V. y o u t a s t e l i k e t h e o c e a n

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You're the thoughts that I feared
You're the mountains that I've conquered
If I told you I loved you, would you reach out and touch me?
You taste like the ocean and your body's disgusting

•••

Lo primero que Louis vislumbró al despertar fue oscuridad. Luego, agua; gruesas gotas empapaban cada milímetro de su piel fría. Abrió los ojos y respiró. La bañera se había desbordado y él estaba nadando en el piso.

Su culo se resbaló sobre la cerámica inundada cuando intentó sentarse, y entreabrió los labios con el contacto, dejando salir aire seco. Sus uñas se enterraron en el suelo y de inmediato buscaron la calidez de la carne de Harry.

Al no encontrarla por ningún lado, frunció el ceño y finalmente se incorporó. Se agarró el estómago con ambas manos cuando sintió arcadas. No había comido en tres días, y el hoyo en su estómago empezaba a expandirse por sus huesos.

Llevó un dedo mojado hacia su boca y chupó. El agua comenzó a escocer, enviando corrientes eléctricas a su espina. Tenía la piel erizada y las piernas agarrotadas.

Cuando el ardor bajo su piel reavivó sus sentidos, notó que estaba rodeado por un montón de fotografías que fluctuaban sin llegar a tocarlo.

Louis exhaló el aire amargo que tenía metido en los pulmones y tomó una con dedos temblorosos. Era él, su rostro, con los ojos cerrados y la boca adornada con gotas de agua. Se relamió los labios y tomó otra foto. En ésta, su espina dorsal lucía casi salida de la piel. Tomó otras seis más y las examinó todas descoordinadamente, pasándolas una por una con frenesí.

Sus nalgas, sus clavículas, sus muslos abiertos y su polla; la columna entera de su cuello, sus costillas, sus tobillos y su espalda retorcida. Louis se mordió la uña del pulgar mientras contemplaba cada detalle con los ojos bien abiertos.

La súbita tormenta golpeteaba furiosamente contra el tejado. Louis estrelló las fotografías contra la pared desvencijada cuando acabó de mirarlas y en eso divisó unos ojos observándole en la oscuridad.

El cuerpo desnudo de Harry apareció entre las sombras, y Louis tragó saliva, deslizándose en el piso y golpeándose la cabeza contra el tope de la bañera.

Harry no dijo nada y se arrodilló frente a él. Esbozó una sonrisa cínica y dulce y dejó a sus manos descansar sobre sus muslos. Ladeó la cabeza mientras miraba a Louis divertido.

Las piernas de Louis flaquearon y sus huesos flotaron al igual que su anatomía entera. Parecía que se ahogaba en su propia podredumbre, y Harry no dejaba de mirarlo como si quisiera poseerlo.

Harry se arrastró hasta él sin apartar sus ojos inyectados en sangre y Louis permaneció estático. Cuando llegó a él, su sonrisa se desvaneció y en cambio, su lengua se paseó por su labio inferior.

—Dejarás que te toque —declaró con voz autoritaria y pastosa. Su mirada se había vuelto críptica y profunda, y enterró tenazmente los dedos en la pierna de Louis; sus propias caderas haciendo fricción contra el piso mojado. —Que te marque, que te haga gritar hasta que todos se enteren de las cosas que estoy haciéndote.

Las caderas de Louis se alzaron silenciosamente en busca de él.

—Siempre tan fácil, Louis. Tan revuelto y hermoso. —Sus grandes manos se engancharon en sus tobillos y con sus dedos acarició los huesos al mismo tiempo en que se echaba a reír—. Sólo para mí.

Louis cerró los ojos mientras sentía una bola de fuego instalarse en las paredes de su estómago. El tacto de Harry se sentía distinto y quemaba, y Louis dejó que su cuerpo se consumiera salvajemente en él.

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