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El viaje no fue tan incómodo como ambos adolescentes pensaron que sería después del desatinado comentario de Jasón, lo cierto es que pese a todo ambos tenías muchas cosas en que pensar, cada una más escabrosa que la anterior.

En un intento de serenarse, Raven dejo de lado las imágenes que aquel ritual de muerte había dejado grabadas en su memoria para analizar a detalle a su compañero.

En solo tres años Damián había crecido lo suficiente para rebasarla en estatura, aun no era tan alto como Todd o su padre, pero seguramente algún día hasta ellos tendrían que alzar la cabeza para verle a los ojos tal y como ella tenía que hacer cada que compartían el mismo espacio. Su piel seguía siendo igual a la de su madre, ambos hijos del desierto con un relampagueante toque de oasis verde en aquellos ojos que no podía disfrutar tanto como deseaba.

Y es que para la hija de Trigón no era ningún secreto que sentía atracción hacía el hijo de Batman, era algo relativamente reciente y que se negaba a exteriorizar, pero allí estaba, siempre presente y creciendo cada día, pues no era solo la apariencia exótica de Damián lo que le gustaba, era también esa mente caótica y brillante, ese carácter extremo que oscilaba entre insoportable y amable, con una capacidad avasalladora de amar a aquellos que se encuentran completamente indefensos.

De todos sus compañeros ellos dos eran los que mejor se entendían incluso sin palabras. No pasaban mucho tiempo juntos, pero si era comparado al tiempo que pasaban con cualquier otro de la torre entonces quizás si era demasiado.

- Llegamos. - anuncio Damián fingiendo no darse cuenta del escrutinio de su amiga y tratando de convencerse a sí mismo que su lado más ególatra no lo había disfrutado.

Frente a ellos y en mitad de la nada se alzaba imponente la casa de los misterios, completamente visible y flotando tranquila sobre los verdes arboles de Newcastle con un cínico John Constantine esperando por ellos en la entrada, la mueca sarcástica y el cigarrillo en su boca dejaban claro que sabía a qué iban los jóvenes héroes.

- Mira nada más lo que trajo la marea. - empezó burlón el rubio una vez ambos chicos estuvieron frente a él. - BabyBat y su novia.

Un nuevo sonrojo adorno el rostro de ambos, pero se negaron a mostrar mayor reacción que aquella, no estaban allí para ser tratados como un chiste, tenían trabajo pendiente y poco tiempo.

- No tenemos tiempo para tus estupideces Constantine. - contesto molesto Damián. - Nos vimos envueltos en un caso que claramente tiene implicaciones místicas y existen buenas razones para creer que tú sabes a quien o que nos enfrentamos.

- ¿Y porque dices eso Babybat? - pregunto sin aminorar la mueca de burla el nigromante.

- Porque finalmente recordé donde había visto una escritura como esta. – dijo el joven extendiéndole uno de los papiros encontrados. - Y fue en la misión de Coast City hace dos años.

El hombre dio un rápido vistazo a lo que Robín le mostraba y su expresión rápidamente se transformó en una de seriedad, resultaba obvio que reconocía el papiro, pero no quedaba claro que pensamientos le abordaban en ese momento.

Constantine entro sin mediar palabra y los adolescentes le siguieron sin esperar invitación.

Una vez dentro la casa los recibió con la chimenea encendida y dos sillones de oreja ancha, en donde Zatanna descansaba y les observaba con expresión altanera.

La maga apenas y prestaba atención al nigromante que parecía desesperado buscando algo en la inmensa biblioteca que hacía las veces de pared. Por el contrario estaba concentrada en analizarlos sin vergüenza, en especial a Raven que algo cohibida se escondió de forma inconsciente tras Robín.

Al muchacho le molesto dicha acción, sabía perfectamente la relación hostil que ambas "brujas" mantenían, pero no creía que su compañera tuviera nada de lo cual avergonzarse frente aquella maga de feria.

Aun así su instinto protector se encendió y cubrió a la chica del juicio sin escrúpulos de la mujer, mientras le dedicaba a esta una de esas miradas que tan bien había aprendido de su padre. Zatanna se sorprendió por ello y a menos que Damián estuviera equivocado podría asegurar que incluso se intimido un poco, más Zatara era buena ocultando sus emociones y no permitió que estas se reflejaran más tiempo en su pequeña contienda contra el hijo de Batman.

Por su parte el muchacho no perdía de vista a Constantina y su incesante andar por todo la casa, al tiempo que se asombraba al notar lo fácil que era ocultar por completo el cuerpo de Raven con el suyo ¿en qué momento se había vuelto tan pequeña?

- Maldición. - soltó enojado el nigromante captando la atención de los presentes.

- ¿Qué sucede? - pregunto alterada Zatanna pues no era común que su compañero reaccionara de ese modo sin una buena razón.

- No esta Z, el maldito libro del mar muerto no está. - dijo enojado el hombre mientras tomaba una botella de whisky y le daba un buen trago. - Lo han robado.

- ¿Pero cómo? - pregunto la hechicera poniéndose de pie.

- No lo sé pero ni siquiera importa. - una pausa del hombre y la temperatura del lugar parecía haber bajado diez grados a pesar del fuego crepitando en la chimenea. - Están tratando de invocar a Samael.

Y entonces el silencio se instaló entre ellos como si de una entidad con cuerpo propio se tratara, Zatanna estaba en shock con una expresión de terror que era solo comparable con la de ira en el rostro de Constantine. Damián pudo sentir como Raven se tensaba tras suyo y solo así se dio cuenta de que él mismo tenía todos los músculos rígidos y preparados, como si estuviera a punto de lanzarse a la batalla.

La Batfamily nunca se caracterizó por involucrarse mucho en asuntos de índole mágica o sobrenatural, pero la familia Al Ghul estaba más que versada en ambos temas; su abuelo tenía una amplia biblioteca con textos mágicos que él aprendió desde la tierna infancia y a su madre en aquellas tierras malditas se le había considerado una bruja de grandes dotes.

Él sabía quién era Samael, o más bien que era; se trataba de un demonio de alto rango que al venir a la tierra solía tomar forma de perro infernal, incapaz de morir y portador de muerte, destrucción y catástrofe.

Definitivamente las situación solo mejoraba a cada segundo.

MisiónWhere stories live. Discover now