Parte 8 / CORREGIDO Y AMPLIADO

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Saeng se encontraba inmerso en un sueño profundo, ajeno a las imágenes que comenzaron a formarse en su mente. Esta vez, el escenario era distinto. Estaba rodeado de un campo verde y exuberante, con flores que se mecían suavemente con la brisa. A su lado, el desconocido estaba de nuevo presente, pero esta vez había una calidez en su mirada, una pasión compartida.

Los dos se tomaban de las manos, mirándose con intensidad. El sol brillaba sobre ellos, creando un aura dorada que los envolvía en un resplandor mágico. Saeng sentía un amor abrumador, un deseo compartido que los unía en una danza de pasión y entrega. Sus labios se encontraron en un beso apasionado, y el mundo a su alrededor pareció desvanecerse, dejando solo espacio para su conexión.

Sin embargo, en un instante, la escena cambió drásticamente. El cielo azul se oscureció, las flores murieron y el campo se transformó en un paisaje desolado. Los cadáveres yacían dispersos por el suelo, emanando un olor putrefacto. Saeng sintió un escalofrío recorrer su espalda, su corazón latiendo con fuerza ante la macabra transformación.

La figura del desconocido se volvió ominosa, su rostro deformado por una expresión siniestra. Un poder oscuro emanaba de él, envolviéndolo todo en sombras. Saeng quiso retroceder, pero algo lo mantenía paralizado en su lugar. El desconocido levantó la mano y un rayo de energía negra se lanzó hacia Saeng, perforando su pecho con un dolor intenso.

El grito de Saeng resonó en su mente mientras su cuerpo se retorcía en agonía. La visión del campo destruido y los muertos a su alrededor se desvaneció lentamente, y en su lugar, la inconciencia lo envolvió como un manto oscuro.

Antes de perder la conciencia por completo, una figura familiar emergió en su visión borrosa. Una silueta alta y poderosa, con rasgos que le resultaban conocidos. Saeng pudo distinguir una expresión preocupada en los ojos de la figura mientras se acercaba a él. La imagen de Hyun se hizo más clara mientras la oscuridad se apoderaba de su mente, y Saeng sintió una mezcla de alivio y anhelo en su corazón antes de caer en la inconciencia.

El sueño tumultuoso dejó a Saeng jadeando cuando finalmente despertó. Se encontraba en su cama, empapado en sudor y temblando ligeramente. La sensación de horror y dolor aún se aferraba a él, como una sombra persistente. Tomó su rostro entre las manos, tratando de calmarse y recordando que todo había sido solo un sueño, aunque había sido vívido y aterrador.

El amanecer comenzaba a filtrarse a través de las cortinas, iluminando la habitación con una luz suave. Saeng cerró los ojos y respiró profundamente, tratando de despejar su mente de las imágenes perturbadoras que lo habían atormentado durante la noche. No podía evitar sentir que estos sueños eran una manifestación de sus propias ansiedades y confusiones.

Se levantó de la cama con la intención de comenzar el día, pero su cuerpo aún estaba tenso y agitado. Decidió tomar una ducha para intentar relajarse y aclarar su mente. El agua caliente cayó sobre él, y Saeng dejó que el calor lo envolviera, sintiendo cómo la tensión comenzaba a disiparse lentamente.

Después de la ducha, se vistió con ropa cómoda y decidió hacer un desayuno ligero. Mientras preparaba una taza de té, su mente seguía dando vueltas a los sueños. Las imágenes de amor y horror parecían contradecirse, pero también había algo más profundo y perturbador en ellas.

Mientras sostenía la taza de té entre las manos, Saeng decidió que necesitaba hablar sobre lo que estaba sintiendo. Su padre había sido siempre un apoyo constante en su vida, y estaba seguro de que podría ayudarlo a aclarar sus pensamientos. Decidió llamarlo y organizar una visita.

Poco después, su padre llegó a su apartamento. Saeng le relató con detalle los sueños que había estado teniendo y cómo lo habían estado afectando. Su padre lo escuchó atentamente, asintiendo ocasionalmente mientras absorbía la historia.

AMANDOTE OTRA VEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora