Kitsune no mura

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Disclaimer: Los personajes de Inuyasha no me pertenecen sino a Rumiko Takahashi.

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. -indica cambio de escena.

—Indica el pasado. –

—indica tiempo actual-

—"Indica diálogo de bestia interna". -

"Indica pensamientos"

Un Deseo no tan Deseado

Capítulo 10

Kitsune no Mura

La visita a la aldea de los exterminadores había sido un éxito, ahora irían hacia los Kitsune que habitaban en la parte este del oeste. Kagome a pesar de llevar una sonrisa adornando su rostro la tristeza emanaba de ella, y Sesshomaru podía olerlo y no le gustaba para nada el hecho de que ella no dejará de desear el amor del pequeño kit, eso lo ponía de malas.

El camino hacia la aldea Kitsune era más largo, así que tendrían que encontrar un lugar para pasar la noche. La actitud de Sesshomaru era distante, su semblante era molesto, por más que lo pensaba no daba en la razón concreta para estar molesto por algo que ni siquiera pasaría, era nulo que él cachorro la viera como algo y mucho menos como su madre como lo hacía en antaño.

Kagome comenzaba a verse agotada, para su suerte encontraron un lugar donde pasar la noche, no era como la noche pasada que durmió bajo un techo y dentro de un rico futon está vez se conformaría con una cueva, que extrañamente para ella se sentía acogedora.

"De seguro es porque vengo con Sesshomaru, ¿Quién hubiera pensado que él sería el final de mi hilo rojo?" -pensaba mientras miraba de manera atenta al yōkai.

De manera rápida Sesshomaru se deshizo de su ahori y kosode pues se disponía a limpiar un jabalí del que comerían ambos y no quería terminar cubierto de sangre.

La mirada de Kagome era tan pesada a su espalda que, por un momento, sintió que quemaba, sus labios se curvaron sin que ella lo viera.

Para Sesshomaru el recibir todo esto era nuevo y sin duda le comenzaba a agradar, pero eso nunca lo iba a admitir, su vida era distinta ahora, su padre no había muerto por ende no había sufrido tanto bajo la crianza de Kimi que, comenzaba a olvidar partes de su vida pasada para ser envuelto en nuevos recuerdos, recuerdos mejores.

Minutos después de concluir con la cena, Kagome comenzó a prepararse para dormir, él la miraba atento a cada movimiento de su parte. La chica era en extremo enigmática, le atraía de una manera poco usual para un demonio.

Sacudió la cabeza saliendo de sus pensamientos.

Kagome ya se encontraba envuelta en un futon, lista para dejarse llevar por Morfeo solo le faltaba algo para sentirse completa, se giró en dirección al demonio con una sonrisa en sus labios.

— Ven aquí. -susurró con voz ligeramente más ronca mientras una sonrisa pícara adornaba sus labios.

Sin protestar él se movió hasta quedar justo al lado de ella, su expresión era serena, solo observaba a la hembra frente a él.

Kagome cortó la distancia con un hambriento beso.

Pronto el ambiente cambió drásticamente, ese momento se había vuelto íntimo.

Sesshomaru con lo último de su ser racional pudo separar a Kagome, no quería follar con ella en una vulgar cueva, quería follarla duro, pero en su cama, bajo su techo.

Un deseo no tan deseadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora