Magia

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Magia

- Algo no está bien. - dijo Robín mientras caminaba por la habitación intentando esquivar pilas de libros y cachivaches varios.

- El rastro mágico llegaba hasta aquí. - contesto Raven igual de confundida.

- Y esta debe ser la razón. - el petirrojo se acercó hasta ella con otro pedazo de papiro entre las manos, no era parte del que ya habían encontrado pero probablemente ambos pertenecieron en su momento al mismo libro. - Se supone que en este departamento vive el profesor James Morton especialista en ritos paganos de la Europa antigua.

- Eso explica la lectura tan densa. - comento como no queriendo Raven mientras observaba los estantes llenos de libros en diferentes idiomas.

- De acuerdo a la base de datos pidió un año sabático hace tres meses y desde entonces no se le ha visto. - continuo Damián sin ninguna emoción en la voz hasta que un grito contenido de su compañera le hizo reaccionar y darse cuenta de ya no estaba en la misma habitación que él.

Antes de darse cuenta corrió hasta la muchacha que miraba horrorizada el interior de lo que parecía el dormitorio principal.

- Diablos. - maldijo el joven al notar la dantesca escena frente a él, era exactamente igual que las otras, sangre por todos lados, velas consumidas y símbolos extraños, todo adornado con partes humanas de lo que alguna vez fue el Doctor Morton.

Raven por su parte no se movía, en el infierno había visto cosas mucho peores eso no significaba que fuese inmune a semejante espectáculo.

Ni siquiera pudo darse cuenta de que Robín le tomo por los hombros y le llevo hasta la sala nuevamente, al menos no hasta que este tomo su rostro con ambas manos y le inspecciono con cuidado; cuando fue consciente del toque un sonrojo invadió sus mejillas por la cercanía y por un momento olvido la causa de su desasosiego.

- ¿Todas las escenas eran así? - pregunto ella finalmente, solo un poco más calmada que hace unos minutos, cuando vio a Robín asentir el deseo de arrojar toda su cena fuera volvió, acompañado de un curioso pensamiento; unas horas atrás, cuando el muchacho le pidió su ayuda el espectáculo no había sido tan espantoso, lo que significaba que Damián se había tomado la molestia de volverlo menos grotesco para ella.

- La clave de este misterio es el libro de donde salieron estos hechizos. - comento él, tomando una postura muy parecida a la de su padre cuando analizaba una pista, apenas tenía dieciséis años y ya no había en él rastro alguno de la niñez.

- El libro está protegido, no puedo rastrearlo. - contesto ella con vergüenza retomando el hilo de la conversación. - Y a pesar de que puedo entender algunas palabras no tengo idea de a qué clase de hechicería nos enfrentamos. - admitió derrotada.

Damián chasqueo la lengua molesta.

- Eso significa que al final si tendremos que consultar a un experto. - contesto con todo el sarcasmo y enojo del que era dueño, sacando el comunicador de señal cerrada con el que la Batfamily se comunicaba entre sí.

- Red Robín, necesito que localices a alguien por mí, prioridad ocho, nombre clave John Constantine. - la joven no pudo evitar una mueca de desagrado ante el nombre, no detestaba al nigromante como la mayoría del mundo místico lo hacía, pero sabía que trabajar con él siempre suponía problemas y eso era lo menos que necesitaban en ese momento.

Su compañero ignoro la mueca y regreso hasta ella ofreciéndole una mano para ayudarle a ponerse de pie, gesto que le hizo sonrojar de nuevo pero no rechazo.

- Debemos ir a la cueva. - informo Damián instándole a abrir un portal que los llevara hasta allá.

MisiónWhere stories live. Discover now