Capítulo 11: Pienso matarte y disfrutarlo

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         >>Vincent narra<< (al fin)

         Sinceramente, no tenía buenas intenciones con Mike, la verdad. Puesto que aunque fuera a la cárcel sabía la verdad, resultaba ser un peligro, así que decidí acabar con él con mis propias manos.

          Entramos en mi casa y comencé a hablar.

          -Sé que estás confuso, pero no te preocupes. Después de todo, soy tu amigo- sonreí de forma amistosa y cogí mi cuchillo, para dejarlo encima de una mesa. -No tienes por qué temerme, ¿acaso no somos amigos?- su continuado silencio hizo que me preocupara por el poder que ejercían mis métodos de manipulación sobre Mike.-¿Por qué no hablas?- suspiré -Mira, no quiero más problemas contigo, ¿tú sí?- ajó la cabeza y me acerqué a él -Sé que sabes lo que hice y... bueno, puedes saber también que soy tu amigo. Puedes quedarte con lo bueno... o con lo malo- quizás confiaba en mí y no tenía por qué matarlo. 

             De repente me abrazó y sonreí. Lo tenía donde quería. Me solté de su abrazo -¿Significa eso que confías en mí?- asintió con la cabeza -Gracias, es lo mejor para ambos, estás tomando la decisión correcta- sonrió de una manera extraña.

             -Lo siento...- fruncí el ceño.

             -¿Por?

             -Por no decirte que tienes a los fantasmas detrás de ti. -vaya vaya, manipulador manipulado... si estaban detrás, iba a darles un buen espectáculo. 

          >>Mike narra<<

           Le dije que no iba a manipularme de nuevo. Vincent se dio la vuelta.

           -Vaya vaya, hola a todos, de nuevo- a pesar de su ''teatrito'', sabía que lo había conseguido cabrear, pero no iba a hacerme nada. No iba a dejarlo. Los fantasmas me llamaron y los miré. -Oh, no puede ser cierto- miré al hombre morado -¡Esto es divertido! ¡No puedo creer que este sea vuestro elegido! ¿En serio pensáis que podrá derrotarme?- me acerqué a él y, aunque me iba a arrepentir, le dí un guantazo que hizo que mirara a otro lado de la habitación.

          Debo admitir que me intimidaba su altura. ¿Cuánto medía? ¿Dos putos metros? Quizás es porque mido un metro setenta y cinco... bueno como sea. El caso es que recibí yo una buena ostia que hizo que me cayera al suelo. Tenía bastante fuerza, más de la que aparentaba.

         -La lleváis clara si es este quien os va a salvar, no sabe ni pegar...- se acercó a mí, que me estaba reincorporando y me pisó la mano con fuerza, evitando que pudiera hacerlo. Como tengo piernas, le di una patada en la pierna, haciendo que cayera y me levanté. Pero él también.

          Lo encaré y sonrió, sacando un cuchillo. Pero yo me llevé algo de la cárcel. No, no era un pistola. Cuando pasas tanto tiempo en una pizzería acabas viendo cosas, y yo sabía que era lo único que podía pararlo: saqué una simple aguja. Me acerqué a él y este retrocedió.

          Acabé acorralándolo contra una mesa, en la que se apoyó. -Vale... bien jugado.- admitió -Poniéndonos serios de nuevo, ya que has ganado, ¿qué quieres de mí? ¿Salvarlos, matarme?- suspiré.

          -Sólo quiero que seas sincero por una vez conmigo, dime que eres el asesino- lo miré , y me devolvió la mirada confundido.

          -Sabes perfectamente que lo soy, sólo no querías aceptarlo. Lo supiste desde el principio, ¿verdad?- suspiré y asentí -¿Por qué?- lo miré extrañado -¿Por qué confiar en alguien sabiendo que es un maldito loco, un asesino que te iba a traicionar... no lo entiendo.

          -Porque... bueno, creo que después de todo... tú... me caes bien- alzó una ceja

          -Yo lo único que quería era destruirte. Me acerqué a ti para poder saber cómo matarte. Debí hacerlo hace mucho.- miré al suelo. Me estaban haciendo daño sus palabras.

          -Si quieres matarme hazlo ya, cuanto antes mejor, ¿verdad?- lo miré dolorido.

          -¿Lo ves? No puedo matarte- suspiró -Supongo que después de todo sí que me caes aunque sea un poco bien- quería pensar que no me estaba manipulando, así que me dejé llevar por sus palabras, así que lo abracé y él me devolvió el abrazo. -Y... ¿esos se quedan?- dijo, refiriéndose a los fantasmas, que aún seguían aquí. 

          -Están esperando que te haga daño... pero no voy a hacerlo- me solté del abrazo y le sonreí. Él me sonrió de vuelta y ellos desaparecieron Me acordé de algo fatídico -Vin, la policía aún me persigue...- el me cogió la mano, haciendo que me sonrojara y me sacó de su pisó, nos montamos en el ascensor y para cuando me quise dar cuenta estábamos en la pizzería. Vincent, que aún conservaba su juego de llaves, abrió la puerta y me dirigió a la sala segura.

          Golden estaba allí. Vin cerró la puerta y supe que la presencia del dorado oso lo ponía nervioso. Le di unas palmaditas en la cabeza a aquel traje.

          -Pórtate bien esta noche, ¿vale?- mi amigo sonrió. Lo miré. -¿Puedo preguntarte algo?- asintió -¿Qué le pasó a tú hijo?- se quedó en silencio -¿Lo ma-ma...?

           -Sí.- me quedé en silencio, sin saber muy bien qué decir. No sabía que uno de uno de ellos era su hijo. -Lo siento Mike, vas descubriendo la verdad. No soy quien piensas que soy.

           -¿Por qué lo hiciste?- la sonrisa que tenía en el rostro se borró y se quedó muy pensativo durante varios minutos que se me hicieron una eternidad y descubrí lo que pasaba -¡¿no lo sabes?!- negó con la cabeza. Puede que estuviera más loco de lo que pensaba -¿Có-cómo  mataste a los niños? Tengo curiosidad sobre el tema...- suspiró.

            -Utilicé a Golden, los traje aquí y los maté uno a uno. Fin.- se rió un poco loco. Su risa seguía intimidándome, pero tenía ganas de seguir preguntando.

            -¿Te arrepientes de algo?- sonrió de forma macabra y negó. Me dejó muy frío que después de las atrocidades que debía haber hecho no se arrepintiera de una sola. -Si yo hubiese hecho todo eso... no sé, estaría muy arrepentido...- se incomodó un poco, así que, para relajar el ambiente, pregunté una tontería.

            -Si te besara, ¿qué harías?- puso una ''poker face'' y me dio por reír.

            -Me quedaría con esta ''poker face'' el resto de mi vida.- bromeó y seguí riendo. Él sonrió dulcemente. Bostecé y pregunté por la hora. -Son las...- miró su reloj - las dos y cuarto- coño era tardísimo.

            -¿Vamos a dormir aquí?- pregunté inocente y asintió - Jo, con el frío que hace- me quejé. Vin miró el otro traje, el de Springtrap. -Me encanta ese traje- confesé- tiene la nariz cuadrada.- volví a sonreír, pero él estaba absorto en sus pensamientos -¿Me estás escuchando?- me miró confundido y entendí eso como un ''no''.

FNAF (Mike Schmidt Life Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora