Esta novela narra la inusual forma en que el romance de Christian Grey y Anastasia Steele nace, lo cual ironiza lo extraño que es el amor y de las surrealistas formas en las cuales se da.
Desde niña Anastasia soñó con un romance de cuento de hadas...
Hoy es Domingo, miro al reloj a mi derecha y veo que marcan las diez y media. Me levanto de la cama y voy a ducharme, cuando salgo Christian está sentado en la cama tallando sus ojos.
-Hola cariño, ¿qué tal amaneciste?-digo antes de besar sus labios.
-Muy bien y mejor ahora que te tengo en mis brazos-dice sonriendo mientras rodea mi cintura.
-Vamos, ve a ducharte, se nos hace tarde-digo besando su frente para alejarme luego.
Voy al vestidor que comparto con Chris y de el tomo la ropa que me pondré. Me pongo un vestido de tirantes muy delgados hasta por debajo de la rodilla de color crema con estampado de flores, tacones no muy altos color arena. Me siento frente al tocador donde seco mi cabello, me hago unas ondas en el y después lo recojo en una coleta. Me maquillo con colores muy suaves, hago una delgada línea en mis ojos y levanto mis pestañas con mascara. En mis labios coloco un color durazno y finalmente me pongo accesorios en color dorado.
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Me levanto del tocador y miro a Christian quien está terminando de abrochar sus jeans, no lleva camisa. Por Dios, en verdad, ¿que fue lo que hice en mi vida para merecer a ese hermoso hombre? Me acerco lentamente y acaricio su mejilla.
-Te ves muy bien así, Sr. Grey-digo con una pícara sonrisa en mis labios colocando una de mis manos en su pecho.
-Tu también te ves muy bien, Srita. Steele-dice él antes de besar mi cuello con sutileza.
-Se que intentas, cariño-digo con diversión mientras acaricio su cabello con tranquilidad.
-¿De que hablas, Ángel? Yo no estoy intentando nada-dice él.
-Claro que sí, apresúrate o llegaremos tarde con Grace-digo separándome.
-¿Y si nos quedamos aquí?-pregunta.
-Mi cielo, se que no quieres hablar sobre esa mujer, pero tienes que explicarle a tu madre que pasa. Yo estaré contigo, si eso te hace sentir mejor-digo.
Deposito un beso en su mejilla y dejo que termine de cambiarse. Tomo un pequeño bolso donde guardo mi teléfono y algunas otras cosas; también tomo del vestidor un ligero abrigo color caramelo el cual me pongo.
Luego de unos minutos Christian llega conmigo. Nos tomamos de la mano y caminamos hacia el ascensor. Entramos a el y después de un rato nos deja en el estacionamiento subterráneo. Subimos al auto para dirigirnos a Bellevue.
Al llegar Grace nos recibe en la puerta y nos saluda sonriente como siempre. Entramos y seguimos a Grace hasta al jardín. Cuando saludamos al resto de los Grey para mi desafortunada sorpresa Elena Lincoln ha venido a almorzar junto con su sobrina, Leila.
Demonios, justo a las personas que no quería ver. Chris y yo nos acomodamos en los lugares que Mia dejó para nosotros. Miro a Christian y se que está algo molesto por la presencia de Leila, presiono su muslo en seña de que se tranquilice y le sonrío. Me acerco a su oído y susurro.
