¿La llamaba o no la llamaba?
Esa, aparentemente, simple pregunta había estado rondando en la cabeza de Alex durante toda la semana, ya era miércoles y el aún no había tomado una decisión. Se estaba comportando como un crío y el, mejor que nadie, lo sabía. Tan solo se trataba de una llamada telefónica, él había hecho miles de llamadas a chicas ardientes durante su adolescencia y aún así esta, específicamente, le estaba costando horrores realizarla. Y es que la verdad Katt no solo era una chica ardiente, ella era la excepción a la regla, la oveja negra, no sabía de qué otra forma explicarlo.
Cada que Alex recordaba aquel sábado por la noche todo el reaccionaba, incluida una parte específica de su anatomía. Estos días habían sido de los peores, no recordaba cuántas duchas había tenido que tomar para bajar la erección que tenía cada que recordaba los sensuales labios de esa ninfa de cabellos castaños. Así es como Alex la recordaba, una ninfa abrasadora, la diosa de lo sensual y prohibido. Sin duda, además de su espectacular físico y su cara de muñeca de porcelana, lo que más le atraía a Alex eran sus ojos. Nunca había visto unos ojos con un celeste tan intenso, solo bastaba una mirada a aquellas perlas y uno quedaba colgado para siempre.
—¿Nuevamente soñando despierto, Alex?— preguntó Jason, mientras entraba a la oficina de su amigo.
—Solo pensando— contestó, a la vez que, discretamente, escondía la tarjeta que había estado viento por minutos como un tonto.
—Déjame adivinar— Jason sonrío mientras se sentaba frente al escritorio, del lado opuesto a Alex— pensando en una castaña de infarto que, de pura casualidad, resulta ser mi amiga ¿adiviné?
Alexander exhaló cansado, el mismo tiempo que el había tardado decidiendo si llamar a Katt o no su amigo lo había aprovechado para molestarlo con ello, cada maldito minuto de cada maldito día.
—Basta Jason, simplemente no sé si debería llamarla, es complicado.
—Hombre, es de todo menos complicado. Siendo honestos, no entiendo por qué le das tantas vueltas al asunto. Katt es una chica increíble y, por lo que me cuentas, ambos se la pasaron genial el sábado, entonces solo llámala. Aunque sí te advierto algo— se acomodó mejor en la silla y miró directamente a su amigo— ella no es una chica de compromisos, le gusta vivir su vida con libertad y disfrutar el momento. Así que si lo que estás buscando es alguien con quien usar el anillo que Melanie rechazó, por nada del mundo la llames. — dicho esto se levantó y se dispuso a salir, no sin antes agregar:
—En cambio, si crees que puedes aceptar una "relación" liberal y sin compromisos, a delante, tienes mi bendición.
Alex se quedó mirando la puerta que su amigo y colega acababa de cerrar. Jason tenía razón, no se trataba solo de si Katt contestaría o no el teléfono, o de si ella querría verlo de nuevo o no. Se trataba de saber qué era lo que quería él. No podía mentir y decir que era un santo, por su puesto que no, durante su adolescencia y en sus primeros años de universidad todo el mundo lo describía como el típico idiota mujeriego promedio, que es súper caliente y tiene sexo con cualquier chica. Entonces, claro que sabía que el sexo sin compromiso era fantástico, pero cuando conoció a Melanie, un año antes de graduarse, en serio pensó que esa etapa de su vida había terminado. Para él, al menos, había terminado. Estaba listo para dejar de ser el idiota todas mías y convertirse en el idiota enamorado, fiel y comprometido. Pero... ¿sería tan malo retroceder un poco? Es decir, ahora ya no tenía ningún compromiso, era libre y podía hacer lo que se le viniera en gana. De cualquier manera el ya había probado eso que todos llaman amor y había estado dispuesto a casarse y mira donde había acabado: ahogando sus penas en alcohol y más solo que el polo norte.
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Birthday Girl
Roman d'amourSinopsis. Alexander acaba de ser rechazado por su novia de más de dos años, se siente devastado, para él la vida ya no tiene sentido, la mujer que ama lo dejó. Su mejor amigo, Jason, se da cuenta que él lo que necesita es salir y conocer gente nueva...