Parte 1 / CORREGIDO

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Narración Saeng 

Porque precisamente hoy, de todos los días, tenía que quedarme dormido. Los rayos tímidos del amanecer empezaban a iluminar la habitación cuando abrí mis ojos y me encontré con que el reloj marcaba más de las 6:30 a.m. Mi corazón se aceleró; a las 7 en punto debía estar entrando a ese nuevo trabajo que tanto había costado conseguir. Y justo esta mañana, las cobijas parecían haberse aferrado a mí como si tuvieran vida propia.

Sin más, me levanté de un salto, corriendo al baño como si el tiempo fuera un enemigo que intentaba ganarme la carrera. El agua fría chocó contra mi piel, y mientras me duchaba a toda prisa, mi mente corría aún más rápido, repasando cada paso que debía dar antes de presentarme en la empresa.

Mi traje recién comprado, el resultado de ahorros y el apoyo incondicional de mi padre, esperaba colgado, impecable, en el armario. Los minutos seguían pasando implacables, y la urgencia me hizo vestirme casi en un abrir y cerrar de ojos. Miré al espejo y me esforcé en ajustar la corbata con manos temblorosas, tratando de calmar mi respiración agitada. El tic-tac del reloj parecía burlarse de mí mientras la ansiedad se apoderaba de mis pensamientos.

Mi padre, un hombre extraordinario que había enfrentado el desafío de criar a un niño solo desde mis 8 años, me esperaba en la cocina con una sonrisa cómplice en los labios. La partida de mi madre a una vida mejor había dejado un vacío que, aunque había cicatrizado, a veces aún se abría en los ojos melancólicos de mi padre.

Nuestra vida había cambiado drásticamente en aquellos días oscuros, cuando mi madre cayó enferma de cáncer en los pulmones. Dejamos el hermoso rancho en las afueras de Seúl para enfrentar el desafío en la capital. Mi padre vendió el rancho que tanto amaba para costear los costosos tratamientos, luchando contra la enfermedad sin descanso. Sin embargo, después de un año de batalla, mi madre partió hacia un lugar mejor, dejándonos a mi padre y a mí para continuar nuestra vida, con un pedazo de nuestro corazón en otro lugar.

Quince años habían pasado desde entonces, y tenía ahora 23 años. Con el apoyo incondicional de mi padre y mi propia dedicación, había logrado graduarme en contaduría pública hace seis meses. Mi logro me llenaba de orgullo, aunque la jornada había estado llena de sacrificios y noches de insomnio. Recordé vívidamente aquel día en que recibí la noticia de que había conseguido un puesto en una de las empresas más prestigiosas de la ciudad. Mi padre y yo habíamos celebrado toda la noche, compartiendo abrazos y risas, mientras nuestras vidas daban un giro significativo hacia la felicidad.

Pero hoy, precisamente hoy, había dejado que el sueño me traicionara. Como si las circunstancias se burlaran de mi éxito, las cobijas habían resultado ser mis peores enemigas esta mañana. Sin embargo, no había tiempo para lamentarse. Salí corriendo de mi habitación, saludando a mi padre con una sonrisa y agradeciéndole en silencio por el desayuno que ya me esperaba. Un beso en su frente y tomé las llaves y mi maletín, apresurándome hacia la puerta, deseándole a mi padre un "Te amo" que llevaba todo el agradecimiento y cariño que sentía.

En las calles, la ciudad ya estaba en pleno movimiento. Tomé un taxi, rogando a todos los dioses posibles que el tráfico me diera una tregua. El conductor hacía lo posible por encontrar atajos, pero la hora pico era intransigente. Mis latidos resonaban en mis oídos, mezclándose con el ruido del tráfico. La frustración aumentaba a medida que el reloj avanzaba implacable.

Mis pensamientos volaban entre la impaciencia y la ansiedad. Mi nuevo trabajo significaba mucho para mí, era el resultado de esfuerzo, dedicación y un poco de buena suerte. Pasé días enteros estudiando, enfrentando exámenes y entrevistas, hasta que finalmente me informaron que había conseguido el empleo. La celebración con mi padre había sido una fiesta en honor a nuestros logros, aunque no imaginé que aquel día de celebración se convertiría en una lucha contra las sábanas que me retenían.

AMANDOTE OTRA VEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora