Capítulo 6: Conociéndose

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¿Por qué estaba tan nerviosa? Katt no se había sentido de tal manera desde que había aplicado para trabajar como diseñadora en la compañía de sus sueños, y ni hablar de la ultima vez que se había sentido así debido a un hombre, tal vez cuando aún era virgen, sinceramente hacía tanto de aquello que ya ni lo recordaba. Por eso mismo, no podía entender sus nervios. Sí, Alexander esa un bombón andante, casi parecía que tenía descendencia griega o algo por el estilo. Sus ojos, su boca, su cuerpo, su voz, su forma de hacerla desearlo de maneras inimaginables, todo el era tan ... yummy, suspiró, nuevamente se había desviado de sus pensamientos originales.

Entregó las llaves de su coche al chico que se encargaba de estacionar los coches y entró al lugar en el que había acordado verse con Alex. Ya era suficiente de aquellas ridiculeces, necesitaba ponerle fin a su ansiedad y nerviosismo injustificables de una buena vez y si para eso necesitaba acostarse con aquel bombón, que así sea.

Alex se encontraba ya en la mesa cuando ella se acercó. Sí, definitivamente era tan apuesto como lo recordaba, alto y con músculos donde debía de haber músculos. Lo único que no podía recordar era sí su retaguardia era igual de impresionante que su delantera, en fin, lo averiguaría más adelante. Justo cuando iba a saludarlo, Alex se levantó de su silla y habló:

-Creo que haber quedado en un lugar tan público fue una mala idea- 

Katt lo miró sin comprender - ¿Y eso por ...?

-Porque en lo único que puedo pensar es en arrancarte la ropa y besarte por todos lados-

-Oh-

-Sí, oh-

Sin saber que contestar a aquello, Katt procedió a sentarse en la silla frente a la de Alex, sinceramente muy pocas veces se quedaba sin palabras, la mayoría del tiempo siempre podía crear comentarios sarcásticos e inteligentes para ser ella quien tuviera la última palabra, claro que Alex tenía que llegar a cambiar aquello.

-¿Sin palabras, dulzura?- ah, que bien que hacía para su hombría haberla dejado sin palabras, pensó para sus adentros Alex.

-Más bien pensativa-

-Y ¿se puede saber en qué piensas con tanto empeño?-

-En si ceder y sugerirte ir a un lugar más privado o si terminar con tu actitud arrogante y evitar que esta noche termine en tu y yo desnudos-

-Oh-

-Sí, oh-



Para sorpresa de ambos, comieron sin silencios incomodos, la plática fluía de una forma tan natural, casi como si llevaran conociéndose de toda la vida. Claramente Alex estaba encantado con la chica que tenía frente a él, ella era simplemente maravillosa, tenía tema de conversación para casi todo, sabía de deportes, sabía de países, política, cantantes, libros, películas; era como si estuviese hablando con Google hecho persona, una persona muy atractiva, si era necesario recalcar.

-Entonces...¿por qué decidiste el mundo del diseño de modas?- preguntó Alex, en serio estaba interesado, todo sobre ella le parecía increíblemente interesante.

-Bueno, me gustaría decir que fue algo que siempre supe que quería hacer, que desde chica me gustaba jugar con la ropa y vestir de diferentes maneras a mis barbies y que simplemente estaba destinado a ser, pero la verdad es que no fue así- comenzó mientras daba un trago a su copa de vino- de chica, en realidad, soñaba con convertirme en una conductora de coches famosísima, ya sabes, fórmula uno y todo ese prestigio simplemente sonaban como la vida perfecta, claro que después de ver que los coches en serio chocaban y los conductores podían lastimarse de verdad como que todo el glamur ya no valía tanto la pena. Así que decidí enfocarme en la segunda cosa que me atraía más que el glamur, los animales. Claro que todo el sueño de ser veterinario no duró más que algunos días, hasta que tuvimos que llevar a mi perra a que la operaran y descubrí que ese trabajo no consistía solo en cuidar de animales lindos.

Y así pasé casi por todos los posibles trabajos, desde los cinco hasta los 18 no sabía qué demonios hacer con mi vida, siempre saltando de una profesión a otra, casi siempre tan opuestas una con la otra como el hielo y el fuego y entonces cuando ya tenía que comenzar con las aplicaciones a la universidad y no había más tiempo para seguir sin saber qué demonios hacer hice lo que cualquier persona adulta y responsable haría: lo dejé al azar.

-¿Qué?

-Sí, estaba harta de la presión de mi familia, de la presión del consejo escolar y de la presión a la que yo misma me sometía y entonces pensé que si yo no podía decidir qué demonios hacer con mi vida tal vez el destino podía decidir por mi, siendo sincera sé que lo hice porque simplemente no podía con la responsabilidad de escoger algo y después darme cuenta que no me gustaba o que era un asco para aquello. De cualquier manera, gracias al azar y a una página que elige nombres  de forma aleatoria terminé inscribiéndome a arquitectura. Y sí, fui un completo asco, resulta que el azar claro que se equivoca, lo único bueno del año que desperdicié fue que pude inscribir una clase que compartían con los de diseño y fue ahí cuando descubrí que tal vez no todo estaba perdido para mí- al momento en que termina de contar su historia, tanto Alex como Katt se encontraban ya casi por terminar sus postres.

-Vaya, tu sí que sabes contar una historia- murmuró Alex viéndola con intensidad.

-Sí, bueno, soy una persona que se enfoca mucho en los detalles, pienso que mientras más detalles y empeño pongas en algo, más satisfactorio es el resultado.

-Creo que tu forma de pensar será muy conveniente para nosotros-

Wow, al parecer todo lo que salía de los labios de Katt era inmediatamente malinterpretado por el sucio cerebro de Alex, sin duda no podía apartar su cabeza de la verdadera finalidad de aquella reunión: sexo. Pero aún era algo temprano, y ella quería terminar su delicioso pastel de chocolate sin prisas. El sexo podía esperar un poco más.

- Y ¿Qué me cuentas tu? ¿siempre supiste que te querías dedicar a los negocios?-

-La verdad es que sí, desde siempre se me inculcó que crecería para heredar el negocio familiar, así que nunca hubo debate sobre a que universidad me matricularía ni sobre qué estudiaría-

-Eso es un poco triste- comenta sincera Katt, sí bien ella había dejado su destino al azar no creía que fuera mejor que impusieran una profesión en cima de los deseos personales.

-Mmm, no tanto sinceramente. Estudiar negocios al principio fue algo que hacía simplemente porque era lo que se esperaba, pero con el paso del tiempo en serio me gustó entender cómo es que el mundo realmente gira en torno al dinero y al poder. La verdad es que, aunque la gente se empeñe en decir que el dinero no lo es todo, están equivocados. Hay que aceptar que para poder tener una vida medianamente aceptable, con comodidades, poder comer lo que desees, ir a donde desees y todas esas cosas se necesita tener un ingreso medianamente aceptable. Claro, el dinero no puede comprar sentimientos reales, pero siendo completamente racionales, los sentimientos no te alimentan ni te proporcionan un techo bajo el que dormir. Entonces, básicamente entendí que tener poder, tal vez no es lo más importante, pero me permite manejar un coche que me encanta y salir de vacaciones a donde quiera el día que quiera- Me mira sonriendo- y es divertido tener mucho dinero.

Katt no pudo sonreír, estaban sorprendida por su forma de ver el mundo- no sé si sentirme triste por lo vacío que eso suena, o asombrada por lo real que es.

-No hay porque sentirse ni triste ni asombrado, no estoy diciendo que los sentimientos no sean importantes, claro que lo son y yo, mejor que nadie, sé que tener mucho dinero no es sinónimo de ser feliz, sólo digo que no hay porque demeritar a los que ganan mucho dinero e inmediatamente juzgarlos de materialistas, porque así como hay gente a la que le gusta hornear hay gente a la que le gusta invertir para aumentar sus cuentas bancarias. Y tienes que admitirlo, el dinero es importante en esta vida.

-Lo es, no estoy diciendo que no. Sin dinero no hubiera sido capaz de crear mi propia línea de ropa, ni de comprar todo el maquillaje que se me antoje- admitió con una sonrisa- es solo que lo dijiste tan crudo y real que me sacaste de órbita por un segundo.

-Hay otras cosas que sé hacer para sacarte de órbita por más de un segundo-

Katt simplemente rodó los ojos y rio, le gustaba Alex, más de lo que estaba dispuesta a aceptar.

Birthday GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora