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Cuando finalmente recupero el conocimiento se encontró con que estaba entre los brazos de su compañera de equipo y no rodeado de litros y litros de agua salada.

La cabeza le dolía horrores y el punto específico de su cráneo donde aquel maldito le había golpeado con su magia le estaba provocando una migraña digna de Drake después de 72 horas seguidas de investigación; sin embargo no había sangre, al menos ya no, y estaba seguro de que antes de caer al mar había sangrado profusamente.

- ¿Qué sucedió? - pregunto con voz pastosa e intentando levantarse, acción que no logro pues un intenso mareo le obligo a recostarse nuevamente contra su amiga que le apretó fuerte contra ella.

- Estabas ahogándote, pero por suerte el agua helada evito que también te desangraras, apenas pude sacarte a tiempo. - contesto la hechicera sin hacer amago de separarse y con evidente preocupación en su voz.

El muchacho solo cerro los ojos agotado en un intento de recuperar el control sobre su cuerpo, aun no estaba seguro de cuál era la situación de la misión, no sabía si el brujo había escapado, si habían destruido el libro o si Samael estaba libre, de lo único que estaba seguro era de que el cuerpo le dolía como aquellos tiempos en la liga después de los extenuantes entrenamientos de su abuelo, y de que los brazos de Raven a su alrededor se sentían tibios y agradables.

Poco a poco los sentidos del asesino volvieron a su cuerpo, agudos, precisos y mortales. Para cuando abrió los ojos de nuevo ya era consciente de la presencia de Constantine y Zatara alrededor suyo, así como de la inconsciencia del brujo que le había usado de saco de boxeo.

El hijo de Batman se incorporó pesadamente y sin apartarse demasiado de la hechicera que se mostraba renuente a soltarle observo con detenimiento a su alrededor; se sentía fatal pero sabía que en su entrenamiento en la liga ya estaba haciendo efecto llevándose con sus años de "practica" toda la fatiga y dolor.

- ¿Dónde está el libro? - pregunto finalmente hacía el nigromante que era quien se encontraba más cerca.

- Tranquilo niño, el maldito libro no volverá a causarnos problemas. - contesto John con una media sonrisa y encendiendo un cigarrillo.

- Lo han destruido. - aseguro Raven a su lado.

- Y sin invocar a Samael, lo que para mí se traduce como un buen día. - continuo el rubio tendiéndole una mano al muchacho para ayudarle a ponerse de pie.

Un poco reticente Damián acepto la ayuda y se levantó pese a que el movimiento le provoco otro fuerte mareo, siempre con Raven al lado suyo asegurándose de que no fuera a desmayarse de nuevo. No era la primera vez que ella se comportaba de ese modo, pero aún le resultaba extraño tener alguien que se preocupara tanto por él.

- Pareces una bolsa de basura mocoso, será mejor que te vayas a descansar, no quiero que tu padre me patee el trasero solo porque no evite que el tuyo fuera maltratado. - comento burlón John, ganándose un gruñido molesto por parte del adolescente.

- Patear no es precisamente lo que mi padre hace con tu trasero Constantine. - respondió acido el adolescente logrando un perceptible sonrojo en el hombre.

El rubio no dijo nada y tuvo la decencia de sonrojarse, lo cual ya era más que suficiente para delatarse y no necesitaba darle al mocoso más material contra suya. John Constantine se caracterizaba por su sarcasmo nivel Dios, pero lo cierto es que el muchacho frente suyo podía fácilmente darle la vuelta con comentarios como esos.

- Bueno como decía, será mejor que se vayan a descansar, yo me hare cargo de esta escoria y Z regresara a la niña con sus padres. - continuo el hombre mientras encendía otro cigarrillo y pensaba en cómo explicarle a Bruce que su retoño sabía acerca de la "relación" que mantenían.

Ambos adolescentes les vieron desconfiados, no es que creyeran a los hechiceros capaces de hacerle daño a la niña, pero con los usuarios de la magia nunca se sabía, siempre eran complicados y difícilmente de fiar, solían seguir sus propias reglas y pasarse de largo las del resto.

- ¿Qué harán con el brujo? - pregunto finalmente Raven rodeando con cuidado la cintura de su compañero que obviamente aún no se recuperaba, ante el contacto Damián pudo sentir como lentamente la magia de la chica le devolvía las fuerzas.

- Se lo llevaremos a Destino. - contesto Zatanna acercándose a ellos. - No puede estar en una cárcel normal y él es el único con un sitio en el cual aprisionarlo de forma segura.

La explicación les pareció adecuada y aunque quisieran rebatirla no podrían, Arkham o Belle Reve sería un parque de juegos para un brujo como ese, lo mejor era dejar que los "expertos" se hicieran cargo por mucho que eso en el fondo les molestara, pues incluso Raven, que era una hechicera, estaba poco familiarizada con el trato que recibían los criminales de ese ámbito.

- Nos vamos. - contesto Robín con su típico tono desinteresados y dando por concluida la participación de ambos en esa misión.

- Lo hicieron bien. - dijo con calma Zatana pero sin verlos directamente a los ojos, como si pronunciar esas palabras ya fuera lo suficientemente molesto como para además sumarle el tener que observarles. - Ambos. - añadió antes de tomar a la niña en brazos y ponerse en camino.

Jon les lanzo una última sonrisa de superioridad y se fue tras la mujer, dejándolos allí de pie, abrazados y confundidos.

- Descansaremos en la mansión. - Informo Damián. - Mañana regresaremos a la torre.

Y con estas últimas palabras ambos se pusieron también en marcha.

MisiónWhere stories live. Discover now