así es, y luego de eso comenzaron a discutir: el morado le dio un golpe en la cara, y dijo "dime donde lo escondes" mientras que Sazzop solo se quedaba inmóvil, hasta que después de someterlo bastante tiempo, decidió buscar en su estante, donde encontró las notas sobre Rhet y sobre la Torre, y junto a él estaba un frasco, con lo que parecía un mapa. Después de eso, simplemente llamó a su subordinado, le dio aquellas cosas y finalmente amenazó a Sazzop. "tú me sirves poco, pero sé que guardas todo en tu piedra... Así que me la llevaré" dijo el morado, le arrebató una gema de su brazo y lo puso en aquella pared, lo azotó varias veces y finalmente clavó sus muñecas al muro, "¡Él te detendrá, sé que no podrás rehacer tu mundo!" decía Sazzop mientras escupía sangre." Él sabrá de ti entonces" dijo el morado, que sacó una espada muy extraña y se la clavó a Sazzop, y éste sólo gritaba por el dolor, y como si pudiera, solo aguantaba poco, mientras que la capucha negra se acercó y con su mano escribió aquel mensaje con una daga oscura... Al final dejaron todo ese alboroto, tiraron mi jaula y se marcharon como si nada.

Las aventuras de Namolas I: Los Pergaminos LegendariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora