Misión

Padre

Padre

Ambos sabían que tenían una conversación importante que atender, aquel beso había calado hondo en Raven, despertando tanto sus ilusiones más sinceras como sus dudas más profundas, haciéndole muy difícil mantenerse en control a la espera de un mejor momento para hablar, lo cual sumado a la aparente tranquilidad de su compañero, que no decía nada, tampoco ayudaba.

Por su parte Robín no se encontraba mejor, era perfectamente consciente de lo que había hecho y el porqué, más nunca estuvo en sus planes llegar a tanto, se había resignado hace tiempo a que los sentimientos por la chica debían mantenerse en la oscuridad pues dudaba fuesen correspondidos y en un arrebato de preocupación se había dejado completamente expuesto.

Cuando salieron del portal creado por la hija de Trigon, fueron recibidos por un estoico Batman y un servicial Alfred que de inmediato les ofreció algo de comer y bebidas calientes para sus congelados cuerpos.

- Padre. - saludo Damián quitándose el antifaz como si nada ante la sorpresa del patriarca y dirigiéndose a la sección que hacía de enfermería con Raven en silencio a su lado.

- Déjame ayudarte. - ofreció la hechicera al ver como su amigo preparaba todo lo necesario para suturar algunos cortes que aun sangraban levemente.

La magia de Raven había sanado la mayor parte de las heridas, al menos las más graves, pero ambos sabían que no era bueno que abusara de su poder, así que apenas Robín se sintió con fuerza suficiente le insto a que parase.

Batman por su parte observaba estupefacto la forma en que ambos interactuaban, su hijo nunca se caracterizó por dejar a otros entrar en su vida, y sin embargo allí se encontraba esa jovencita, atendiendo sus heridas en la cueva misma y sin importarle un ápice la cuestión de las identidades secretas.

- Te lo dije anciano. - comento una voz burlona tras de sí. - Lo tiene en la palma de su mano.

- Puedo verlo Jasón. - Contesto Batman tras un suspiro cansado. - No sé si debería preocuparme.

- ¿Por qué habrías de preocuparte? - continuo la conversación el segundo de sus hijos. - El demonio finalmente ha encontrado una mujer que lo ama tal y como es. Si yo fuera tu estaría saltando en un pie. Se dé buena fuente que Dickface ya está planeando la boda.

- ¿Acaso Dick piensa que esto es algo más que un romance adolescente? - pregunto ahora Bruce, pues la máscara de Batman finalmente había sido retirada dejando atrás al Caballero de la Noche y dando paso al padre preocupado.

- Hasta yo sé que esto es algo de para siempre anciano. - Jasón se retiró el casco dejando ver sus ojos al mayor y obligándolo a que observara con cuidado a los muchachos tal y como él hacía. - Damián no es como tú o Dick, no se enamora fácilmente, es de hecho sorprendente que ya lo hiciera una vez. Puede sentir interés, ya ha pasado antes, pero a ninguna de esas chicas las vio de la forma en que ve a esta; como si su sola presencia fuese suficiente para sanar todo lo que está mal dentro suyo.

Y Bruce no pudo menos que estar de acuerdo, porque al notar la forma en que su hijo observaba a esa joven que con delicadeza atendía cada una de sus heridas pudo leer en sus ojos el mismo amor que él tuvo alguna vez por la madre del muchacho.

- ¿Crees que esto funcione? - pregunto al aire el mayor, no esperando en realidad una respuesta.

- Eso solo depende de ellos. - finalizo la conversación Jasón marchándose de allí en su motocicleta.

Bruce observo un momento más a la "pareja" mientras comía en silencio lo que Alfred les había llevado para finalmente unirse a ellos en la pequeña merienda.

- Mañana espero un reporte completo de la misión. - Informo Bruce a su hijo cuando ambos terminaron con los alimentos. - John me ha puesto al tanto pero se ahorró los detalles.

- Entendido. - fue la contestación de Damián.

- Por ahora será mejor que vayan a descasar. - añadió el mayor dirigiéndole una mirada amistosa a la joven y marchándose por las escaleras que llevaban a la mansión.

- El amo Bruce tiene razón jóvenes. - informo Alfred - Es una noche tranquila en la ciudad y ese es un evento que no debe ser desperdiciado. He preparado la habitación de invitados para la dama.

- Gracias Penniworth. - y tras esto el anciano se marchó dispuesto a descansar también.

Damián acompaño a Raven hasta la habitación correspondiente prometiéndole que al día siguiente tendrían una conversación adecuada, noticia que debía de haberle quitado el sueño a la joven pero que sorprendentemente no sucedió, pues apenas su cabeza toco la almohada se quedó profundamente dormida.