Thief [IwaOi]

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Iwaizumi siempre se sintió algo culpable. Pero eso no evitaba que siguiera con su rutina.

Observó a quien era supuestamente su pareja, con quien había tenido sexo hace tan solo unos momentos y con quien supuestamente vivía.

El castaño le sonrió, y una pizca de culpabilidad apareció, pero la ignoró, como siempre, manteniendo su rostro serio.

—Iwa-chan... —el castaño se colocó a horcajadas suyas e Iwaizumi pudo observar su increíble cuerpo, bien formado pero con algunos rasgos algo femeninos, como su cintura, caderas y piernas, además de que su piel era increíblemente suave al tacto.

Lo admitía. Oikawa era perfecto, si no fuera por esa horrible personalidad. Sus manos fueron a los glúteos bien formados de su pareja, apretándolos sin dejar de observar el rostro del castaño, quien se estremeció y ahogó un jadeo.

— ¿Otra ronda?... —preguntó con una sonrisa coqueta el castaño a la vez que se inclinaba hacia delante para besarlo. Y a Iwaizumi no le costó darse cuenta que era falsa, y se preguntaba porque, aunque sabía la respuesta en su interior. "Trata de mantenerme más tiempo con él."

Porque Oikawa sabía cuáles eran sus atractivos, y si tenía que usarlos para pasar más tiempo con el azabache, -aunque solo follaran- lo haría.

—No. Tengo que irme. —murmuró mientras con sus dedos delineaba las caderas y cintura ajena, viendo las mismas para evitar ver la decepción en el rostro del castaño.

—Está bien... —murmuró luego de unos segundos de silencio y se inclinó para besar los labios del azabache, que solo se dejó hacer, más no correspondió.

Oikawa se separó y mostró una nueva sonrisa, falsa como la anterior, para luego salir de encima de él y acostarse a su lado.

Iwaizumi se paró y se vistió tranquilamente. Tomó las llaves del apartamento, su billetera, y salió del mismo, sin siquiera disculparse con el castaño.

Checó que tuviera todo una vez en la puerta del apartamento, pero pensó regresar al cuarto, había olvidado su celular.

Había dejado la puerta entreabierta, por lo que bastó empujarla un poco para ver el interior.

La culpabilidad aumentó.

Oikawa estaba llorando, ahogando sus sollozos e hipidos, sin notarle.

El azabache observó en silencio y simplemente se fue, sin tomar su celular, al bar más cercano que siempre frecuentaba para beber unas cervezas y olvidar lo visto.

Porque Iwaizumi nunca pudo corresponder al castaño. Solo aceptó ser su pareja porque no quería verlo deprimido, perder su sonrisa llena de felicidad.

Y tal vez funcionó los primeros años. Pero ahora no, todo se había derrumbado. Las sonrisas de Oikawa eran falsas, al igual que el amor de Iwaizumi por el castaño.

Se sentó en la barra y entonces vio llegar a una chica de cabellos castaños, bastante mayor que él. Ambos se sonrieron y la chica se sentó a su lado. Compartieron un cálido beso, lleno de amor y cariño.

A Iwaizumi siempre le gusto Aiko Oikawa*.

A Iwaizumi nunca le gusto Toru Oikawa.







*Aiko Oikawa: hermana de Toru.

Idfc [Oikawa Ships]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora