Parte 13 / CORREGIDO

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Crédito de esa hermosa imagen a @monique241181

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Narración Saeng

Mi mente quería negar lo que había pasado, pero mi cuerpo aún sentía lo vivido anoche en los brazos del Sr. Kim. Aun me encontré en la cama, envuelto en las sábanas que atestiguaron la pasión compartida. Las sombras de la noche anterior se desvanecerían ante el amanecer que pintaba la habitación con tonos cálidos y suaves.

Trataba de entender el porqué llegué a cometer aquella locura, por qué caí bajo aquella tentación, pero no podía evitar admitir que había una fuerza de atracción entre mi jefe y yo que superaba cualquier lógica o resistencia. La dualidad entre lo que dictaba mi mente y lo que mi corazón clamaba complicaba mis pensamientos.

Solo en aquella cama en donde había pasado la mejor noche de mi vida, podía sentir aún el calor residual del lugar donde el Sr. Kim había estado hace unas horas. Habíamos compartido abrazos, caricias, y habíamos logrado comunicarnos sin necesidad de palabras. Era como si en aquel momento hubiéramos encontrado una conexión que trascendía las limitaciones del lenguaje.

Había existido un vacío en mí durante tanto tiempo, una sensación de incompletitud que ninguna persona o cosa podía llenar. Pero ahora, después de aquella noche, podía admitir que había encontrado algo que se acercaba a esa sensación de plenitud que siempre había buscado. Sin embargo, estaba inundada de miedo por lo que esos sentimientos podían significar, temeroso de que todo se redujera a ser solo un pasatiempo para el Sr. Kim.

Mi corazón se agitaba, mezclando el anhelo con el temor, la felicidad con la incertidumbre. Aun cuando el Sr. Kim no estaba a mi lado, su presencia se mantenía como una sombra que se negaba a desvanecerse. Quería entenderlo todo, pero mis pensamientos eran interrumpidos por la realidad tangible que tenía ante mí.

Decidí levantarme lentamente, mi cuerpo grabando cada caricia y cada contacto de la noche anterior. Mientras el amanecer filtraba su luz a través de las cortinas, me envolví en la sábana como si fuera un escudo que me protegiera de mis propias emociones. De alguna manera, deseaba con ansias enfrentar la realidad y, al mismo tiempo, temía lo que esa realidad pudiera implicar.

La ducha fue un refugio, un lugar donde el agua tibia calmaba mis pensamientos turbios. Cerré mis ojos, tratando de evadir la imagen en el espejo que reflejaba a un hombre lleno de dudas y contradicciones. El agua caía sobre mí, como si quisiera arrastrar consigo todas las incertidumbres que atormentaban mi mente. Me dediqué a limpiar mi piel, deseando enjuagar no solo el olor a deseo compartido, sino también las inquietudes que parecían impregnar mi ser.

Cada gota de agua que recorría mi piel llevaba consigo una sensación de renovación. Sin embargo, no importa cuánto intentara borrar los recuerdos de la noche anterior, las caricias y los besos del Sr. Kim persistían en mi mente, como una melodía que se niega a desvanecerse.

Con la toalla envolviendo mi cuerpo, me enfrenté al espejo. Mis ojos se encontraron con mi reflejo, un reflejo que parecía llevar grabado en sí mismo los rastros de una experiencia que había alterado mi mundo de formas que no podía comprender. Cerré los ojos, exhalando profundamente, intentando ordenar mis pensamientos antes de enfrentar a Hyun.

La voz del Sr. Kim me sacó de mi ensimismo, como un faro en la neblina que me llamaba de vuelta a la realidad. "¿Saeng?" llamó, y su voz resonó en la habitación como una melodía que despertó todos mis sentidos.

"¡Si!" Respondí, un poco más alto de lo que pretendía, mientras me secaba y atendía el caos de emociones que amenazaba con desbordarse en cualquier momento.

AMANDOTE OTRA VEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora