Capítulo 4

6 1 0
                                    

Papá me deja en casa de mi tía Anna con mi mochila. Tengo que hacer deberes y ella me ayuda bastante con ellos.
-Bueno Dani, saca los deberes.
-Voy.

Saco mi archivador, saco una hoja, saco el libro y me pongo a hacer matemáticas. Estoy ahora con las sucesiones, no es algo que se me dé muy bien la verdad pero las intenciones las tengo.

Soy bastante buena en matemáticas, pero exactamente esto no. También soy muy buena en Lenguaje y ciencias. Sí, soy una empollona.
-Daniela, vamos a parar un poco de los deberes. Sí quieres me acompañas a pasear a los perros.
-Sí.

Anna ata a Rym y a Roc y vamos a un parque. Jugamos con ellos allí durante una hora. De pronto, Rym corre hacia otro perro que hay y se ponen a perseguirse. La llamo pero no hace caso, ni siquiera a Anna. Veo que otra chica llama al otro perro. Ella me mira y sonríe. Yo, con vergüenza, hago lo mismo.
-Malibu, ven aquí.

La perra hace caso y deja a Rym de lado. Rym se vuelve a acercar a esa perra pero yo la paro poniéndole la correa.
-Lo siento, Rym no suele hacerlo.
-Tranquila, la mía tampoco.

Nos reímos y nos miramos fijamente.
-Me llamo Paula ¿y tú?
-Daniela, encantada.
-Igualmente. Bueno, me tengo que ir ya, mi padre me espera.
-Sí, yo igual. Mi tía ya me está llamando y tengo que irme.
-Toma, mi teléfono. Así podemos hablar más.
-Gracias.

Ella me entrega un papel y se va hacia un hombre. Yo me doy la vuelta y vuelvo con Anna, quién me mira con una sonrisa.
-¿Quién era esa chica, Dani?
-Ella...se llama Paula.
-Umm...¿te ha gustado, verdad?
-¿Qué? ¡No!
-Vamos Dani, ya sé que eres lesbiana.
-Bueno...un poco.
-Anda, vamos a casa. Tu padre ya estará llegando.
-Vale, pero no le digas nada.
-Tranquila.

En cuanto llegamos, papá ya está allí. Cojo rápidamente mi mochila y me marcho al coche. Los dos se ponen a hablar, espero que no le diga nada de la chica del parque.
Papá entra en el coche y ponemos rumbo a casa.
-¿Ya has hecho todo lo que tenías que hacer?- le pregunto.
-Más o menos...
-Vale.

Llegamos a casa y entramos. Dejo la mochila en la habitación y vuelvo a salón.
-Daniela, ven. Quiero hablar contigo.
-Vale...¿hice algo?
-No, es algo más serio.

Amor paternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora