Katherine no quería irse, sin duda esta había sido una de sus mejores noches en mucho tiempo. Sinceramente, ella no creía recordar haber tenido una noche igual a la que acababa de vivir. Pero tenía que irse, lo que acababa de pasar no había sido más que parte de lo que ella hacía, tenía que terminar en ese momento, no importaba que el hombre estuviera más bueno que el pan o que fuera capaz de darle unos orgasmos de muerte. Suspirando, se levantó de la grandísima y cómoda cama y buscó su ropa. Una vez vestida y abrigada, miró por ultima vez al hombre que descasaba en la cama. Estaba recostado boca bajo con la sabana cubriendo la mitad de su cuerpo y ¡vaya cuerpo! Sacudió la cabeza y, con un poco de pesar, dejó una pequeña tarjeta en la mesita de noche, se encaminó a la puerta y, antes de salir, susurró.
—Hasta pronto, Alex.
—Servicio de limpieza.
Alex levantó la cabeza confundido, no recordaba donde estaba. Se sentó en la cama y talló sus ojos esperando que esto aclarara sus ideas y alejara un poco el sueño. Nuevos golpes en la puerta lo alertaron de que alguien quería entrar. Aún confundido se levantó y caminó hacia la puerta
—¿Si?— preguntó a la señorita de limpieza que se encontraba del otro lado. Sin embargo, ella no lo miraba a la cara, miraba su... ¡demonios! Avergonzado, Alexander cubrió su desnudez detrás de la puerta —lo siento, en cinco minutos estoy fuera de aquí— sin darle tiempo a la sonrojada chica de responder cerró la puerta y miró con más atención el cuarto.
Ya recordaba, Jason y sus locuras, ahora la pregunta era ¿dónde estaba Katt?
—¿Katt?— preguntó en voz alta más nadie contestó. Con un encogimiento de hombros se dispuso a vestir, al parecer se encontraba solo en aquel cuarto.
Después de haberse lavado la cara y haberse puesto nuevamente el traje que ayer vestía se dispuso a salir, justo en ese momento una nueva señorita de limpieza iba a tocar la puerta. Con una sonrisa cordial Alex le permitió el paso y se dirigió hacia los ascensores.
Que noche más loca pero mágica había tenido, sin duda su amigo sabía como dar regalos y como animar a un hombre en crisis. Aunque, si era sincero jamás había disfrutado tanto con alguna chica como lo había hecho con Katt, había sido simplemente como descubrir un nuevo concepto de placer. Ellos habían conectado tanto, de una manera que, hasta ayer, Alex creía imposible. Era una lástima que no sabía nada más de ella, sin duda él quería repetir. Tal vez podía pedirle a Alex su contacto o algún lugar donde encontrarla, pero ¿realmente quería eso? Es decir, su prometida lo había rechazado y ahora estaba deseando ver a una chica que era... ¿qué, exactamente, era? No tenía caso que siguiera creándose tantas historias en la cabeza, en realidad no tenía nada con lo que sustentar aquellas historias, nada más que puro, absoluto y destructor placer. Suspiró, tendría que hacerle una visita a Jason si quería alguna respuesta.
—¡Señor!— escuchó un grito a sus espaldas justo cuando las puertas del ascensor se abrieron, confundido, volteó. La señorita de limpieza que antes había entrado a su habitación iba corriendo hacía el, agitando algo en su mano.—Ha olvidado esto— dijo la chica tratando de recuperar el aire que había perdido tratando de alcanzarlo.
Alex miro confundido el trozo de papel que ella le daba — Esto no es mío— contestó, mientras escuchaba el particular sonido que indicaba que el ascensor había cerrado sus puertas y ya no se encontraba más en ese piso.
—Oh— la chica se veía confundida— lo siento, estaba en su mesa de noche y pensé... una disculpa, lo tiraré.
Alex sacudió la cabeza una vez más sin despegar su mirada de aquella peculiar tarjeta, necesitaba una cerveza.
—No, descuide, la guardaré, gracias de cualquier manera.
La empleada lo miró sin entender qué pasaba, pero termino por asentir con la cabeza y regresar, tranquilamente, a la habitación que se encontraba limpiando. Alexander miró nuevamente el papel:
"Happy Birthday"
-(55)28631082
¿Aquel era el número de Katt? ¿Ella quería que la llamara? Sí, definitivamente necesitaba respuestas.
Alex acababa de estacionarse frente a la casa de su amigo, en serio esperaba que é estuviera en casa, no había podido dejar de pensar en aquella tarjeta y si su amigo no le decía que era mala idea llamar a Katt, sin duda lo haría.
—Hey, Alex— saludó su amigo al abrir la puerta— ¿qué haces aquí?
—Tu sabes que hago aquí Jason— exclamó mientras entraba a la casa y se dejaba caer derrotado sobre el sofá. — ¿qué fue lo de ayer?
Jason sonrió —¿Te gustó?
—Pues claro que me gustó, idiota— la sonrisa de Jason se transformo en una cargada de mera autosuficiencia.
—Soy el mejor amigo del jodido planeta— se felicitó el mismo, feliz de haber acertado en su regalo.
—Jason— Alex, llamó su atención y la sonrisa del chico se borró al ver la seriedad en el rostro de Alex— no solo me gustó. Me encantó, me fascinó, me dejó embriagado.
—Oh joder, quieres más— el asentimiento por parte de Alex lo hizo soltar un bufido— de nosotros dos tu eres el idiota Alexander ¡por Dios! Se supone que solo era para que pasar un buen rato, no para que empezaras a soñar todas esas estupideces que sueles soñar y a "querer más."
—No estoy soñando con estupideces, simplemente Katt fue maravillosa y...— Jason lo interrumpió.
—Para ahí un minuto ¿te dijo su nombre?— Alex asintió— ahora sí estoy impresionado ¿cómo hiciste que eso sucediera?
Alex se encogió de hombros —¿quieres detalles?
—¿Durante el sexo?— Jason no cabía con su asombro— ¿la sobornaste con sexo para saber su nombre? ¡Joder, hombre! Y yo que pensaba que eras un asco en la cama-
—¿ y por qué siquiera te imaginas tu como soy en la cama? Eso es jodidamente raro, incluso para ti Jason.
El susodicho rodó los ojos —Eso no es lo importante, lo importante es que Katt te dijo su nombre y que tu quieres más. Exactamente ¿a qué te refieres con "más"?
—No lo sé— admitió con un suspiro— simplemente yo... solo fue asombroso ¿de acuerdo?— admitió, rendido.
—Pues claro, Katt es asombrosa, no la hubiera llevado contigo de lo contrario.
Aquello trajo una pregunta, bastante específica y poco agradable, a su mente —Jaso ¿tu y Katt han...?
—¡Oh joder, no! — exclamó con una mueca de asco— ella es como mi hermana, que desagradable.
—Jason, sinceramente tengo muchas preguntas y lo único que estas haciendo es crearme más. Así que, por el bien de mi salud mental, por favor empieza a explicar que está pasando.
—Es que no sé que quieres que te explique ¿cómo conocí a Katt?— Alex asintió— bien, la conocí en el primer año de universidad y nos hicimos grandes amigos.
¿Amigos? Alex frunció el entrecejo — ¿es ella una...?
—¿Prostituta?— completó Jason— no, no es una prostituta — por alguna razón aquello relajó a Alex. Sin embargo, Jason continuó — no es una prostituta porque no cobra, Alex, pero sí que tiene mucho sexo con gente que no conoce.
¿Por qué mientras más conversaba con su amigo más preguntas surgían en su cabeza? Jason suspiró.
—Mira Alex, lo mejor va a ser que te pase el numero de Katt, seguro que ella te da mejores respuestas que yo.
—Ya tengo su número— nuevamente Jason se sorprendido— me lo dejó en una tarjeta, creo— terminó, al tiempo que sacaba la misma de su cartera y se la enseñaba a su amigo.
—Amigo, ahora estoy completamente seguro de que si la llamas ella responderá todas tus preguntas.
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Birthday Girl
RomanceSinopsis. Alexander acaba de ser rechazado por su novia de más de dos años, se siente devastado, para él la vida ya no tiene sentido, la mujer que ama lo dejó. Su mejor amigo, Jason, se da cuenta que él lo que necesita es salir y conocer gente nueva...