Crimen

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Crimen

La escena del crimen era, por decir lo menos, espantosa. Sangre manchaba toda la sucia habitación, llegando a sitios que no parecía posible alcanzar, restos humanos despedazados adornaban lo que claramente era un altar de adoración pagano, sirios de color negro a punto de apagarse eran la única iluminación y símbolos desconocidos para él hacían de alfombra sobre la que sus pies andaban.

Se trataba de magia negra y si bien él no era un experto los Al Ghul siempre han estado bien versados en el tema; por lo que fácilmente podía asegurar que lo que estaba sucediendo no tenía que ver con un simple asesino en serie; iba más allá y tenía que detenerlo antes de que otros fueran asesinados.

Soltando un bufido de resignación, consciente de que no podría con esa clase de trabajo sin apoyo, así que sin más opciones llamo al único miembro de su equipo que era de utilidad en esos momentos. Las coordenadas de aquella bodega abandonada y un "Date prisa" escueto fueron lo único que hizo falta para que en menos de diez minutos Raven apareciera frente a él con una cara de pocos amigos y visiblemente ofendida.

- ¿Tienes idea de la hora que es? - reclamo la joven siendo completamente ignorada.

- Necesito que encuentres a alguien. - fue la única contestación de Robín que le insto a seguirla.

El hijo de Batman se había tomado la molestia de cubrir el cuerpo lo mejor que pudo, pues bien sabía que ese tipo de escenas no eran fáciles de asimilar si no estabas acostumbrado a ellas, como bien pudo comprobar al entrar Raven en aquel sitio y quedarse petrificada con el rostro descompuesto en horror.

- Se trata de un ritual satánico. - empezó a explicar Robín en un intento de que su compañera recuperara la compostura. - Ha estado ocurriendo desde hace dos meses por todo el país, el primer caso registrado ocurrió en Gotham y desde entonces he tratado de seguirle la pista sin éxito, nuevamente he llegado tarde pero ahora no me queda ninguna duda de que estamos tratando con magia negra verdadera.

- ¿Cómo estas tan seguro? - pregunto Raven recobrando la calma poco a poco.

- Porque encontré esto. - Damián extendió un trozo de papiro antiguo en donde claramente se podía leer un hechizo de invocación en una lengua desconocida para ambos, no estaban tratando con novatos.

- Quieres que rastree al dueño. - afirmo la hechicera sin necesidad de que él le explicara nada, si le había llamado es porque ya habían agotado todo recurso lógico y era hora de intentar nuevos métodos.

Con un poco de asco Raven tomo el papiro entre sus manos y comenzó a recitar un hechizo en griego antiguo. La energía violeta que le rodeaba salió despedida en forma de cuervo indicando una dirección y ella salió del trance en que se encontraba.

- Lo tengo, se encuentra en Star City. - dijo ella. - Solo será necesario seguir el cuervo.

Damián asintió con la cabeza y se dirigió al exterior donde su motocicleta le esperaba.

- Gracias. - fue todo lo que dijo el muchacho al subir al vehículo, pero antes de pudiese poner el casco una energía violeta lo envolvió arrancándoselo de las manos.

- ¿Solo gracias? ¿Me traes hasta aquí para usarme como sabueso y te marchas así sin más? - Raven estaba enojada, eso le quedaba claro, mas no lograba entender porque, no era la primera vez que una misión les obligaba a salir de la cama a altas horas de la noche ni tampoco en la que usaba sus habilidades de rastreo para su beneficio, pero si era la primera vez que reaccionaba de aquel modo.

- ¿Qué es lo que quieres entonces? - pregunto él, perdiendo de a poco la calma, no era momento para malgastar de ese modo el tiempo.

- Es magia negra Damián. - recalco lo obvio su compañera.- No hay nada que puedas hacer contra eso, eres un guerrero no un hechicero.

- Alguien tiene que hacerlo y este es mi caso, cada segundo cuenta así que no puedo perderlos buscando a alguien mas "capacitado". - Y así era, los asesinatos rituales estaban sucediendo cada tres días en distintas ciudades cada vez, eso significaba que solo contaba con menos de 72 horas antes de que la sangre de una nueva víctima fuera derramada, Raven suspiro derrotada siendo consciente de lo que haría.

- Iré contigo entonces. - dijo ella nerviosa pues la mirada gélida que Robín le dedico le ponía los nervios de punta a pesar de encontrarse oculta por el antifaz.

Contra todo pronóstico el muchacho saco un casco del compartimento secreto de la motocicleta y se lo extendió; era azul brillante, resultaba claro que estaba destinado a Superboy aunque esté rara vez hiciera uso del mismo.

- No pierdas más tiempo y sube. - fue lo último que Damián dijo, una vez ella subió a sus espaldas y se sostuvo tímidamente de su cintura ambas aves se pusieron en marcha, intentando ignorar el golpeteo acelerado de sus corazones.

MisiónWhere stories live. Discover now