Me duele todo lo cuerpo
Por los errores
Presionados por la lujuria
Nos mentimos
Tanto el uno al otro
Que en nada confiamos______________________________________________
Me llamo Liv. O bueno, Olivia, pero ese nombre lo detesto, así que solo soy Liv. Soy la chica que está en la foto (multimedia), tengo 19 años y vivo en Nueva York. Estamos en el año 1982.
De hecho, hace poco me mudé, más bien me "escape", ya que mi papá es un violento de mierda, y desde que mamá decidió irse porque no soportaba sus actitudes, se la agarraba conmigo y me pegaba. Decidí irme, antes vivía en San Diego, y vine hasta acá para comenzar mi vida sola.
No conocía a nadie, y los primeros días dormí en moteles baratísimos (y en muy mal estado, justamente por eso), pero al menos tenía un techo. Que literalmente, era eso, solo techo y colchones. Pero en fin, era algo.
Apenas llegué me dediqué a buscar trabajo, el cual conseguí por suerte muy rápido, como mesera en un bar bastante conocido, llamado "Nevermind". Le caí tan bien a la gente del bar, que dijeron que como necesitaban gente para atender y yo parecía buena onda, me tomaron. La verdad es que me pagan muy bien, y creo que me lo merezco, ya que trabajo bastante duro siendo solo una mesera.
Como sea, vivo en un departamento algo arruinado, pero ideal para mí, y la verdad es que no me importa mucho lo estético.
Allí no se permiten tener mascotas, lo cual me gustaría, pero me hago amigos de perros que hay en las calles a los cuales siempre les doy comida y agua, los paseo y muy de vez en cuando los llevo a bañar. La verdad es que amo los animales, así que prácticamente son míos, porque los cuido, pero aún así están en la calle.No hay demasiado que contar sobre mí además de eso: me gusta mucho la música, heavy, trash, hard rock, metal, para ser más específica (aunque también me voy por el rock clásico como Zeppelin o a veces el punk rock como Ramones, depende el día), toco el bajo, la guitarra y la batería por hobbie, aunque es algo a lo que desearía dedicarme.
Me gusta beber, fumar, drogarme y salir a fiestas a divertirme. Me gusta mucho el sexo, aunque últimamente me aburre, ya que no es nada especial, siempre lo mismo. Digo, hace tiempo que no tengo sexo con algo más que solo placer. Algunos dicen que me falta amor. Sólo son idiotas, yo no lo creo, nadie necesita amor, solo es algo que creemos que necesitamos por la inseguridad, y yo no soy insegura. De todas maneras, de verdad creo que jamás me enamoré, solo me gustó gente, pero ¿a quién no?.
En fin, en todo eso iba pensando mientras caminaba hacia el bar para trabajar, con mi cigarro en la boca, succionando el humo que luego saldría por mi nariz. Tenía puesta una remera negra al cuerpo y que dejaba asomar mi ombligo con mi piercing, la remera tenía el logo el bar atrás bien grande y adelante a un costado un poco más chico, también tenía unos shorts de jean rasgados y unas pantimedias negras, que estaban algo rotas. Por último, mis botas, algo desgastadas, y negras. Así iba vestida, me gustaba poder ir con la libertad de no tener que usar un uniforme y demás, ya que los odiaba.
Siempre me pintaba los ojos de negro, como hoy, ya que mis ojos resaltaban, y le daba algo de volumen a mi pelo negro azabache, que resaltaba con mi blanca piel.Apague mi cigarro justo en la puerta, y entre. Allí me recibió Karim, el jefe. En realidad, el no era el jefe, pero le decíamos así por su manera de actuar.
Karim: ¡Al fin!, pensé que no ibas a llegar más. Rápido, que ya llegó mucha gente y Jennifer no puede sola. - Jennifer era la otra mesera, la cual era una niña insoportable, que nadie aguantaba, pero como era la hija del dueño trabajaba ahí.
Yo: Sí, hola a vos también. - sonreí sarcásticamente y el rodó los ojos.
Rápidamente caminé hasta la primera mesa que ví y les tome su pedido, fui a darselo a Karim, quién prepararía las cosas y las dejaría en la mesada para que las lleve.
Repetí esa acción con unas cinco mesas más, hasta que ví que estaban todos estaban atendidos. Apoye mis brazos contra la mesada, y suspiré.Karim: ¿Ya te cansaste? - dijo mientras llenaba un vaso con vodka.
Yo: Cerrá el culo, Karim. - dije riendo.
A lo lejos, pude notar un grupo de chicos que se sentó en una mesa, rápidamente me dirigí hacia ellos para que no tuvieran que esperar. Al acercarme, ellos reían y observaban el panorama, con la música a tope y las paredes llenas de cuadros y álbumes muy importantes del rock.
Yo: Buenas noches, ¿saben que van a pedir muchachos?.
X: De hecho, me gustaría verte en un plato ahora mismo. - dijo un chico pelirrojo, con pelo largo, unos rulos muy bien formados, con una remera de Venom y que tenía unos ojos hermosos, pero burlándose.
Yo: Justo para vos no hay. - los demás chicos se rieron e hicieron el típico grito para generar pelea "Uhhh". - ¿Van a pedir o qué? - dije seria.
Todos comenzaron a pedirme lo que iban a beber, y me di vuelta para irme. En ese momento, no se por qué, pero sentí que el mismo idiota que me había dicho esa estupidez hace un rato me observaba al irme. Es como ese instinto que ya tenemos algunas mujeres de saber cuándo un hombre nos va a mirar. Me dí vuelta, y efectivamente, estaba mirando mi culo mordiéndose el labio inferior. Obviamente lo miré mal a propósito, pero este sólo siguió riendo.
Tome las cosas que me habían pedido en una bandeja, y cuando fui a entregarle la cerveza al pelirrojo, tiré a propósito el contenido encima de él, pero fingiendo que fue "sin querer", aunque no muy creíble, ya que quería que se de cuenta de que conmigo nadie jode.
El chico se levantó muy enojado de la silla, y me miró con furia, más aún cuando sus amigos estallaron de risa.
X: ¿Qué carajos te pasa?.
Yo: Conmigo no se jode, pequeño rojito.
X: ¿Sí? - me miró desafiante - Que coincidencia, conmigo tampoco. - el chico se fue, dirigiéndose a la barra.
X: El si que no bromea cuando dice eso - dijo un chico castaño con una barba algo púber, que me causaba algo de ternura ya que tenía cara de niña, pero aún así era lindo.
Miré hacia donde se dirigía el chico pelirrojo. No pensé que iría en serio hasta que lo ví hablando con el jefe. No Karim, el jefe en serio, a quien anteriormente había solicitado.
Mierda.
Fui corriendo hasta donde estaban, pero ya era tarde, con ver la cara de decepción del jefe, era suficiente.
Jefe: ¿Es verdad que tiraste su cerveza encima de él a propósito, Liv?.
Yo: Sí, pero el...
Jefe: Sabes que no puedo tolerar este tipo de conductas.
Yo: Pero... - ví como ese maldito pelirrojo escuchaba con atención y riéndose, como una burla.
Jefe: Creo que deberías irte.
Yo: ¿Es en serio? - dije riendo esperanzada a que se tratara de un chiste. Pero no era eso, ojalá.
Jefe: Fuera, Liv.
Miré al jefe por unos segundos, mis ojos se llenaron de fuego, no sabía a quien pegarle primero. Queria rompele la cara a ese estúpido pelirrojo, pero sabía que si lo hacía probablemente hasta tendría que volver a San Diego. Dejé mi bandeja sobre una mesa con furia, y me acerque al odio del pelirrojo
Yo: Que maduro, el niño me va a acusar con mami. - le choque el hombro con fuerza, y me salí del bar.
No caminé dos pasos, que caí al suelo, pegada la espalda contra la pared, sentada, junte las piernas más hacia mi, y me acueruque a mi misma. Mi cabeza iba a mil, así que la apoye contra mis rodillas, no pude evitar que se me escaparan lágrimas.
Ese trabajo es la única forma que me hacía sobrevivir, y gracias a este idiota la perdí. Aún así, no me arrepiento, ya que no dejo que nadie me trate así.
Allí estaba, otra vez en la nada, ¿y ahora que puedo hacer?.
En ese momento, sentí que alguien tocaba mi hombro. Miré hacia arriba con los ojos llorosos, y allí estaba el.
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¡Hola a todxs! Bueno, como verán, cambié la historia de antes. La verdad es que la anterior no me convencía y no se me ocurría nada para escribir o para seguirla, ¡Espero que esta les guste!, ¡Háganmelo saber!.
Eileen ☠