8: La Torre

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Namolas había visto una extraña representación mágica, la luna de Sou empezaba a deslumbrar la sala donde estaba, y esta prendía luces por todo el lugar. Al fondo de la sala se podía notar letras que se tornaba de color dorado, a las que Namolas acudió al ver la sorpresa de aquella torre. Una inscripción se podía leer, en el idioma nativo de Soremun y que Namolas conocía por la descendencia Herran — "Aquel que busque lo encontrará en el cementerio ⛼ que presente estará entre las salas" — Algo desconcertante al pensar de que en ese lugar había tumbas y personas enterradas. Mientras esta nota brillaba, otra al extremo contrario del otro muro se empezaba a iluminar, esta tenía una especie de pista —"La siguiente la noventa y tres es" —Namolas pensó que el Pregonero saltó de la ventana buscando ese tesoro, el pergamino, pero que iría a otro lugar en vez de la torre, así que decidió bajar por el agujero en el que entró y regresó a la sala donde estaba Sam.

— ¿Qué es lo que sucedió allí arriba? — preguntó Sam con cara de espantó, ya 1ue no le gustaba estar solo y pensaba sólo en los esqueletos que habían cruzado.

— El hombre era el Pregonero, todo este tiempo — dijo Namolas adolorido.

— ¿El encapuchado era él?, entonces ¡solo hay que buscarlo y hacer que pagué!

— No, él no es el Morado.

— ¿Morado?, deberíamos llamarle distinto, como "El Morador".

— Claro, lo que digas... El "Morador" es el jefe, el Pregonero es su sirviente, y son los que mandaron a las bestias esa vez.

— ¿Y qué es lo que quieren?

— Busca los Pergaminos, lo que nos dijo Sazzop, ¡está en la torre!

— Pero entonces hay que hallarlo primero ¿no?

— Si, hay que darnos prisa, el cementerio está en la torre — decía Namolas moviéndose a hacia la puerta.

— ¿un...Un...Un cementerio? — dijo Sam retrocediendo sin querer regresar mientras se tops a en una de las paredes.

— Espera, esa pared...

— ¿Qué es lo que tiene?

Sam dio vuelta y se percató de lo que había. Otro escrito en el muro, como el de la habitación pasada, pero este tenis lo que posiblemente era una pista, y se marcaban las líneas de luz por aquella sala oscura, así como aquel escrito. —"Recorrer cada sitio, traerá respuestas, de esta a la número 93 donde será la pista" — la sala repetía lo mismo, además del texto del cementerio, al parecer debían ir exactamente a la sala 93.

— Son las pistas, eso debe guiarnos al lugar — dijo Namolas intentando leer la nota.

— ¡¿El cementerio?! — dijo Sam temeroso por pensar en las personas muerta que tal vez habría.

— Es la única manera de hacer algo, el Morador persigue lo que hay aquí — respondió Namolas caminando a la puerta donde estaban las escaleras, pero se percató de algo, una sección en la sala en la que estaba tenía una segunda línea de escaleras, así que se acercó a donde estaba y abrió una puerta.

Efectivamente, una línea de escaleras estaba allí, y esta tenía puertas en cada una de las salas para la entrada. La escalera tenía forma de caracol, que cada distancia entre salas daba a la puerta de las mismas. Namolas decidió ir por allí, mientras que Sam lo persiguió, a pesar de tener mucho miedo de seguir al "cementerio" que había en la torre. El camino a seguir fue tomar paso a la sala número noventa y tres, donde se daría una siguiente pista, así que bajaron las escaleras hasta la sala noventa y tres, y tardaron pues tenían que recorrer más de cien salas para que llegar allí. A pesar de eso, lograron llegar a la sala, un lugar de tonos grises y algo viejo, la luz se empezó a iluminar, Namolas abrió la puerta de la sala y observó, todo era oscuro y lo único que alumbraba eran las luces que se encendían bajo presencia y daba la pista de la siguiente habitación.

Las aventuras de Namolas I: Los Pergaminos LegendariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora