Alexander tenía seis años cuando conoció a Jason. Era su primer año en la escuela primaria y estaba tan emocionado que lo único que podía hacer era correr por los pasillos del lugar hacia su salón de clases. Cuando entró al aula pudo reconocer a muchos chicos y chicas con los que solía jugar en el vecindario, algo que se le facilitaba mucho a Alex era el hacer amigos, siempre había sido una persona muy sociable. Las clases pasaron y él cada vez estaba más impaciente porque sonara la campana anunciando el almuerzo, comer era una de sus cosas favoritas y justo en este momento, después de no haber comido durante tres grandes horas, estaba más que hambriento. Sus deseos fueron cumplidos en minutos y un ruido ensordecedor inundó toda la institución. Los alumnos salieron del salón como si fueran animales salvajes y Alex estuvo a punto de seguirlos, entonces notó como un niño se quedaba en la esquina del salón, extrañado se acercó. El niño tenía la cabeza gacha y no la levantó hasta que Alex habló.
—Cuando suena la campana significa que podemos salir a comer o jugar— explicó hablando como si aquel niño no entendiera el inglés.
Alex sabía que las personas eran raras, o diferentes como su madre las llamaba, pero ese niño se pasaba de diferente. No hacía más que observarlo fijamente con sus ojos abiertos al tope, como si no pudiera creer lo que estaba pasando.
—¿Por qué no hablas?— al no obtener respuesta Alex suspiró— bien, como quieras.
Se giró dispuesto a salir y comer alguna fritura cuando el niño extraño habló.
—Mi papá me dijo que si me metía en problemas el primer día, me mandaría a la escuela militar y no me dejaría volver a ver a mi madre.
¿Escuela militar? Alex nunca había oído hablar sobre tal cosa, pero sí había oído hablar sobre padres abandonando a sus hijos y no le gustaba para nada.
—No quiero meterme en problemas— habló el niño temeroso.
—¿Cómo te llamas?
—Jason.
—Yo soy Alex, y no te meterás en problemas por salir a jugar cuando está permitido— cuando vio la duda en los ojos del niño se propuso ser su amigo por siempre y protegerlo de todo— Además mi padre es un gran abogado, si intentan alejarte de tu madre le diré que te ayude.
—¿Hablas en serio?— preguntó Jason mirándolo esperanzado.
—Claro, para algo están los amigos ¿no?— y desde entonces ambos habían sido como uña y mugre, pegados todo el tiempo e inseparables.
Lo gracioso era que ahora, años después, Jason fuera quien estuviera haciendo el papel de salvador, aunque Alex no se quejaba. Jason lo conocía mejor que nadie y agradecía infinitamente que lo apoyara en este momento de su vida. A fin de cuentas, eran mejores amigos, casi hermanos, Jason solo quería verlo feliz.
Tomó su loción y aplicó un poco para después darse un vistazo final en el espejo, lucía bien. Había logrado peinar su cabello, aún cuando lo tenía más largo que de costumbre; tras haberse rasurado y puesto ropa decente casi parecía como si nunca hubiera sido rechazado. Lo único que delataba su verdadero estado de ánimo eran las grandes bolsas bajo sus ojos, estaba cansado. Escuchó como un auto aparcaba fuera de su casa y un claxon siendo tocado repetidas veces. Miró el reloj y sonrió al comprobar una vez más cuan puntual y determinado era Jason.
Se dispuso a salir y encontrarse con su amado pero odiado amigo.
—¡Baja ese teléfono, bastardo!— Jason lo miró con una sonrisa engreída.
—Un minuto más y tu madre estaría en el primer vuelo con el único propósito de patear tu trasero— Alex bufó, pero sabía que lo que su amigo decía era cierto. Su madre era peor que el diablo.
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Birthday Girl
RomanceSinopsis. Alexander acaba de ser rechazado por su novia de más de dos años, se siente devastado, para él la vida ya no tiene sentido, la mujer que ama lo dejó. Su mejor amigo, Jason, se da cuenta que él lo que necesita es salir y conocer gente nueva...