Capitulo 05| Sueño Hecho Realidad

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Delante de mi se encontraba la puerta del cuarto de sistemas, dentro, según recordaba, se encontraba una gran sala, prácticamente vacía. Era uno de mis lugares favoritos de esa casa. Allí se podía hacer magia, era increíble.

Puse la palma de mi mano sobre la pantalla de grafeno, que estaba al lado de la puerta, ésta automáticamente se encendió y después de un pitido la puerta se abrió completamente.

Todo estaba a oscuras, en cuanto estuve dentro, la puerta se cerró tras de mí y la habitación empezó a  iluminarse; aparecieron luces LED en las paredes y en el piso, eran largas líneas de color blanco brillante, y en el techo habían luces del mismo color pero redondas.

En la habitación solo había una mesa larga en el centro en forma de medio círculo y una silla plateada​, era como un tipo de escritorio. En cuanto me senté en la silla y puse mis manos sobre los brazos de ella, la pantalla de grafeno que cubría toda la mesa se encendió y la habitación tomo un color azul rey.

En la pantalla apareció un mensaje:

 "Bienvenido, permite que DEK escaneé tu rostro, para poder empezar"

Le dí al botón aceptar. Rápidamente de la pantalla salió el escáner azul brillante y me inspeccionó completamente. De repente en la pared que se encontraba frente a mí, un poco lejos, apareció una fotografía de mi madre, mi padre y yo, me abrazaban, parecía tener 10 años y nos encontrábamos  fuera de ésta casa...

   —Se reconoce al usuario como Vanessa Yasmil Adams Tamvilleston, bienvenida, soy DEK, tu padre, Hamilton Adams, me programo para seguir tus indicaciones, ¿En que te puedo servirte?— Era una voz firme pero suave, nada parecida a esas voces horrendas de computadora de las películas, era una voz amigable.

Mis ojos se abrieron como platos y me paré enseguida de la silla...eso no tenía sentido...

   —¿Mi padre,...mi...padre, mi padre me ha dado el mando?¿Como es eso posible?

   —No exactamente, señorita Adams, cada integrante de su familia, posee un uso limitado de este sistema que controla la mayoría de las funciones de ésta casa. Solo qué quienes entran en ésta habitación, poseen un acceso respectivo del usuario que les corresponde.

Suspiré, debo dejar las ideas paranoicas de lado un poco y concentrarme en lo que verdaderamente importa.

   —Entiendo, porfavor quita esa imagen de la pared. Y llámame Vanessa.

    —Como diga.— Y la imagen de inmediato desapareció de la pared.

Me paré firme y puse las manos detrás de la espalda entrelazadas.

   —Necesito saber...

   —Si va a empezar con una búsqueda—me interrumpió—, lo mejor será que ponga sus manos debajo de la pantalla de la mesa, para empezar el cubrimiento.

Se me había olvidado el pequeño detalle.

Debajo de la mesa había un orificio largo, perfecto para colocar las dos manos sin ningún problema; las cubriría con un plástico demasiado delgado como para verlo a simple vista, solo se podía deferenciar al ser expuesto a mucha luz.

Me senté de nuevo y con afán metí mis manos en el orificio. Un destello de luz azul, como el de el escáner, lo cubrió, luego apareció un mensaje para retirarlas y lo hice. No había mucho cambio.

   —¿Podemos empezar ya?— Dije impaciente.

   —Cuando deseé, señorita Vanessa.— Alcé una ceja a ninguna cosa en especial y continúe.

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