Disclaimer: Los personajes de Inuyasha no me pertenecen sino a Rumiko Takahashi.
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. -indica cambio de escena.
—Indica el pasado. –
—indica tiempo actual-
—"Indica diálogo de bestia interna".-
"Indica pensamientos"
Capítulo 7
Inesperado
Habían retomado su viaje, era momento de reunirse con Midoriko, su padre también estaría allí, tenían que planear todo para que ellos se encargaran de aplazar la guerra porque evitarla solo ellos eran los que podían pero para ello debían regresar a su tiempo. Sesshomaru era el más molesto, el viaje había resultado más lento de lo que él tenía planeado pues la condición humana de ella le hacía detenerse por instantes a descansar.
"Esto será largo" –pensó para él.
Y no paso mucho para que se desesperara y tomara a la sacerdotisa cual costal y se la pusiera sobre el hombro para después elevarse en los cielos.
— ¡Sesshomaru! ¡Cabron! ¡No soy un costal!
Mientras que ella le reclamaba por llevarla de ese modo simplemente él la ignoraba. No le importaban los golpes en la espalda que recibía de ella, la cosa estaba en que tenían que llegar a esa aldea ese mismo día.
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Dos horas más tarde por fin descendió poniéndola a ella a su par en el blando suelo camino hasta donde estaba el poso, ella lo siguió en silencio.
"¿Podré ver el otro extremo?" –se preguntaba ella, pues anteriormente al asomarse por una época podía ver y hasta incluso sentir la otra en el otro extremo.
Y sin poder evitarlo pudo sentir la otra época ahí pero no podrían pasar porque no podía ver aquel brillo perteneciente al otro extremo.
Eso le deprimió, cosa que el Dai notó al instante.
No pasó mucho tiempo cuando por fin Midoriko llegó segundos después llegó su joven padre, pero lo que lo puso de malas es que traía a su yo más joven.
De manera automática sus miradas se cruzaron, el infante le retaba tan inmaduro como se recordaba, se auto odiaba por tener esos sentimientos. Las palabras no hacían falta, con la pura mirada era más que suficiente y que sin ninguno lo notase eran observados por su padre, no les importaba el mundo a su rededor, ahora la prioridad eran ellos.
Una carcajada proveniente del mayor los hizo regresar a la realidad.
— Hump.
Kagome rio al ver la cara de enojo de ambos Dai, sin duda el joven Sesshomaru era muy expresivo, su curiosidad creció.
"¿Qué le habrá pasado para que se hiciera frio y distante?"
Sin pensarlo comenzó a realizar teorías, muchas le resultaban irónicas, ahora podía decir que no fue por culpa de Inuyasha o por su padre, tenía la prueba del joven que le demostraba todo.
— Señor Inu no Taisho le presento a Midoriko—comenzó a hablar Kagome—, Midoriko y usted serán los encargados de evitar la primera posible guerra entre humanos y demonios.
— ¿Chiquilla estás diciendo que ustedes no se quedarán para batallar junto a nosotros? –preguntó con decepción el general.
— Nosotros tenemos que irnos, allá nos espera otra guerra que tenemos que evitar. –explicó Sesshomaru.
Inu no Taisho sonrió, su hijo era impresionante en el futuro, lástima que negara amar a aquella pobre chiquilla; pero le reconfortaba el saber que no había hecho un mal trabajo en la crianza de su primogénito.
— Entonces, Midoriko-sama y yo idearemos un plan para la guerra, ustedes pueden estar tranquilos. –tranquilizó un poco la tensión del momento el general.
Kagome sonrió complacida—Muchas gracias Inu no Taisho-sama
Minutos después el general y la sacerdotisa se retiraron, pero por desgracia para el mayor el joven Sesshomaru se había quedado.
Ambos se miraban nuevamente en total silencio bajo la atenta mirada de Kagome, que no comprendía nada, minutos después ambos comenzaron a gruñirse, en ese momento la morena comenzó a alterarse.
Los gruñidos cesaron pero las miradas asesinas no, y cuando menos lo esperó ambos se lanzaron uno sobre el otro. Ambos con las garras destilando color verde, era obvio quien saldría victorioso pero aún así ahí se encontraban peleando cuerpo a cuerpo, como dos cachorros peleando por el mismo hueso.
— "Será mejor que la dejes aquí, a mi lado" –afirmó el menor de los platinados.
El mayor gruñó aun con más fuerza y de manera rápida cogió al joven del cuello mientras sus ojos se llenaban de carmesí.
— "Tú no tienes voz en esto." –exclamó molesto.
El joven no se quedaría así, entonces para poder liberarse de las garras del mayor se convirtió en Inu, no tenía esperanzas pero esa era, sin duda, la mejor movida que tenía, intentaría con ella, si no ganaba sería por idiota, por haberse ilusionado en vano.
Kagome que no comprendía nada, ajena a la situación les llamaba pero ninguno hacia caso alguno.
De la nada un fuerte estruendo se escuchó y en ese instante apareció Inu no Taisho enojado, lanzando un fuerte gruñido se convirtió en Inu, como alfa tenía que someter a ambos.
Por primera vez en vida Kagome pudo apreciar el gigantesco demonio que era el padre de ambos ambarinos, nunca imagino que fuera mil veces más grande que Sesshomaru, siempre creyó que eran más o menos del mismo tamaño pero ahora que lo veía era como dos veces más grande.
Aunque ella no lograba entender nada sabía que los inus estaban platicando, luego de unos momentos todos regresaron a su forma humanoide.
— ¡Quiero que esa chica se quede! –gritó el albino más joven.
— No. –demandó Sesshomaru ignorando por completo a su padre.
— ¡Tu ni la quieres! —Se excuso—, estará mejor aquí.
— ¡Basta! —Cortó—, Ella será mi hembra, porque es mía, ¡es mi compañera!
Y en ese momento un fuerte agujero negro se abrió de la nada, Kagome estaba en shock y fue la primera en ser succionada, en ese momento ambos Sesshomaru gritaron su nombre e intentaron tomar su mano pero no lo consiguieron, ella fue succionada por completo, acto seguido ambos se lanzaron solo que el padre evitó que el más joven se fuera, algo no andaba bien y él no quería perder a su hijo.
¡Tada!
¡Espero que les haya gustado, espero sus comentarios y sugerencias!
Sayonara RT.
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Un deseo no tan deseado
Fiksi PenggemarSesshomaru y Kagome fueron escogidos para evitar que Inu no Taisho muera gracias al deseo de la perla.