Parte 10 / CORREGIDO

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Narración de Saeng

Mi cabeza palpitaba, un dolor sordo que se aferraba a mi mente. Me sentía abrumado y agotado, como si hubiera estado sumergido en un profundo sueño del que no quería despertar. Entonces, una sensación cálida y exquisita se posó en mis labios. No pude evitar corresponder al beso, dejando que aquellos labios se fundieran con los míos en una sinfonía de emociones. Cerré los ojos, dejándome llevar por la dulzura del momento, saboreando la pasión y la intensidad que aquel beso traía consigo. Pero, de repente, aquellos labios se alejaron de los míos, y una queja incontrolable escapó de mis labios, queriendo más de aquella sensación única.

Joven Heo – la voz que había oído en mis sueños más intensos me llamó, sacándome de mi ensoñación. Abrí los ojos para encontrarme con el hombre que había protagonizado mis fantasías más eróticas. – ¿Se encuentra bien? – preguntó, su voz resonando como una melodía en mis oídos.

Sí – susurré, sintiendo un rubor subir a mis mejillas. Mi mente todavía estaba nublada por el beso que había parecido tan real.

¿Siente algún dolor? – preguntó, su mano cálida tocando mi rostro y enviando una cascada de sensaciones a través de mi cuerpo.

¿Qué ha pasado? – pregunté aturdido, luchando por recordar los eventos recientes que parecían difuminados en mi mente.

Te encontraron desmayado en el ascensor – respondió, y entonces entró Jung Min a la sala, trayendo consigo un torrente de emociones encontradas.

Seguro has recaído debido a la gripe que te aquejó hace unas semanas – añadió el Sr. Kim, su belleza radiante en mi mente, derritiendo cualquier pensamiento lógico.

¿Seguro que estás bien? – inquirió Jung Min, su mirada penetrante examinándome minuciosamente.

Sí, estoy bien – dije, intentando levantarme del sofá en el que me encontraba. Pero mis movimientos fueron demasiado bruscos, y un mareo me invadió. Habría caído de no ser por los brazos fuertes del Sr. Kim que me sostuvieron en su abrazo protector.

No te veo tan bien – comentó el Sr. Kim, sus ojos fijos en mí mientras mi corazón latía acelerado.

Estoy bien, solo fue un mareo – traté de tranquilizarlos, aunque el tono de mi voz revelaba mi incomodidad. Mis pensamientos aún estaban nublados por el beso que parecía haber compartido con el Sr. Kim.

Hyun – Jung Min lo llamó, pero este parecía estar sumido en sus propios pensamientos, y su mirada se mantenía clavada en mí.

Sr. Kim, por favor, podría soltarme – susurré tímidamente, tratando de liberarme de su abrazo que me había hecho sentir tan seguro.

Lo siento – murmuró el Sr. Kim, su rostro adquiriendo un tono rosado que solo aumentaba su encanto. Finalmente, me soltó, y sentí un ligero escalofrío recorrer mi piel allí donde sus manos habían estado.

Bueno, si no hay nada más, me retiro – declaré apresuradamente, deseando escapar de la habitación y recuperar la compostura que parecía haber perdido.

Espera – me detuvo el Sr. Kim mientras se acomodaba en su silla. La ansiedad revoloteaba en mi pecho, y no sabía a qué se debía. – Siéntate, por favor.

Sí – respondí, obedeciendo su solicitud mientras me sentaba en una silla cercana.

Con Jung Min hemos estado discutiendo algunas cosas – comenzó el Sr. Kim, y mi curiosidad se mezcló con la incomodidad que aún sentía. – Hemos decidido que a partir de hoy, tú serás mi nuevo asistente.

La noticia me golpeó como un rayo. Mi mente luchaba por procesar las palabras que acababa de escuchar. ¿Yo, su asistente? Parecía una idea absurda y aterradora al mismo tiempo. No sabía cómo reaccionar, y mis emociones se mezclaban en un torbellino de confusión.

AMANDOTE OTRA VEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora